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JUAN CARLOS BAGLIETTO-LITO VITALE
Mucho más que dos

El dúo coronará un lento pero sostenido proceso de crecimiento alpresentar mañana en el Luna Park un espectáculo basado en los temas de su segundo CD, “Postales del alma”, lleno de clásicos populares.

Idea: “Hoy, todo lo que tiene que ver con el rock llega mucho antes al negocio. Antes, el rock era alternativo: el éxito era algo difícil de asumir”.

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El encuentro artístico de los solistas comenzó al iniciarse la década que está por terminar.
Vitale es conocido en la escena desde MIA, a mediados de los ’70 Baglietto saltó a la fama en 1982.


Por Fernando D’Addario

t.gif (862 bytes)  Lito Vitale y Juan Carlos Baglietto coinciden en que “la química no tiene explicación”, aun admitiendo que existe, y que se proyecta en el público cada vez que actúan juntos. La química se manifestó explícitamente hace ocho años, sin aviso, cuando la dupla grabó Postales de este lado del mundo, un disco que solidificó los coqueteos que ambos, por separado, venían proponiéndole a la música popular. Sin causa visible, atendiendo quizás a requerimientos propios y ajenos que ellos no alcanzan a comprender, este año redoblaron la apuesta: editaron Postales del alma, un nuevo CD con versiones de clásicos del tango y del folklore (paradójicamente lo mejor del disco es un tema nuevo, que le da nombre al trabajo y fue escrito por Adrián Abonizio, Vitale y Lucho González), y lo presentarán mañana en el Luna Park. En una entrevista con Página/12, luego de recordar viejas anécdotas (“Nos conocemos desde los tiempos en que Juan estaba en Irreal y yo en MIA. Me acuerdo una vez que del grupo tucumano Redd me habían invitado a tocar teclados en un show que tenían en Rosario, y Juan se encargó de recibirnos. Y nos atendió muy bien. Terminamos parando en un hotel alojamiento”, cuenta Lito), ambos ofrecieron su visión sobre este dúo tan heterogéneo como compatible artísticamente. –Con el folklore no ocurre tanto, y mucho menos ahora, pero al tango, ¿se llega por edad?J.C.B.: Creo que con la edad empieza a manifestarse más libremente. Escucho tango desde chico, cuando mi viejo ponía sus discos de vinilo. Pero es cierto que tardé bastante en plasmarlo en un disco. Por el repertorio que elegía, me parece que se notaba en mí una cosa tanguera, aunque evidentemente de joven era muy prejuicioso, y siendo rockero no me animaba a incluir un tango. Creo que para aceptar el tango hace falta haber recorrido un camino, te tienen que haber pasado cosas. Con el folklore no pasa eso. –¿Y el rock? ¿Ustedes creen que lo que se hace hoy en el rock es menos denso que el tango? L.V.: Es que hay una diferencia, con el tango, y con el rock que vivimos nosotros. Hoy, todo lo que tiene que ver con el rock, por tener que ver con lo joven, llega mucho antes al negocio. Antes, el rock era algo alternativo, inclusive el éxito era algo difícil de asumir, parecía que si te iba bien se te llenaba la cabeza de conflictos. Hoy se trabaja en función del éxito rápido. Lo tienen claro las discográficas y también los músicos, que aprenden enseguida a entablar relaciones con el marketing y el negocio. Igual hay gente joven que escribe canciones piolas, está Iván Noble... bueno no es tan joven. Divididos... tampoco son jóvenes... Juan, salvame... ¿Babasónicos?J.C.B.: También hay que reconocer que cambiaron los códigos. A lo mejor están pasando un montón de cosas que nosotros nos perdemos, por una cuestión generacional. –En esta nueva etapa, ¿dónde creen ustedes que se manifiesta el costado rockero? J.C.B: Nosotros tenemos una actitud rockera para encarar el tango y el folklore. Esa actitud se manifiesta a través de los arreglos, pero no de un modo forzado. No decimos, “vamos a hacer que esta chacarera suene rockera”. Fijate que la más nueva de las canciones (“Postales del alma”) es la que tiene un arreglo más tradicional. Pero la actitud es otra. Yo no soy un buen cantor de tangos. No interpreto desde el sitio donde se plantan los tangueros, sino desde el lugar de un tipo que creció con Los Beatles. Y que luego adoró a Goyeneche y se copó con Julio Sosa. En el resultado final, que es la canción, están ambas cosas. Pero en ese balance, el rock le gana al tango. L.V.: A mí me pasa lo mismo. Admiro profundamente a Salgán, a Pugliese, pero desde chico escuché pianistas y tecladistas de rock. –¿Le gusta Mariano Mores? L.V.: Sí, claro. Mores tiene esa cosa exagerada que algunos le critican, pero ¡Es Mores! En su vida compuso algunas cositas, ¿no? El tipo tiene su marca. Se adónde va tu pregunta, porque a mí me critican lo mismo...–¿Y se hace cargo de esa crítica? L.V.: La acepto, y me hago cargo, pero no puedo hacer otra cosa, es mi estilo. Me gusta lo exagerado, y sé que cuando me lo hacen ver puede ser en tono de crítica, pero es mi forma de tocar... para mí el músico debe entretener y esto no tiene que ver con una diversión tonta, sino con que el artista pueda lograr que al público se le modifique algo en su estructura en el transcurso de un show.J.C.: Con esas cosas nos chicaneamos todo el tiempo. Nos damos máquina mutuamente. El se manda con el piano y entonces yo también. Vos fijate que el pianista por lo general está al servicio del cantante, es su empleado, pero acá no pasa así. –Llama la atención que sus apariciones en televisión son mucho más sobrias que sus actuaciones en vivo. L.V.: Porque en el programa de televisión el objetivo es otro. Se convirtió en un espacio para los músicos. Hay un sonido particular que el invitado tiene que respetar, pero lo que yo toco es irrelevante, queda siempre en función de lo que haga el artista del día. Casi ni se nota que estoy. Hasta ahora no hubo ningún invitado que dijera “yo voy a tu programa, pero si vos no tocás...”. –Cuando hicieron Postales de este lado del mundo, hace 8 años, ni siquiera se vislumbraba la “renovación” que vivieron el tango y el folklore. ¿El de ustedes fue un salto al vacío? J.C.B.: Siempre hubo renovadores, y además nosotros no tenemos nada que ver con lo que vino después, ni en el tango ni en el folklore. Y si fuimos los primeros no fue un mérito sino irresponsabilidad.L.V.: La verdad, no queremos ser “el cantante de tango, el pianista de folklore”, ni al revés.J.C.B.: Tampoco queremos que nos pongan al lado de Los Nocheros, ni que nos consigan una punta para ir de gira al Japón.

