Por Fernando DAddario Lito Vitale y
Juan Carlos Baglietto coinciden en que la química no tiene explicación, aun
admitiendo que existe, y que se proyecta en el público cada vez que actúan juntos. La
química se manifestó explícitamente hace ocho años, sin aviso, cuando la dupla grabó
Postales de este lado del mundo, un disco que solidificó los coqueteos que ambos, por
separado, venían proponiéndole a la música popular. Sin causa visible, atendiendo
quizás a requerimientos propios y ajenos que ellos no alcanzan a comprender, este año
redoblaron la apuesta: editaron Postales del alma, un nuevo CD con versiones de clásicos
del tango y del folklore (paradójicamente lo mejor del disco es un tema nuevo, que le da
nombre al trabajo y fue escrito por Adrián Abonizio, Vitale y Lucho González), y lo
presentarán mañana en el Luna Park. En una entrevista con Página/12, luego de recordar
viejas anécdotas (Nos conocemos desde los tiempos en que Juan estaba en Irreal y yo
en MIA. Me acuerdo una vez que del grupo tucumano Redd me habían invitado a tocar
teclados en un show que tenían en Rosario, y Juan se encargó de recibirnos. Y nos
atendió muy bien. Terminamos parando en un hotel alojamiento, cuenta Lito), ambos
ofrecieron su visión sobre este dúo tan heterogéneo como compatible artísticamente.
Con el folklore no ocurre tanto, y mucho menos ahora, pero al tango, ¿se llega por
edad?J.C.B.: Creo que con la edad empieza a manifestarse más libremente. Escucho tango
desde chico, cuando mi viejo ponía sus discos de vinilo. Pero es cierto que tardé
bastante en plasmarlo en un disco. Por el repertorio que elegía, me parece que se notaba
en mí una cosa tanguera, aunque evidentemente de joven era muy prejuicioso, y siendo
rockero no me animaba a incluir un tango. Creo que para aceptar el tango hace falta haber
recorrido un camino, te tienen que haber pasado cosas. Con el folklore no pasa eso.
¿Y el rock? ¿Ustedes creen que lo que se hace hoy en el rock es menos denso que el
tango? L.V.: Es que hay una diferencia, con el tango, y con el rock que vivimos nosotros.
Hoy, todo lo que tiene que ver con el rock, por tener que ver con lo joven, llega mucho
antes al negocio. Antes, el rock era algo alternativo, inclusive el éxito era algo
difícil de asumir, parecía que si te iba bien se te llenaba la cabeza de conflictos. Hoy
se trabaja en función del éxito rápido. Lo tienen claro las discográficas y también
los músicos, que aprenden enseguida a entablar relaciones con el marketing y el negocio.
Igual hay gente joven que escribe canciones piolas, está Iván Noble... bueno no es tan
joven. Divididos... tampoco son jóvenes... Juan, salvame... ¿Babasónicos?J.C.B.:
También hay que reconocer que cambiaron los códigos. A lo mejor están pasando un
montón de cosas que nosotros nos perdemos, por una cuestión generacional. En esta
nueva etapa, ¿dónde creen ustedes que se manifiesta el costado rockero? J.C.B: Nosotros
tenemos una actitud rockera para encarar el tango y el folklore. Esa actitud se manifiesta
a través de los arreglos, pero no de un modo forzado. No decimos, vamos a hacer que
esta chacarera suene rockera. Fijate que la más nueva de las canciones
(Postales del alma) es la que tiene un arreglo más tradicional. Pero la
actitud es otra. Yo no soy un buen cantor de tangos. No interpreto desde el sitio donde se
plantan los tangueros, sino desde el lugar de un tipo que creció con Los Beatles. Y que
luego adoró a Goyeneche y se copó con Julio Sosa. En el resultado final, que es la
canción, están ambas cosas. Pero en ese balance, el rock le gana al tango. L.V.: A mí
me pasa lo mismo. Admiro profundamente a Salgán, a Pugliese, pero desde chico escuché
pianistas y tecladistas de rock. ¿Le gusta Mariano Mores? L.V.: Sí, claro. Mores
tiene esa cosa exagerada que algunos le critican, pero ¡Es Mores! En su vida compuso
algunas cositas, ¿no? El tipo tiene su marca. Se adónde va tu pregunta, porque a mí me
critican lo mismo...¿Y se hace cargo de esa crítica? L.V.: La acepto, y me hago
cargo, pero no puedo hacer otra cosa, es mi estilo. Me gusta lo exagerado, y sé que
cuando me lo hacen ver puede ser en tono de crítica, pero es mi forma de tocar... para
mí el músico debe entretener y esto no tiene que ver con una diversión tonta, sino con
que el artista pueda lograr que al público se le modifique algo en su estructura en el
transcurso de un show.J.C.: Con esas cosas nos chicaneamos todo el tiempo. Nos damos
máquina mutuamente. El se manda con el piano y entonces yo también. Vos fijate que el
pianista por lo general está al servicio del cantante, es su empleado, pero acá no pasa
así. Llama la atención que sus apariciones en televisión son mucho más sobrias
que sus actuaciones en vivo. L.V.: Porque en el programa de televisión el objetivo es
otro. Se convirtió en un espacio para los músicos. Hay un sonido particular que el
invitado tiene que respetar, pero lo que yo toco es irrelevante, queda siempre en función
de lo que haga el artista del día. Casi ni se nota que estoy. Hasta ahora no hubo ningún
invitado que dijera yo voy a tu programa, pero si vos no tocás....
