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EL PAPA CANONIZA A HECTOR VALDIVIELSO SAEZ EN SAN PEDRO
Hoy es el día del santo argentino

En su última visita oficial al Vaticano, Menem presenciará hoy la ceremonia que creará el primer santo porteño, fusilado en el alzamiento español de 1934. Será el primer San Héctor.

Final: Antes de despedirse, Menem y el embajador en el Vaticano, Esteban Caselli, practicarán uno de sus deportes favoritos: repartir condecoraciones.

Alineamiento: “Es un símbolo político, un regalo al menemismo por lo que ha hecho para el Vaticano en función del aborto. Por haberse alineado sin condiciones”.

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Por Washington Uranga
Desde Roma

t.gif (862 bytes)  En la Basílica de San Pedro, en el Vaticano, uno de los mayores símbolos del catolicismo contemporáneo, Juan Pablo II canonizará hoy a Héctor Valdivielso Sáez, el primer argentino que la Iglesia Católica eleva a la santidad y es presentado como modelo para los propios católicos y para la sociedad. El presidente Carlos Menem estará presente en la ceremonia. En Argentina el acontecimiento será acompañado a la diez de la mañana de hoy por un repique general de campanas en las más de 2500 parroquias de todo el país y con el sonar de las sirenas de bomberos. El nuevo santo, religioso de la congregación de los Hermanos de las Escuelas Cristianas (La Salle), nació en Buenos Aires el 31 de octubre de 1910. Siendo niño, emigró a España con su familia y fue fusilado, a los 23 años de edad, en Turón (España) el 9 de octubre de 1934, en uno de los levantamientos que precedieron a la Guerra Civil Española. Valdivielso y sus ocho compañeros trabajaban como maestros en una escuela católica.El oficio de canonización, que será transmitido por televisión para la Argentina, tendrá toda la pompa y el protocolo pontificios. Las autoridades vaticanas, siguiendo una vieja costumbre, rodean de secreto y misterio muchos de los detalles de una ceremonia que es, de por sí, altamente previsible. Acompañando al Papa en la Basílica de San Pedro estarán todos los cardenales presentes en Roma, una delegación de obispos argentinos presidida por el titular de la Conferencia Episcopal, Estanislao Karlic, y el nuncio apostólico en Buenos Aires, Ubaldo Calabresi. En primera fila se sentarán Menem, el vicepresidente y gobernador electo de la provincia de Buenos Aires, Carlos Ruckauf, el secretario general de la Presidencia, Alberto Kohan, los ministros de Educación, Miguel García Sola, y de Defensa, Jorge Domínguez, y el embajador argentino ante la Santa Sede, Esteban Caselli. Se espera que aproximadamente mil argentinos -.la delegación más numerosa– esté presente en San Pedro hoy para acoger la proclamación de San Héctor, quien será además el primero de ese nombre que se inscriba en el santoral católico. La canonización de Héctor Valdivielso Sáez, quien hasta su beatificación era prácticamente desconocido aun para los católicos argentinos más fervientes, fue impulsada desde España por la congregación de los lasallanos, interesada en la santificación del grupo de nueve de sus miembros fusilados, cuyo martirio se pretende reivindicar ahora. La santidad de Valdivielso, en principio prevista para el año 2001, se adelantó gracias a las gestiones realizadas por el postulador (promotor) de la causa, el italiano Rodolfo Meoli, hermano de La Salle. Las presiones de la congregación lasallana coincidieron con el interés del mismo Papa, el que más santos le ha dado a la Iglesia Católica en toda su historia.El propio Carlos Menem y su embajador en el Vaticano, Esteban Caselli, se interesaron también por la causa de Héctor Valdivielso, aportando sus propias influencias y contactos en Roma para lograr que la canonización se concretara antes del fin del actual mandato presidencial. De hecho, Menem aprovechará este viaje a Roma para despedirse de sus amigos en el Vaticano y entrevistarse, por última vez en su calidad de jefe de Estado, con Juan Pablo II. Hoy por la noche el Presidente argentino brindará una recepción a la que están invitadas las más altas autoridades de la curia romana y que también servirá de despedida de Roma para el embajador Caselli, quien esta semana abandona el Vaticano para hacerse cargo de sus nuevas tareas políticas en la provincia de Buenos Aires. Antes de despedirse Menem y Caselli, practicarán uno de sus deportes favoritos: repartir condecoraciones. En este caso dos de los condecorados serán el cardenalJozef Tomko, prefecto de la Congregación para la Evangelización de los Pueblos, y el obispo José Saraiva Martins, prefecto de la Congregación para las Causas de los Santos, dos de los pocos dignatarios vaticanos que aún no habían recibido distinciones del gobierno argentino. El tercero será el periodista italiano Bruno Vespa.Muchos residentes de Roma se han visto sorprendidos por los muchos argentinos que, en clima festivo, recorren las calles de una ciudad en la que aún existen signos evidentes de las obras públicas planificadas para celebraciones del segundo milenio y que ya a esta altura del año parece difícil que puedan culminar a tiempo. La sorpresa por la presencia argentina se percibe también entre los españoles, que suman nueve santos, pero pierden ante el bullicio de los argentinos, transformados casi en una hinchada futbolera que hace fuerza por “San Héctor”.