 


 

UN PREMIO PARA EL SITIO “TODOTANGO.COM.AR”
El momento del cibertango

Por Julio Nudler

t.gif (862 bytes) “Todotango.com.ar” se alzó anteanoche con el Matear de Oro en la primera edición de este premio, destinado a distinguir los sitios argentinos en Internet e instituido por cuatro cámaras del sector informático: Cabase, Cessi, Cicomra y Usuaria. “Todotango”, que obtuvo primero un Matear de Plata y luego el de Oro, fue ternado en el rubro Folklore, entre un total de 23, porque los organizadores no habían previsto al tango como un renglón aparte. El sitio vencedor, nacido en agosto, es una iniciativa de la agrupación Coleccionistas Porteños de Tango, tiene diseño de Jorge Vilas y conducción de Ricardo García Blaya. Su material, que va ampliándose permanentemente y es bilingüe (español-inglés), permite ingresar al universo del tango por múltiples accesos, conformando gradualmente una enciclopedia del género. El menú comienza por “Los creadores”. Dentro de éstos se cuentan músicos, poetas, cantores y bailarines. El recorrido puede conducir a Anselmo Aieta o Agustín Bardi, a Homero Manzi o Enrique Cadícamo, a Charlo o Angel Vargas, entre muchos otros. De cada uno de ellos se encuentra una semblanza, y fotos de la colección de Bruno Cepi. El visitante puede derivar hacia las partituras originales de varias de las piezas que escribieron e interpretaron.En “La selección” pueden encontrarse grabaciones antológicas, que siempre evitan los lugares comunes y que pueden bajarse libremente. El material va renovándose periódicamente, con fuerte presencia de registros difíciles, generalmente aportados por Héctor Lorenzo Lucci, presidente de los coleccionistas tangueros. Algo parecido sucede con “La radio”, la sección donde pueden escucharse las emisiones de Siempre el tango, el programa que Néstor Pinsón conduce por Radio Nacional AM los sábados de 19 a 21, y que está llegando así on line a remotos oyentes perdidos en el mundo.Gardel tiene obviamente su sección especial, dentro de la que puede atesorarse su voz en diferentes registros. En otro apartado gardeliano se va reproduciendo alfabéticamente un portentoso trabajo de Orlando del Greco, que ofrece una reseña de vida y obra de cada uno de los centenares de compositores y letristas que tuvieron la fortuna de ser interpretados y grabados por el Zorzal. La sección “La biblioteca” ofrece un diccionario lunfardo y otros anzuelos, como discografías completas de distintos intérpretes, o crónicas sobre cuestiones varias, desde el fenómeno de los estribillistas hasta un estudio de Emilio Zamboni sobre la incursión del tenor Tito Schipa en el tango. En “Imágenes” pueden contemplarse avisos de época, en los que competían fonógrafos, y hasta pathéfonos, todos resguardados meticulosamente por Lucci (y no sólo en papel), o las parisinas postales “Le Tango”, en las que danzan las francesas poseídas por el tango argentino desde la segunda década del siglo.

 

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