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Carlos Menem sabe que éste es su último viaje a Europa como Presidente --al menos en este siglo-- y, para despedirse, se dio el lujo de visitar a los argentinos que realizan tareas humanitarias en un hospital de Kosovo. "Están aquí para contribuir a la paz y cuentan por ello con el agradecimiento del pueblo argentino y de esta presidencia, que ha hecho todo lo posible por este propósito", dijo Menem, que no pierde oportunidad en autoelogiar su gestión. Hoy, el Presidente pasará un día de descanso en Roma y mañana volverá al Vaticano: el papa Juan Pablo II canonizará a Héctor Valdivielso Sáez, un religioso que se convertirá en el primer santo nacido en la Argentina. No fue sencillo llegar a destino. El Tango 01 tuvo que ir desde un aeropuerto cercano a Roma y, desde allí, el Presidente tomó un helicóptero. Cuarenta minutos después llegó a Kosovo. Allí, Menem visitó el hospital reubicable de la Fuerza Aérea Argentina, donde lo interiorizaron sobre la ayuda humanitaria que los enviados están prestando a pobladores de la zona. Por ejemplo, Menem se enteró de que desde el 9 de octubre fueron atendidos en el hospital más de doscientos kosovares e integrantes de las fuerzas de paz. Entre ellos, ocho militares italianos que tuvieron que ser operados de gravedad luego de volcar con un auto militar en una zona montañosa. Menem también mantuvo un encuentro con los integrantes de la sección Ingenieros, compuesta por efectivos del Ejército y de Infantería de Marina. Estos hombres se ocupan de reparar caminos, puentes y de garantizar los servicios de suministro de energía eléctrica, gas y agua, que fueron destruidos durante la guerra. Menem les reconoció "la abnegación, la disciplina y el profesionalismo". Después de finalizar su rápida visita a Kosovo, Menem volvió a Roma. Antes, el Presidente había estado en Miami acompañado por su hija Zulemita; el ministro de Educación, Manuel García Solá; el secretario general de la Presidencia, Alberto Kohan; el diputado César Arias y el titular de la Casa de la Moneda, Armando Gostanian. Hoy pasará todo el día en la capital italiana y les dijo a sus allegados que quiere jugar al golf. Mañana irá a la Ciudad del Vaticano para asistir a la canonización del primer santo de la Iglesia Católica nacido en la Argentina, Héctor Valdivielso Sáez. "El presidente finaliza su segundo mandato y, por eso, quiere despedirse del Santo Padre, por quien siente tanto afecto y admiración. Es una gran alegría que su viaje haya coincidido con la fiesta de canonización del primer santo argentino", dijo Esteban Caselli, embajador ante la Santa Sede.
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