Por Patricia Chaina Si yo fuese
miembro de APTRA, me hubiera dado el premio hace tiempo, dice Liliana López Foresi
pocos días después de haber recibido el primer premio Martín Fierro de su larga carrera
en los medios audiovisuales. La estatuilla que no fue a recibir porque tenía
otros compromisos, asegura la consagró por su labor periodística en La
persona indicada, el programa que conduce por canal Plus los martes a las 21. La
decisión de APTRA en el rubro de los conductores periodísticos, ya que en la labor
masculina fue premiado Eduardo Aliverti, quizá pueda ser leída como símbolo del fin de
una era en la televisión. López Foresi se refugió en el cable en 1991, cuando terminó
en Canal 13 el contrato de su noticiero de la medianoche: Revista 13. Sus
opiniones la habían convertido en una voz molesta para el gobierno de Carlos Menem. Y su
silencio posterior fue visto como emergente de la concentración mediática que involucra
a los grandes medios nacionales, entre ellos el mismo Canal 13. Aún convencida de que
merecía ganarlo, López Foresi no esperaba el premio en esta oportunidad. He vivido
de estar nominada, dice. Empecé a trabajar en 1974. En el 75 tuve la
primera terna. Después se dejó de dar el premio y cuando vuelven, ocho o diez veces
estuve ternada.¿Siempre por labor periodística o conducción, en radio o
TV?¡Por animación también! Compartí una terna con Susana Giménez justo el
último año que estuve en Canal 13. Una cosa muy rara. Estaba ternado Revista
13 como programa periodístico, pero yo que lo conducía estaba como animadora,
cuando era más bien la desanimadora porque las noticias eran para el desánimo.
¿La sorprendió haberlo ganado este año?Me dio alegría, no sorpresa. Es un
mimo. Nunca espero nada, no me apasiono, me tomo las cosas con tranquilidad. Es una
característica personal, pero además sé que en lo laboral nada da para tanta euforia y
ni para tanta depresión. Lo esperaba hace dos años, por Sólo una cámara
una editorial de 15 minutos que iba por TVA, para mí la idea más original
que se hizo en TV. También estaba nominado el programa. Y no gané ninguno. No me
decepciono porque enseguida me mimetizo con la alegría del que gana, si lo veo contento
en serio. Si lo veo soberbio, no. Como la que ganó esa vez fue Fanny (Mandelbaum), me fui
muy contenta. No dramatizo.¿A partir de este Martín Fierro tiene nuevos
proyectos?Tengo ideas. Acá ideas sobran. Faltan auspiciantes. Lo que me encantaría
que produjera el premio es lo que para mí sería lo justo. No concibo que las agencias
publicitarias no salgan a ofrecer un producto y lo tenga que hacer yo. Soy periodista, no
sé vender. A menos que sea una publicidad y que yo esté convencida, porque sino tampoco.
¿Cuál cree que sería la solución en este caso?Que los gerentes de
marketing cumplan con su trabajo. Aunque la decisión de encarar un nuevo proyecto a veces
no depende de ellos sino de los que están en el medio. Y uno finalmente no sabe en la
cama de quién se decide su destino laboral. El origen es el poder político. Pero a
partir de eso, ¡andá a saber por qué pequeñeces uno no trabaja en los lugares en los
que debería trabajar! Por qué mezquindades o pequeñas vanidades. Esto hace sufrir más
que la injusticia. Porque es humillante. Su desvinculación del 13 fue precedida por
período de tensiones, que para muchos fue censura encubierta, ya que no levantaron el
programa. No hablaría de censura. Los datos concretos son que en el canal no me
dirigieron la palabra desde el 2 de mayo hasta que terminó mi contrato. En el medio
sufrí dos atentados y me ocurrían cosas extrañas como encontrar mi casa abierta y todo
en orden, pero en diferentes lugares. Quizá el canal no quería afrontar el
escándalo de levantar su programa. Podían haberlo hecho. No soy una
francotiradora, funciono dentro del sistema. Si el canal se sentía presionado y me
decía: Vamos a levantarlo y generar otra cosa, no es momento para seguir con el
ciclo, está todo mal, yo entendía. Sabía que ellos tenían el poder y que yo era
una voz opositora en televisión, y que eso iba a traer consecuencias. No me quejo.
También sabía que iba a estar sola. Pero no imaginé que iban a ser nueve años.
|