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 "Tengo
la alegría de ver cumplido el sueño de que haya llegado la paz a la tierra de mis
mayores", expresó ayer el presidente Carlos Menem durante la inauguración de la
misión diplomática en la Argentina de la Autoridad Nacional Palestina. "Ha llegado
el momento --agregó-- de que cesen los ruidos de los cañones y que empiece a cantarse el
himno de paz." Menem recordó también las misiones de los Cascos Blancos en
Palestina y la donación de centros tecnológicos como parte del apoyo argentino al
proceso de paz en la región.La nueva misión diplomática se encuentra en Riobamba al 900, en un caserón que originalmente fue la vivienda del director de Obras Sanitarias de la Nación y más tarde, hasta ser abandonado, funcionó como la sede de la obra social de los trabajadores de esa repartición oficial. Cuando fue donada a la misión palestina, hace poco más de un año, se encontraba prácticamente en ruinas. En la cancha de tenis del patio, donde ayer se instaló la banda sinfónica de la ciudad de Buenos Aires, había un gran galpón de chapa. El reciclaje del edificio demandó casi un año al embajador Suhair Akel, quien finalmente pudo inaugurarla ayer, al conmemorarse el Día Nacional de Palestina. Menem envió saludos personales al presidente de la Autoridad Nacional Palestina, Yasser Arafat, a través de su delegado personal Akmar Szo, que se encontraba ayer en la misión diplomática. "Dígale al amigo Arafat que no es necesario que yo sea presidente para que él venga a visitarnos porque hay otro presidente que se hará cargo del gobierno y la democracia y la libertad continuarán en la Argentina." Menem ofreció su casa al líder palestino en caso de que visite la Argentina. Arafat fue invitado para asistir a la asunción de las nuevas autoridades, por el presidente electo, Fernando de la Rúa, con quien se entrevistó durante la reunión de la Internacional Socialista en París. Akmar Szo, en representación de Yasser Arafat, agradeció los esfuerzos del presidente Menem para apoyar el proceso de paz en la región. A su vez, el embajador Suhair Akel destacó la importancia del acto y subrayó que "haber ayudado a la inauguración de esta casa fue una forma de ayudar al proceso de paz en el Medio Oriente". Agregó que además de la felicidad de inaugurar la misión diplomática deseaba compartir en poco tiempo, la felicidad de declarar "una Palestina independiente y soberana, con Jerusalén como su capital". Una gran cantidad de personas llenó la galería de entrada y el jardín de la sede diplomática, en su mayoría diplomáticos, miembros de la colectividad árabe, clérigos musulmanes, de las iglesias Ortodoxa Griega y Católica e inclusive algunos miembros de la colectividad judía. Entre los políticos se notó la ausencia de las autoridades electas. Fernando de la Rúa había sido invitado pero no pudo asistir debido a su enfermedad. Entre los presentes se encontraba el ministro de Gobierno de la ciudad, Enrique Mathov.
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