Por Adriana Meyer Se está
especulando demasiado con una causa muy compleja y ahora no puedo hacer ningún análisis,
pero no quiero que la opinión pública crea que esto está armado o que responde a una
operación política o periodística o internacional. De este modo, el juez Gabriel
Cavallo que ordenó el martes la detención de la viuda y del hijo del
narcotraficante Pablo Escobar Gaviria salió al cruce de las versiones que
circularon sobre el caso, sin ocultar su molestia. El magistrado recibió ayer a la noche
una nota de la Dirección Nacional de Migraciones, de la Cancillería y del Ministerio del
Interior que señala que Argentina no tiene ningún convenio con Colombia para
reconocer la nueva identidad de la señora y sus hijos, es decir que, las autoridades
argentinas no reconocen la validez de los documentos con que los Gaviria ingresaron al
país. Sin embargo, el ministro del Interior, Carlos Corach, afirmó ayer en Uruguay
que los documentos son oficiales y fueron entregados por el gobierno
colombiano para protegerlos. Cavallo había insistido en que no recibió ninguna
comunicación oficial desde Colombia que acredite la condición de testigos
protegidos con otra identidad. Por su parte, el cónsul colombiano, Ignacio Ruiz,
dijo que no sabían que estaban en el país y que la detención fue una sorpresa. Victoria
de Gaviria y su hijo están acusados de falsificación de documento público y uso de
documento público falso, pero el juez aclaró que es una calificación provisoria,
no son hechos. El otro delito que se les imputa es lavado de dinero proveniente del
narcotráfico, al que podría agregarse la acusación de integrar una asociación
ilícita. En tal sentido, un par de semanas antes de la precipitada detención de la
mujer, el juez había solicitado información al Banco Río y al Citibank sobre sus
movimientos de dinero. Pero antes de los allanamientos realizados el martes no parecía
tener elementos suficientes como para negarle la libertad. El abogado de la mujer,
Guillermo Abramson, habría aportado documentación para acreditar que todas las
operaciones financieras e inmobiliarias realizadas por su defendida en Argentina son
legales. Pero en algunas de ellas la viuda se manejó con testaferros. El juez Cavallo
deberá analizar la composición de la fortuna de Victoria de Gaviria, que estaría
compuesta por la herencia que le dejó su marido (calculada en dos mil millones de
dólares) y las cuentas en donde está depositado el dinero de los juicios por
expropiaciones que tiene con el Estado colombiano. Al cierre de esta edición, el juez
tomaba declaración indagatoria a Juan Pablo Escobar, de 22 años, mientras su madre
aguardaba en la alcaidía de los tribunales federales de Retiro.Aunque no es el objeto de
la causa, si el juez encuentra elementos sobre algún tipo de negligencia por parte de los
organismos de seguridad o las autoridades de Migraciones en este nuevo escándalo, los
separará de la causa para que otro magistrado lo investigue. Si hay alguna
responsabilidad de un funcionario público la voy a hacer conocer, enfatizó Cavallo
ante la prensa. Y agregó que no me muevo por apellidos, si hay pruebas se tomarán
las decisiones necesarias.El contador de la mujer, Juan Carlos Zacarías, obtuvo la
eximición de prisión, mientras que su socio, Enrique Peralta, tuvo menos suerte y quedó
detenido hasta que el juez lo indagó. Zacarías es un personaje clave en la historia
porque habría compartido inversiones con la viuda, pero ahora litigan en el fuero civil.
Victoria Eugenia lo acusa de extorsionarla. El contador dice que se enteró hace pocos
meses de la verdadera identidad de la mujer, que antes le pagaba un sueldo de 400 pesos.
Su abogado, Víctor Stinfale, reconoció que fue a verla para pedirle que le diera a
Zacarías una remuneración acorde a su condición de acaudalada viuda de
narcotraficante, porque ella le ocultó su verdadera identidad con locual no
le permitió al contador elegir si quería tenerla como cliente.
Sus pasos en el país
Victoria Eugenia Henao llegó a la Argentina en 1995. Al poco tiempo comenzó a
tramitar la radicación en Migraciones y obtuvo su DNI como inmigrante con
capital. En Colombia, la mujer era parte del programa conocido como
protección de personas. Por eso llegó a Buenos Aires con documentación
oficial de ese país a nombre de María Isabel Santos Caballero.
Fuentes de la SIDE aseguraron a este diario que en 1996 encontraron a Henao en el country
Las Praderas, pero decidieron no iniciar una causa ni echarla del país porque no
tenía ningún pedido de captura.
Como nadie cuestionaba su presencia, Henao comenzó a invertir en el país.
Pero las cosas se le complicaron después de un enfrentamiento que tuvo con su contador,
Juan Carlos Zacarías. Henao sostiene que el hombre se quedó con quinientos mil dólares
de un vuelto. Por eso le inició una demanda judicial. La viuda de Gaviria
asegura que, a modo de venganza, él la denunció a las autoridades.
En el juzgado de Gabriel Cavallo venían investigando a Henao desde hace dos meses y
medio. Su detención no estaba planeada a corto plazo, ya que aún faltaban recolectar
elementos para probar si la mujer había lavado de dinero. Sin embargo, el juez tuvo que
adelantar la captura de la viuda porque el lunes, en su programa Memoria,
Samuel Chiche Gelblung aseguró que la mujer de Gaviria residía
clandestinamente en Buenos Aires con otro nombre.
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Henao fue detenida el martes a la noche, pero quedará en libertad si el juez Cavallo no
pudiese probar que ella, su hijo de veintidós años y los contadores que contrató forman
parte de una asociación ilícita.
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