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Por Cecilia Bembibre ![]() La inevitable comparación con los programas de entretenimientos para adultos ("Fort Boyard", el anterior "El juego de la oca" e incluso el ya clásico alemán "Telematch", además del aluvión que, como todos los veranos, se prepara para invadir las pantallas argentinas) arroja conclusiones sorprendentes. Los participantes, chicos menores de doce años, están más tranquilos ---y no son por ello menos entusiastas--, el volumen de gritos es significativamente más bajo, y, sobre todo, los concursantes no sufren, se divierten. ¿La constante? Los conductores acelerados, empeñados en hacer correr la adrenalina de jugadores espectadores gritándole al micrófono. A partir del esquema básico de un programa de entretenimientos, se reúnen chicos de varios países --de ahí el "global" que le da nombre-- en una contienda de juegos y desafíos de habilidad física. Los premios son juguetes y la posibilidad de plantar la bandera de su país en una montaña en el centro del estudio. No se fomenta, sin embargo, la competencia directa de nacionalidades. En cambio, la presentación muy breve de cada concursante es una excusa para ubicar su país de origen en el mapa y algún pequeño detalle de color que, lamentablemente, se pierde con el doblaje. Las pruebas obedecen a fuentes de inspiración diversas: además de clásicos como el torneo de flechas, hay juegos que respetan leyes básicas de algunos deportes (básquet, fútbol, por ejemplo), pero con una variante, como que los competidores estén colgados de elásticos, o aterricen en gigantescas colchonetas inflables. Si en "Global Guts" los ganadores son los más diestros físicamente, en el programa que el mismo canal emite a continuación --"Leyendas del templo escondido"--, lo que se privilegia es la atención y capacidad de resolver situaciones que muestren los equipos concursantes. Planteado a la manera de "Fort Boyard", los chicos ingresan en un castillo donde las esculturas mayas cuentan leyendas, y proporcionan acertijos y pistas para acceder al santuario del templo, donde se oculta el tesoro. Que no es dinero, sino una reliquia relacionada con las historias narradas por los rostros de piedra. "Leyendas..." es un buen complemento del ciclo que lo precede: frente a las propuestas ágiles e hiperdeportivas del primero, el segundo trabaja la coherencia temática y estética. Si en el primer tramo del programa se cuenta, por ejemplo, una leyenda sobre esquimales, todos los juegos del día recrean escenarios y situaciones relacionadas con la vida en Alaska. Las pruebas implican el manejo de hondas que disparan bolas de hielo, se hacen preguntas sobre la vida de los esquimales, y el trofeo es una coraza mítica del más conocido de los cazadores de la región.
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