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LLACH SE REUNIO CON FREPASISTAS Y RADICALES PARA ARMAR EL EQUIPO
Primer round de una pelea bien educada

En el encuentro estuvieron Llach, las frepasistas Adriana Puiggrós e Irma Parentella y los radicales Andrés Delich y Adolfo Stubrin. Puiggrós rechazó el cargo de viceministra. Durísimas críticas de Marta Maffei.

Juan José Llach no tuvo el mejor día ayer.Piuggrós dijo no y Maffei le dijo de todo menos lindo.

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Por Nora Veiras

t.gif (862 bytes)  De jeans y camisa sport, el economista Juan José Llach se instaló ayer en el piso 19 del Hotel Panamericano para escuchar de boca de los propios actores qué pensaban radicales y frepasistas de educación. Es decir, qué piensa sobre el tema el gobierno que va integrar. –Los dejo con el futuro ministro de Educación para que conversen –dijo Cecilia Felgueras y cerró la puerta. Las frepasistas Irma Parentella y Adriana Puiggrós y los radicales Andrés Delich y Adolfo Stubrin fueron los interlocutores del encuentro pergeñado por el vicepresidente Carlos “Chacho” Alvarez. La intención era apaciguar los efectos de la onda expansiva que causó la elección del ex viceministro de Domingo Cavallo para el gabinete de la Alianza. Antes de sumarse al cónclave, Puiggrós rechazó la oferta para secundar a Llach en el ministerio. Fue el segundo cachetazo en un día: por la mañana la titular de CTERA, Marta Maffei, había rechazado el nombramiento del inminente ministro. “Fue una charla amena”, sintetizó Delich. “Le explicamos cómo funciona el sistema educativo”, ironizó Puiggrós. En nombre del presidente electo, Fernando de la Rúa, y de Alvarez, Felgueras le había ofrecido minutos antes a la diputada el viceministerio de Educación y le pidió que aportara sus equipos. Puiggrós eludió el convite porque “Llach representa otra concepción de la educación. El piensa que no se puede llegar a un acuerdo ni arreglo inmediato con lo salarial, que hay que provincializar las universidades. Es una persona que no conoce el sistema. Creo que tiene que armar el gabinete con gente afín y a los sectores progresistas uno los puede llevar a un límite, pero si se pasa ese tope no es útil para nadie, yo dejaría de ser quien soy”. Sobre sus equipos dejó abierta la puerta para que cada uno decida qué hacer.–¿Se integraría al gabinete de Llach? –le preguntó Página/12 a Delich, el diputado que proviene del radicalismo universitario y cursó en Flacso una maestría en gestión educativa.–Me sorprendió su designación, pero es buena porque se formó un gabinete de primera línea. Además es bueno teniendo en cuenta que siempre se dice que Educación tiene ministros débiles que no pelean la asignación de fondos. Ahora, él tiene absoluta libertad para integrar un equipo en el que se sienta cómodo. Difícilmente yo pueda decir me integro o no.Hasta el jueves a la noche, el hijo del actual senador cordobés Francisco Delich era el número puesto para el ministerio y Puiggrós había aceptado ser su segunda. La diputada, incluso, había dado el sí en caso de que el ministro fuera el cordobés Juan Carlos Palmero, ex secretario de Culto de Alfonsín. Anoche se comentaba que Delich podría recalar en la Secretaría de Políticas Universitarias y el ingeniero frepasista Ricardo Ferraro, en el otro viceministerio que dejó vacante la pedagoga. El nombramiento de Llach desestructuó a los aliancistas educativos. Durante la charla de ayer, la diputada Parentella le pidió al economista que conversara con los gremios y todos se sorprendieron por lo que denominaron “el prejuicio antigremial” del inminente ministro. “Cree que los gremios son una expresión corporativa, no los visualiza como posible aliado. Me parece que si se sienta y conversa va a descubrir que cosas que le preocupan a él sobre el funcionamiento del sistema también les preocupan a los gremios”, interpretó uno de los participantes del encuentro. La solución al problema de la Carpa Blanca es una de las preocupaciones de Llach, pero el camino no parece sencillo. Está convencido de que fue un error del gobierno menemista haber asumido como propio el reclamo salarial docente cuando los sueldos dependen de las provincias. Plantea como alternativa la modificación del sistema de coparticipación de forma tal que se reaseguren los incrementos destinados a educación. Ese camino supone una compleja negociación con los gobernadores y con los gremios y requiere de una muñeca política que no es la principal virtud del expartenaire de Cavallo, que siempre estuvo ensimismado en la reflexión y en la propuesta y no en el tira y afloje.Sobre la universidad, el ex viceministro de Educación de Alfonsín y actual integrante de la Comisión Nacional de Evaluación y Acreditación Universitaria (Coneau), Adolfo Stubrin, marcó sus diferencias con los problemas que plantea la autonomía de las casas de estudio en la visión de Llach, pero no se avanzó demasiado. “Esperamos que recorra rápidamente la distancia que existe entre los planteos y propuestas académicas y la política”, dijo uno de los interlocutores. Entre los amigos de Llach se mostraban, en cambio, preocupados por el escaso margen de maniobra que tiene un Ministerio de Educación, que no administra en forma directa el sistema y que tampoco puede meter mano en la universidad. Mañana, el economista se reunirá formalmente con De la Rúa y los radicales esperan que el alineamiento partidario ordene a la tropa y despeje las críticas por el desembarco del hombre de la Fundación Mediterránea.

 

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