Cuando hicieron Postales de este lado del mundo, hace 8 años, ni siquiera se
vislumbraba la renovación que vivieron el tango y el folklore. ¿El de
ustedes fue un salto al vacío? J.C.B.: Siempre hubo renovadores, y además nosotros no
tenemos nada que ver con lo que vino después, ni en el tango ni en el folklore. Y si
fuimos los primeros no fue un mérito sino irresponsabilidad.L.V.: La verdad, no queremos
ser el cantante de tango, el pianista de folklore, ni al revés.J.C.B.:
Tampoco queremos que nos pongan al lado de Los Nocheros, ni que nos consigan una punta
para ir de gira al Japón.
UN PREMIO PARA EL SITIO
TODOTANGO.COM.AR
El momento del cibertango
Por Julio Nudler
Todotango.com.ar se alzó anteanoche con el Matear de Oro en la primera
edición de este premio, destinado a distinguir los sitios argentinos en Internet e
instituido por cuatro cámaras del sector informático: Cabase, Cessi, Cicomra y Usuaria.
Todotango, que obtuvo primero un Matear de Plata y luego el de Oro, fue
ternado en el rubro Folklore, entre un total de 23, porque los organizadores no habían
previsto al tango como un renglón aparte. El sitio vencedor, nacido en agosto, es una
iniciativa de la agrupación Coleccionistas Porteños de Tango, tiene diseño de Jorge
Vilas y conducción de Ricardo García Blaya. Su material, que va ampliándose
permanentemente y es bilingüe (español-inglés), permite ingresar al universo del tango
por múltiples accesos, conformando gradualmente una enciclopedia del género. El menú
comienza por Los creadores. Dentro de éstos se cuentan músicos, poetas,
cantores y bailarines. El recorrido puede conducir a Anselmo Aieta o Agustín Bardi, a
Homero Manzi o Enrique Cadícamo, a Charlo o Angel Vargas, entre muchos otros. De cada uno
de ellos se encuentra una semblanza, y fotos de la colección de Bruno Cepi. El visitante
puede derivar hacia las partituras originales de varias de las piezas que escribieron e
interpretaron.En La selección pueden encontrarse grabaciones antológicas,
que siempre evitan los lugares comunes y que pueden bajarse libremente. El material va
renovándose periódicamente, con fuerte presencia de registros difíciles, generalmente
aportados por Héctor Lorenzo Lucci, presidente de los coleccionistas tangueros. Algo
parecido sucede con La radio, la sección donde pueden escucharse las
emisiones de Siempre el tango, el programa que Néstor Pinsón conduce por Radio Nacional
AM los sábados de 19 a 21, y que está llegando así on line a remotos oyentes perdidos
en el mundo.Gardel tiene obviamente su sección especial, dentro de la que puede
atesorarse su voz en diferentes registros. En otro apartado gardeliano se va reproduciendo
alfabéticamente un portentoso trabajo de Orlando del Greco, que ofrece una reseña de
vida y obra de cada uno de los centenares de compositores y letristas que tuvieron la
fortuna de ser interpretados y grabados por el Zorzal. La sección La
biblioteca ofrece un diccionario lunfardo y otros anzuelos, como discografías
completas de distintos intérpretes, o crónicas sobre cuestiones varias, desde el
fenómeno de los estribillistas hasta un estudio de Emilio Zamboni sobre la incursión del
tenor Tito Schipa en el tango. En Imágenes pueden contemplarse avisos de
época, en los que competían fonógrafos, y hasta pathéfonos, todos resguardados
meticulosamente por Lucci (y no sólo en papel), o las parisinas postales Le
Tango, en las que danzan las francesas poseídas por el tango argentino desde la
segunda década del siglo.
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