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Por Sergio Moreno El Senado americano no recibió aún, porque la Casa Blanca no los envió, los formularios (form papers es su nombre en inglés) con la información sobre Anthony Moffet, designado por el presidente Bill Clinton embajador de su país en Buenos Aires. Moffet debe pasar el duro filtro de la comisión senatorial encargada de dar el visto bueno a los diplomáticos de ese país, comandada por el republicano ultraconservador Jesse Helms. El tratamiento del pliego de Moffet se efectuará, con suerte, a partir de enero próximo. De pasar airoso el examen, ello ocurrirá ya entrado el 2000 y, teniendo en cuenta que deberá marcharse cuando cambie el gobierno en Washington --programado para el tercer lunes de enero del 2001--, Moffet será embajador en Argentina por menos de un año. El mecanismo de designación de un embajador norteamericano es complejo. El presidente nomina a su candidato en secreto y en secreto se mantiene el nombre hasta tanto sea investigado por el Departamento de Estado y por la Casa Blanca. La investigación es exhaustiva en lo referente a su estado financiero, conducta pública e historia familiar. Una vez que el Departamento de Estado termina su pesquisa, entrega los form papers a la Casa Blanca, que también realiza su propia investigación. Finalizada la faena, los papeles marchan hacia la comisión del Senado que es quien decide si el nominado puede representar al país en el extranjero o no. Ayer se realizó una de las últimas sesiones senatoriales del año. Con la proximidad de la fiesta nacional del Día de Acción de Gracias (Thanksgiving Day) y la cercanía de las vacaciones de Navidad y Año Nuevo, es poco probable que el Senado se vuelva a reunir antes de enero del 2000. Será entonces que la comisión encabezada por Helms --coautor de la ley Helms-Burton que endureció el embargo norteamericano a Cuba-- se aboque a tratar la designación de Moffet. Desde hace 216 años, todos los primeros martes de noviembre cada cuatro años, Estados Unidos elige su presidente. Las elecciones serán ese día del año entrante. Los presidentes electos asumen todos los terceros lunes del enero siguiente a los comicios, por lo cual el sucesor de Clinton asumirá ese día del 2001. Todos los embajadores norteamericanos del mundo terminan su mandato el día que asume el nuevo presidente. Por lo tanto, si finalmente Moffet es designado embajador en Buenos Aires, estará en el país por menos de un año. Su única chance de permanecer más tiempo depende de que se produzcan dos situaciones: * Que el actual vicepresidente Al Gore y precandidato demócrata salga victorioso en las primarias de su partido y luego se imponga al aspirante republicano George Bush (h) en las presidenciales del 2000. * De producirse eso, que Gore decida mantenerlo en su cargo, cosa que puede no ocurrir. Estados Unidos dejó sin embajador a la Argentina durante tres años --en gran parte porque el gobierno de Carlos Menem no se quejó nunca por esa situación--. Ahora, si Helms lo dispone, designará a otro que pasará unas cortas vacaciones en Buenos Aires.
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