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CONDECORACIÓN DE LA B'NAI B'RITH
"Destacado hombre de Estado"


Por R.K.
t.gif (862 bytes)  Los dirigentes de la comunidad judía volvieron hacer un gesto nítido en favor del presidente Carlos Menem. Ayer, el director ejecutivo internacional de la organización filantrópica B'nai B'rith, Abraham Foxman, condecoró al primer mandatario con el título de "Destacado hombre de Estado". El halago contradice las duras opiniones existentes en la comunidad judía argentina respecto de la gestión de Menem, principalmente en lo que se refiere a la investigación de los atentados.

Foxman, ante la presencia del titular de la DAIA, Rogelio Cichowolsky, agradeció a Menem "su liderazgo y su significativa contribución en la lucha contra la discriminación y la xenofobia" y agregó "que el Gobierno está haciendo lo imposible para que las investigaciones de los atentados lleguen a feliz término". Para rebajar un poco la cuota de elogios, Foxman por lo menos dijo que "no estoy satisfecho con los resultados de la investigación y no lo estaré hasta que se sepa quiénes fueron los responsables de ambas masacres, las perpetradas tanto en la AMIA como en la embajada de Israel".

Menem aprovechó semejante oportunidad para autoelogiarse y pasarle una factura a la comunidad judía argentina: "Siento dolor y preocupación por los tremendos atentados que hemos tenido que soportar a partir de la irracionalidad de algunas comunidades que no merecen tener un espacio en la Tierra. Hemos acompañado y reconocido la tarea del juez federal Juan José Galeano, se han abierto las puertas a entidades privadas para colaborar en la investigación, se ha indemnizado a las víctimas, se aportaron fondos para la reconstrucción de la AMIA y el Ministerio del Interior ordenó custodias en los cementerios judíos para evitar nuevas profanaciones".

La condecoración de ayer vuelve a poner sobre el tapete la polémica dentro de la colectividad judía argentina. Mientras los dirigentes se han mostrado más bien cercanos al Gobierno, una amplísima mayoría de los integrantes de la comunidad criticaron con dureza la "menemización" y, sobre todo, lo que se percibió como una más que débil investigación de los atentados y las profanaciones. Durante los largos meses de la pesquisa, hubo apenas 15 o 20 personas trabajando en el caso AMIA --cinco mil efectivos utilizó el FBI para investigar el atentado de Oklahoma--; la Corte Suprema nunca tuvo ni un detenido, ni siquiera un sospechoso real en el caso de la embajada de Israel y todavía no se ha esclarecido ni una sola de las siete profanaciones recientes en los cementerios judíos. Frente a los clubes, escuelas y sinagogas permanecen los pilotes erigidos después de los atentados.

 

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