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En los 13 años que lleva como rector de la UBA, Oscar Shuberoff nutrió a la universidad pública y a unos cuantos establecimientos que dependen de ella de un batallón de familiares, amigos y militantes políticos. Entre los primeros: su mujer, su hermano, su cuñada e incluso empleados de sus empresas, e hijos de esos empleados. Entre los segundos, 31 muchachos que trabajan con él en su comité de Formosa 114, en el barrio de Caballito. Tal es la denuncia impulsada por un grupo de correligionarios de Shuberoff, de la que ayer el rector se defendió devolviendo el golpe. En diálogo con Página/12 calificó las acusaciones como un apriete para (Fernando) De la Rúa y aseguró que está seguro de que detrás de ella están los ex concejales Eliseo Roselló y Miguel Herschberg, expulsados del radicalismo en medio de un escándalo de denuncias cruzadas sobre la contratación de ñoquis en el Concejo Deliberante, amenazas y extorsiones. Shuberoff, sin embargo, admitió que los contratos de sus parientes existen. Designé a miles de personas dijo a Página/12 y es razonable que en algunos casos eligiera a quienes tienen que ver con mis afectos. ¿Su mujer trabaja en la universidad? Está acá hace 14 años. ¿Qué cargo tiene? Es profesora adjunta en una facultad, jefa del servicio de psicología en la Dirección de Salud y asesora al rectorado. ¿Tiene entonces tres sueldos? Son tres salarios distintos, compatibles con las normas vigentes. ¿Cuánto gana? No recuerdo los valores. Posiblemente esté cerca de los 1800 pesos. ¿Y su hermano? Trabaja en un programa que depende de la Secretaría de Extensión Universitaria, desde hace unos cuatro años. No en ningún teatro como dijeron los periodistas. ¿Quién lo designó? Lo tengo que haber designado yo. La denuncia contra Shuberoff, que fue difundida por radio Mitre, señala también que su primera esposa, su cuñada y la hija de su actual pareja consiguieron empleo en el ámbito de la universidad o en establecimientos que dependen de ella. Y que lo mismo vale para la treintena de militantes del comité de Caballito. Mis ex mujeres nunca trabajaron aquí, sostuvo ayer Shuberoff. ¿Los militantes radicales tampoco? En una parte de los casos puede ser, pero no en todos. Se trata de gente honorable que trabaja 7 horas por día, no de ñoquis. Todo esto me indigna porque atacan gente que ayudó a reconstruir la universidad. Además, se meten con mi intimidad. Me acusan de haberme enriquecido cuando en todos los años que llevo como rector tuve que desprenderme de 54 propiedades y mi patrimonio se redujo. ¿La universidad no objeta el nombramiento de parientes? No está prohibido contratarlos. Nadie le prohíbe al presidente Menem contratar a su cuñado o algún hermano. Eso sería como atacar a Arturo Illia porque puso a su hermano de secretario general. Con esto quieren presionar a De la Rúa, pero desde ya le digo que el presidente no es presionable y que lo invito a que venga a ver lo que quiera. Quiero que quede claro que tanto la universidad como mi persona están abiertas a cualquier investigación. Lo que quieran revisar, que lo hagan.
HACEN LUGAR A UN AMPARO DE LA UBA Una vez
más el Poder Ejecutivo intentó recortar el presupuesto de la Universidad de Buenos Aires
(UBA) y una vez más el rector Oscar Shuberoff ganó la pulseada en la Justicia. En esta
oportunidad fue el juez en lo contencioso administrativo federal Martín Silva Garretón
quien ordenó a la Jefatura de Gabinete que se abstenga de darles un destino
distinto a los fondos asignados en el presupuesto nacional a esa casa de altos
estudios.
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