Por Sergio Moreno “Si, nos
jugamos la vida, la existencia y, le diría, la supervivencia de la Alianza.” Así
habló a Página/12 un estrechísimo colaborador de Aníbal Ibarra sin apelar a eufemismo
alguno para exponer todo lo que la coalición y el Frepaso ponen en juego en las próximas
elecciones porteñas. Fernando de la Rúa comparte en gran medida ese criterio. Por eso
realizó personalmente el lanzamiento del ex fiscal en la tribuna calificada de la
Internacional Socialista, en París, hace menos de dos semanas. Ibarra y sus muchachos no
se han quedado atrás; por lo pronto se han dado a la tarea de solidificar el frente
interno con frentistas, frepasistas y radicales y ya tienen agendados encuentros con
dirigentes del peronismo y de Nueva Dirigencia para “ampliar la base” de la
Alianza. “Estoy abierto a todo”, dicen que suele decir el candidato a jefe de
Gobierno. El espaldarazo que De la Rúa dio a Ibarra al llevarlo a París como miembro
privilegiado de su económica comitiva –compuesta además por Darío Lopérfido,
vocero del presidente electo–, y hacerlo participar de todas las reuniones con los
jefes de gobierno, fue como un bálsamo para la gimnástica interna radical. Los rumores,
versiones, operaciones y anhelos provenientes de la UCR tras la derrota de Graciela
Fernández Meijide, referentes a un posible desplazamiento de Ibarra de la candidatura,
fueron sofocados por el gesto no menor del presidente electo. Siguen existiendo
correligionarios que desean ocupar el puesto del ex fiscal pero, tras el raid parisino, se
llamaron a silencio.–¿Cómo se está portando (Enrique) Nosiglia –preguntó
este diario.–Prolijo –respondió el asesor de Ibarra.–La última vez que
Coti fue prolijo, Duhalde llegó en jogging y con una paleta de paddle a Olivos. Menem iba
a firmar el pacto con Alfonsín.–Esta vez está prolijo, pero bien
–dijo.Traducción: Nosiglia ha morigerado su belicosidad hacia el Frepaso. De ello
dan cuenta las dos reuniones que mantuvo reservadamente con Carlos “Chacho”
Alvarez para sellar la paz, donde el operador del Pacto de Olivos comprometió su apoyo a
la candidatura de Ibarra (ver página 11).Antes de partir a Francia, De la Rúa e Ibarra
mantuvieron una larga tenida en el sector VIP de Ezeiza. El radical no economizó gestos
de apoyo; tampoco sugerencias: “Tenés que participar más visiblemente de los actos
de la ciudad”, dijo De la Rúa. Ibarra aceptó.Por ese entonces ya estaban en marcha
las negociaciones que la coalición mantiene en la ciudad para incluir a varios frentistas
en el gabinete porteño, tal como adelantó en exclusiva Página/12 hace siete días. Las
conversaciones, que llevan adelante Enrique Olivera, vicejefe de la ciudad, Darío
Alessandro e Ibarra, incluyen la participación de este último en las reuniones de
gabinete que la administración realiza en los barrios de la ciudad y que, de ahora en
más, tendrán más publicidad: al ex fiscal se lo verá más a menudo al lado de Olivera
quien, muy probablemente, lo secunde en la fórmula aliancista por voluntad de De la
Rúa.Como en toda negociación, hay intereses encontrados. La propuesta originaria era
dividir fifty-fifty los cargos del gabinete. El Frepaso considera que la responsabilidad
mayor sigue siendo hoy día del radicalismo, por lo que pretenden una representación
menor. Por otra parte, existen áreas conflictivas de las que las espadas de Ibarra no
quieren hacerse cargo. “Si explota una bomba y nosotros estamos a cargo, la cara la
tiene que poner Aníbal. Y eso no es negocio para nadie”, dicen atentos a las
elecciones.Chacho, Alessandro e Ibarra no descuidan su propio frente interno. La
designación del socialista popular Dante Caputo en la Secretaría de Ciencia, Tecnología
e Innovación Productiva –en el futuro gabinete nacional– por impulso de Alvarez
fue una señal bien comprendida por los socios internos. En cuanto al Frente Grande, el
lunes de la semana pasada el sector encabezado por el legislador porteño Eduardo Jozami
realizó una jornada donde se evaluó la situación postelectoral y las próximas
elecciones en la ciudad. El seminario fue cerrado por Ibarra. Esa relación fue abonada
cuidadosamente tanto por Ibarra como por Jozami. Cuando meses antes el legislador
enfrentó a Alessandro en los comicios internos del Frente, se cuidó de no cuestionar la
candidatura de Ibarra. Respondiendo el gesto, el ex fiscal se reunió con Jozami
–perdedor de la elección– el día siguiente de la interna.El ballottage vigente
en el distrito (único en el país) hace que todo esfuerzo para sumar voluntades sea poco.
Conocedores del escenario político, quienes rodean a Ibarra llenan la agenda con
reuniones extra alianza: dirigentes sociales, empresarios y fundamentalmente políticos.Su
objetivo central es el peronismo. Ibarra empezó a hablar con algunos justicialistas
simpáticos al progresismo. La fragmentación que estigmatiza al PJ porteño es una
tentación no sólo para la Alianza, sino también para sus dos competidores: Domingo
Cavallo y Gustavo Beliz. La Alianza no quiere quedar afuera de la pesca.Si bien el
peronismo es la pieza codiciada, no es excluyente en las apetencias aliancistas. Los
hombres de Ibarra en la Legislatura llevan meses de conversaciones con sus pares de Nueva
Dirigencia, aquellos que no se sienten cómodos con la etiqueta de centroderecha y que
encuentran asfixiantes las condiciones impuestas por Beliz dentro de su partido. Queda
aún por definir la fecha de las elecciones del distrito, atribución del jefe de
Gobierno. El siguiente diálogo contribuye a resolver la incógnita: –Quand seront
les elections? –preguntó Jaques Chirac, en su despacho parisino, hace diez
días.–Entre marzo y mayo –respondió De la Rúa, ante la mirada ansiosa de
Ibarra y Lopérfido.Ambos supieron que, en ese momento, había comenzado la cuenta
regresiva.
Posse, Mestre y Savanti Melchor Posse, uno de los socios políticos de Enrique Nosiglia, tiene
grandes posibilidades de ser designado como interventor del PAMI o del ANSeS. Lo más
probable, según las especulaciones de última hora, es que el intendente de San Isidro
lidere el ANSeS, por lo que el casillero del PAMI quedaría vacío. En este caso, la obra
social de los jubilados podría quedar en manos del ex gobernador Ramón Mestre. Con fama
de buena administrador, la designación de Mestre es defendida por buena parte del
poderoso radicalismo de Córdoba. La tercera posibilidad es algún empresario (podría ser
el Loma Negra Víctor Savanti), una idea defendida por el ex banquero Fernando de
Santibañes. Cualquiera sea el interventor, lo más probable es que el esquema sea
colegiado, según aseguraron a este diario fuentes de la Alianza. Así, el jefe del PAMI
estaría rodeado por el equipo técnico de transición, que está terminando de definir
las primeras medidas que se tomarán a partir del diez de diciembre. Fernando de la Rúa
ha asegurado que el PAMI será una de las prioridades de su gestión y quiere ocuparse
personalmente del tema. |
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