Fueron 53
contra 1. El aislamiento internacional de Rusia quedó patente ayer en Estambul durante la
sesión inaugural de la Cumbre de la Organización para la Seguridad y Cooperación en
Europa (OSCE): prácticamente la totalidad de los 54 países miembros se dirigieron al
presidente Boris Yeltsin para pedirle, con mayor o menor contundencia, que ponga fin a la
guerra de Chechenia y opte por una salida dialogada. El presidente ruso Boris Yeltsin
escuchó con pésimo humor el discurso de Bill Clinton, y se marchó con su séquito sin
firmar ningún documento ni esperar al fin de la Cumbre. Quedó como representante ruso el
ministro de Relaciones Exteriores Igor Ivanov, quien finalmente ayer por la tarde acordó
firmar una declaración según la cual la OSCE puede intervenir en la solución de
conflictos, y esto se refiere a Chechenia.Desde la intervención de la OTAN en Kosovo, las
relaciones de la Unión Europea y Estados Unidos con Moscú están en su peor momento
desde el fin de la Guerra Fría. El discurso que ayer pronunció Yeltsin evocaba la
retórica y los gestos de Nikita Kruschev. Rechazó toda injerencia en los asuntos
internos de Rusia, acusó a la OTAN de agredir a Yugoslavia y advirtió que su ejército
hará todo lo necesario y sin contemplaciones para liquidar a los terroristas
en Chechenia. Poco después anunciaba que regresaba a Moscú sin esperar la segunda
jornada de la cumbre y que el ministro de Exteriores, Igor Ivanov, quedaba como jefe de la
delegación rusa.El más duro con Yeltsin fue un aliado tradicional de Rusia. El
presidente francés Jacques Chirac advirtió que su país decidirá si firma hoy la Carta
de Seguridad Europea y la revisión del Tratado de Fuerzas Convencionales en Europa (CFE)
en función de los compromisos que adquiera Rusia respecto de Chechenia. Seamos
claros: los acuerdos sólo valen si son aplicados y respetados, afirmó Chirac. La
actualización del Tratado de Viena sobre Limitación de Armamento Convencional y la Carta
de Viena sobre creación de medidas de confianza son los otros dos documentos que la
cumbre debe ratificar. El tratado jurídicamente vinculante para la limitación de armas
convencionales supondría posiblemente la única buena noticia ya que compromete a las
fuerzas armadas rusas a acabar con las flagrantes violaciones que comete actualmente en el
Cáucaso respecto de los topes de armamento y tropas. Además, ayer parecía haber avances
en la fijación de un calendario para que Rusia retire sus tropas de Moldavia y Georgia,
países independientes pero Estados ex soviéticos, muy preocupados por la política rusa
y por el constante retraso en esta salida de las viejas bases militares soviéticas en su
territorio. La causa de la inesperada demora del acto de firma debe achacarse a las
negociaciones para elaborar una declaración conjunta de la Cumbre de Estambul que
inevitablemente tiene que incluir a Chechenia como protagonista involuntaria. Son muchos
los Estados que habían acudido a Estambul firmemente convencidos de que una firma
testimonial de una Carta sobre seguridad, defensa de la democracia y los derechos humanos
no haría sino minar la credibilidad de la OSCE en unos momentos en que es más necesaria
que nunca. Por eso exigían que Rusia hiciera ciertas concesiones en la crisis de
Chechenia, en general modestas, como el permiso de apertura de una oficina de la OSCE en
Ingushetia para coordinar la ayuda humanitaria en esta provincia rusa, el permiso hasta
ahora denegado por Moscú para que una misión de la OSCE viaje a Chechenia y una
mediación de la organización entre Moscú y Grozny. La nueva Carta de seguridad europea
se firmará hoy después de que Rusia aceptara que se incluya el principio de que la OSCE
debe poder actuar en conflictos internos, señaló la secretaria de Estado norteamericana,
Madeleine Albright. Tenemos lo que queríamos, se ha aceptado que a la OSCE le
compete tratar en conflictos civiles internos, indicó Albright en una conferencia
de prensa. El acuerdo ruso significó que, finalmente, la OSCE logró un acuerdo acerca de
que los conflictos dentro de un país que amenazan con salir de sus fronteras son
asunto de todos, añadió Albright.Este lenguaje está incorporado en la
Carta, se congratuló la secretaria de Estado, quien consideró que se trata de
un paso importante hacia la creación de herramientas que permitan ayudar a
los países a tratar con los conflictos internos que se están haciendo más frecuentes.
Las negociaciones que lograron el cambio de actitud de Moscú se llevaron a cabo entre los
ministros de Exteriores de EE.UU., Alemania, Reino Unido, Francia e Italia. El acuerdo
incluyó también los términos de la declaración final de la cumbre que se aprobará
mañana. La declaración incluirá una referencia a Chechenia en términos que intenten
satisfacer a todos: reiterar la soberanía rusa y la condena del terrorismo, pero a la vez
recoger las preocupaciones de los otros países de la organización sobre la situación
humanitaria. El único punto importante de la OSCE que queda por cerrar es la
modificación del tratado sobre los niveles de fuerzas convencionales en Europa (CFE).
Altos funcionarios continúan las negociaciones para poder firmar esta revisión también
hoy. Uno de los principales puntos para lograr el acuerdo de Rusia estriba en que la
retirada de las tropas rusas de Georgia y Moldavia hace el acuerdo más laborioso.
La guerra que no cesa Después de que una serie de misiles tierra-tierra disparados en la noche del
miércoles contra la capital chechena de Grozny dejaran unos 170 muertos, las fuerzas
rusas tomaron ayer la ciudad de Atjoi Martan, continuando con su avance inexorable en el
territorio esta república rebelde del Cáucaso. El balance de víctimas de la pasada
noche, particularmente elevado, fue anunciado ayer al tiempo que el presidente Boris
Yeltsin volvía a Moscú sin haber cedido nada hasta ese momento ante la cumbre de la OSCE
en Estambul. La situación de los 200 mil refugiados en la Ingushetia es crítica. Se
espera que pronto superen a los 340 mil habitantes de esa paupérrima república vecina en
el Cáucaso. |
|