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![]() La historia de esta extradición y de las que vendrán, algunas ya autorizadas por Pastrana, comenzó hace apenas un mes y medio, cuando unos 30 colombianos fueron detenidos en el marco espectacular de la Operación Milenio, que se extendió a Ecuador, los Estados Unidos, México y otros países. Uno de ellos, Fabio Ochoa Vásquez, había sido aliado del extinto jefe del cartel de Medellín, Pablo Escobar Gaviria. Junto con estas extradiciones volvió el fantasma del narcoterrorismo: hace dos semanas, cuatro bombas activadas en Bogotá, Medellín y Cali dejaron siete muertos y cerca de 70 heridos. Los Extraditables, nombre de los supuestos capos del narcotráfico que pueden ser enviados a los Estados Unidos, publicaron un comunicado afirmando que no tuvieron ninguna responsabilidad en esos hechos. "No vamos a permitir, de ninguna manera, que Colombia se convierta en el paraíso o en el oasis de la delincuencia, cualquiera que ella sea. Vamos a seguir respaldando la lucha contra el narcotráfico, aplicando la ley, como corresponde", señaló el presidente Pastrana tras descartar que vuelva la ola de atentados narcoterroristas que eran moneda corriente en los años '80. Con la consigna de que preferían "una tumba en Colombia a una celda en los Estados Unidos", Los Extraditables habían cometido muchos ataques terroristas entre 1984 y 1991, que costaron la vida a centenares de personas. Esta ola de atentados incluían blancos seleccionados como candidatos presidenciales, jueces, periodistas, magistrados y policías. La extradición fue reimplantada por una reforma constitucional de 1997, aunque con un inciso que impide aplicarla a delitos cometidos antes de ese año. Todo indica que volverá la afluencia de colombianos acusados de narcotráfico a los Estados Unidos, y que los temores de narcoatentados, por más desmentidos que circulen, estarán más presentes que nunca.
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