Los organismos de derechos humanos de Uruguay reclaman que el presidente Sanguinetti ordene una investigación seria sobre el destino de la nieta/o del poeta argentino Juan Gelman. Recuerdan que fueron encontrados tres niños denunciados como desaparecidos. |
"Expresamos nuestra solidaridad con Juan Gelman, nuestro rechazo a la práctica del silencio cómplice, o a las 'averiguaciones discretas' que siguen hundiendo en la angustia y en la incertidumbre a las víctimas del terrorismo de Estado, a sus familiares y a la sociedad toda." Los organismos de derechos humanos de Uruguay se pronunciaron así por la falta de respuesta del presidente de ese país, Julio María Sanguinetti, ante el reclamo del poeta Juan Gelman por su nieto/a desaparecido en el marco del Plan Cóndor, articulado por las dictaduras del Cono Sur durante la década del '70. "A 15 años de instaurados gobiernos democráticos, las Fuerzas Armadas, que no sólo se apropiaron de la vida e identidad de nuestros familiares, hoy siguen apropiándose autoritariamente de esa verdad que podría poner fin a delitos que día a día y desde hace más de 25 años se siguen cometiendo. Aun ante denuncias con nuevos elementos, el Poder Ejecutivo las ha ignorado, sumando a los sufrimientos originales de los familiares nuevos tormentos y angustias", dicen los organismos uruguayos en su pronunciamiento. Hacen referencia al pedido de Gelman, quien reclamó que el gobierno uruguayo inicie una investigación sobre el paradero de su nieto/a. Recientemente, el poeta obtuvo nuevos datos que permiten inferir que su nuera, secuestrada en la Argentina, tuvo un bebé en el Hospital Militar de Uruguay. Sanguinetti respondió que inició una "discreta investigación", pero que "no había surgido ningún dato que permitiera confirmar la presencia de su nuera en el país". Los organismos uruguayos recordaron la labor de la Comisión Investigadora Parlamentaria, que funcionó en su país en 1986. En las denuncias recibidas por dicha Comisión se menciona el caso de una mujer embarazada en el local de Boulevard Artigas y Palmar, y que fuera trasladada al Hospital Militar para dar a luz. La Comisión, que registró 164 desapariciones entre 1973 y 1978, remitió al Poder Judicial las actuaciones, que finalmente quedaron en la nada al dictarse la Ley de Caducidad de la Pretensión Punitiva del Estado. En el caso de los niños desaparecidos, la Comisión señaló que muchos de ellos fueron entregados a los familiares del mismo aparato represivo. "Cabe destacar la feliz aparición de tres niños originalmente denunciados como desaparecidos. Tales los casos de los menores Amaral García Hernández y los hermanitos Anatol Boris y Eva Lucía (o Victoria) Julien Grisona. Igualmente se tiene la certeza del nacimiento de tres de ellos en cautiverio." "Esta Comisión Investigadora se expidió en 180 días, habiendo tratado los casos de 164 desapariciones. El doctor Sanguinetti, que tiene las facultades legales y administrativas de presidente, para investigar sólo un caso se queja de que Juan Gelman le dio sólo 129 días", manifiestan las agrupaciones uruguayas de derechos humanos. "La carta del doctor Sanguinetti es una hábil pieza para ubicarse fuera del centro de la cuestión, fuera de su carácter de jefe de Estado y, por consiguiente, del titular del mando supremo de las Fuerzas Armadas. El Estado uruguayo, representado en este caso por el doctor Sanguinetti, debería develar el misterio de un acto cometido justamente por ese Estado. El doctor Sanguinetti se olvida de que es el presidente del Uruguay y, por ende, el mando superior de las Fuerzas Armadas que aún revista y en cargo de confianza y jerarquía como asesor del Comandante en Jefe, uno de los acusados por Juan Gelman", dicen, entre otros, las Madres y Familiares de Desaparecidos uruguayos y Amnistía Internacional. En la proclama se concluye que, "según la lógica del doctor Sanguinetti, salvo que 'la vida le devuelva' a esa criatura, el Estado nada hará al respecto. Esto es muy grave, y ninguna evocación a su pasado de 'político proscripto' puede a su vez proscribir y prohibir a una madre a encontrar a su hijo, o a un abuelo, como lo es Juan Gelman, a recuperar a su nieto o nieta".
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