 


 

RUBEN DRI ANALIZA LA CANONIZACION
“Es un gran regalo”

Por Alejandra Dandan

t.gif (862 bytes) Rubén Dri es académico de la Facultad de Filosofía y Letras de la UBA. Profesor allí de sociología de la religión y teólogo, rastrea en esta entrevista con Página/12, la matriz política y simbólica bajo la canonización de Héctor Valdivielso. En su análisis, Dri ubica al santo argentino como uno de los nuevos iconos legados por la década de Carlos Menem: “Es un gran regalo que le hace la Santa Sede al menemismo por lo que hizo en función del aborto. Es un símbolo político de la derecha: la lucha contra el comunismo, la aprobación de regímenes como el de Franco, pero que protegieron a la Iglesia”.–¿Qué significa políticamente la canonización de Valdivielso?–Cuando la Iglesia canoniza, propone a ese sujeto como ejemplar, habría practicado las virtudes cristianas en grado heroico. Se lo pone como modelo para los cristianos, se lo puede venerar y pedir gracias. Esta canonización y sobre todo con este Papa –es el que más ha trabajado con un sentido político– tiene un significado político bien claro: la lucha contra el comunismo y la aprobación de regímenes como el de Franco que protegieron a la Iglesia y estuvieron de acuerdo con ella. Si hay algo claro en las canonizaciones actuales –hay que agradecérselo a este Papa-, es el sentido político: sobre todo después de Videla Balaguer, el fundador del Opus Dei. Quedó clara la aprobación de la derecha y del franquismo.–Este Papa tuvo una política manifiesta procanonizaciones. ¿A qué se debe?–Su proyecto es una Iglesia poderosa, populista y sabe que el pueblo se maneja con grandes símbolos: los santos son grandes símbolos. –¿Y éste?–Valdivielso es un símbolo político de la derecha. Este es un gran regalo al menemismo por lo que ha hecho para el Vaticano en función del aborto. Por haberse alineado sin condiciones con el Vaticano. Los primeros santos en las comunidades primitivas no eran canonizados por la jerarquía, el pueblo los hacía santos. Hay un política específica de la jerarquía cuando canoniza a alguien. –¿Cómo es el proceso?–Para canonizar hace falta mucho dinero. Es un proceso jurídico: hay que ver documentos. Hay un tribunal, se lo declara primero venerable, beato y después santo. Es todo un proceso que en el derecho canónico requiere un lapso de tiempo que no siempre se cumple porque hay triquiñuelas como las que hubo con Balaguer: no se permitieron alegatos en contra del santo. –¿Cómo opera la introducción de un nombre en ese canon eclesial?–Yo no quisiera que Angelelli esté santificado: porque a través de ese mecanismo la Iglesia lo recupera para la institución, lo que sería cambiar lo que significó para el pueblo y la lucha de la liberación. Se reinterpretan los grandes símbolos del pueblo, porque si bien la Iglesia los propone desde arriba, el pueblo hace sus propias interpretaciones. La gente hace santos a otros que la Iglesia no reconoce.–¿Gilda? –El Gauchito Gil, la Difunta Correa. Hay toda una lucha hermenéutica: La Iglesia lucha por darle un determinado sentido, debajo siempre hay otros sentidos que están subordinados. –¿Qué significa para la Iglesia hoy seguir hablando de milagros?–El discurso de la Iglesia mezcla la racionalidad con lo mitológico, ella no ignora que los mitos perduran. Y el milagro, teológicamente, significa ver la acción de Dios en algún hecho o acontecimiento. Esto no significa que este acontecimiento sea extraordinario, cualquier hecho en ese sentido puede ser un milagro: pero, de acuerdo con una concepciónmitológica, un milagro es un acontecimiento que sale fuera de lo normal y puede ser interpretado por la intervención de un ser sobrenatural.

 

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