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DEFICIENCIAS EN UN EJERCICIO PARA RESCATAR UN AVION SECUESTRADO
Menos mal que era sólo un simulacro

Había que rescatar rehenes de un avión. Intervinieron Fuerza Aérea y dos jueces federales. Por los errores vistos, si hubiera sido real, habría resultado trágico.

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Los secuestradores capturados y, a la derecha, los swats preparándose para entrar.


Por Alejandra Dandan
t.gif (862 bytes)  Por un handy se disparó el grito furioso:

--Esto es un secuestro real, ¡vamos a establecer contacto cuando yo quiera! Si no me dan el helicóptero, cada cinco minutos tiro gente por la escalera.

na17fo03.jpg (15128 bytes)La amenaza movilizó el Aeropuerto de Ezeiza. Seis hombres secuestraron un Boeing 747 de Aerolíneas Argentinas. La Policía Aeronáutica (PAN) ensayó negociaciones a lo largo de dos horas. Fue inútil: cinco rehenes murieron antes de que la tropa de los swat aeronáuticos retomara el control de la nave. El jefe de aeropuerto dijo: "Aunque es doloroso, cinco vidas sobre 400 es un resultado aceptable". Pero todo fue una gran mentira. La Fuerza Aérea programó un simulacro de secuestro de avión para medir la capacidad de sus tropas en situaciones semejantes. El guión del ensayo incluía a los cinco muertos, una muestra de las bajas expectativas con que se planea un rescate. El operativo, gestado bajo la sombra de la masacre de Ramallo, cometió errores que en circunstancias reales podrían resultar trágicos: los rehenes eran liberados sin que nadie los atendiera; el camión de bomberos no llegaba; nadie sabía si detener el movimiento del aeropuerto y las acciones de los buenos eran sabiamente anticipadas por los malos.

Para la Fuerza Aérea es posible que en el corto plazo exista una situación real de secuestro de avión. Este fue el eje bajo el que se llevó a cabo el ensayo de simulacro en Ezeiza, según el diagnóstico del director Nacional de la Policía Aeronáutica, comodoro Eduardo Perondi. Los guiones para ese ensayo fueron trabajados por dos integrantes de la Fuerza Aérea entrenados como negociadores. Para hacerlo no tuvieron en cuenta el perfil histórico de los secuestradores de aviones, usualmente grupos de terroristas o fundamentalistas, sino al delincuente común. "Estamos pensando en grupos de alta peligrosidad", dijo Perondi.

Toda la tropa de Fuerza Aérea sabía que se trataba de un día de práctica, pero pocos conocían las características. De este modo los evaluadores contaban con analizar el grado de respuesta que podría llegar a tener su gente en situaciones similares. La trama de la ficción abarcó desde el momento en que el avión, desde el aire, da señal de alarma hasta la recaptura ordenada por los dos jueces federales que acompañaron la experimentación.

El guión aparentemente fue bueno, al menos para probar las ineficiencias que ahora serán criticadas y evaluadas por la fuerza. Los errores surgieron desde el principio. La hipótesis oficial era que los secuestradores formaban parte del pasaje. Pero los malos siguieron su propio guión y subieron al avión después. Y en la escalada a la nave sumaron a un comodoro --también fuera del libreto--, que encontraron en el camino. Esto generó confusión entre los analistas: no supieron hasta mucho más tarde cuántos pasajeros tenían.

El tiempo de la negociación se dilató. Los jueces federales invitados no conocían nada delna17fo04.jpg (15143 bytes) procedimiento ni de los convenios internacionales bajo los que debe actuar la fuerza en casos de un secuestro. Por eso, los magistrados Alberto Santamarina y Carlos Ferreyro Pella fueron aleccionados junto a sus seis secretarios. El escenario para hacerlo fue la minúscula cabina de control del aeropuerto. En medio de unas treinta personas que intentaban aggiornarse, los empleados debían seguir cumpliendo su trabajo para ordenar ascensos y aterrizajes de Ezeiza.

Se planteó una duda capital. El jefe de aeropuerto decidió entonces apartar un poco al juez Ferreyro Pella.

--Y a usted qué le parece --requirió el comodoro-- ¿tendría que cerrar el aeropuerto en una situación así o no?

--Ustedes son los que saben de estas cosas --esquivó el juez.

--Si ya sé --insistió el hombre--, ¿pero a usted qué le parece?

No logró sin embargo una definición por parte del juez. Pasado el traspié supieron a través de un radio que dos de los rehenes estaban muertos. Aún los negociadores no habían logrado establecer comunicación con los malos. Hubo un tercer muerto. Y allí se sustanció un diálogo de exigencias y ofrecimientos que se prolongó durante dos horas en las que los captores mataron a tres pasajeros más. La fuerzas de la Swat aeronáutica aún no llegaba. En el medio, los captores fueron cediendo rehenes. Bajaron los tripulantes, pero la ambulancia que debía socorrerlos se resistía a apresurarse. Ellos fueron recibidos --sin médicos--, pero sí por calurosos abrazos.

Tarde pero finalmente antes de la toma final, los buenos lograron dos concesiones: los malos estaban dispuestos a entregar dos rehenes. Un problema: bajaban recargados de explosivos posibles de activarse desde el avión. La información había sido insistentemente repetida por los captores a través de una de las frecuencias de handy, pero en tierra no había más que periodistas. Nadie recibió a los rehenes. Ni brazos calurosos ni ululares de ambulancias.

Por último la recaptura de la nave en manos de los grupos especiales. La estrategia fue esperar que los malos pidieran alimentos. El catering llegó en un camión grúa que escondía en la escalinata elevadiza a un grupo PAN agazapado entre los desniveles. Pero no contaron con un dato obvio: sobre el techo del avión uno de los captores se dedicaba a jugar al avistaje controlando lo que sucedía en torno. El problema: vio a la patrulla PAN inentando entrar. Gritó traición y trabó la puerta que finalmente se terminó forzando desde afuera.

El guión oficial incluye para los PAN otro papel penoso. Según el titular del cuerpo asegura que los primeros tres que entran --por las estadísticas-- saben que van a morir. Por fortuna, todas las balas eran de fogueo.


LA MASACRE, COMO TELÓN DE FONDO DEL OPERATIVO
Un día bajo la sombra de Ramallo

t.gif (862 bytes) "Nosotros tenemos en la cabeza los errores de Ramallo, debemos trabajar con eso para no repetirlo", dijo a este diario el juez federal Carlos Ferreyra Pella, de Lomas de Zamora. Fue uno de los magistrados que participaron del operativo de ayer en Ezeiza, donde en todo momento se hicieron presentes alusiones a la tragedia del Banco Nación y la necesidad, a través del entrenamiento, de distinguirse de aquella sombra. La Fuerza Aérea convocó por primera vez a dos jueces federales para participar de los ensayos que repiten una o dos veces al año. También esa convocatoria fue pensada en clave Ramallo.

"Llamamos a los jueces para que conozcan la situación operativa de un procedimiento de estas características, porque son ellos los que deben resolver qué se hace finalmente." La explicación fue del comodoro Eduardo Perondi, director nacional de la Policía Aeronáutica. También en esta preparación el comodoro evaluó una futura diversificación de responsabilidades: "Si se actúa bien, se aprueba; si sale mal se puede conocer dónde se produjeron las fallas".

Ramallo aparece tanto para Ferreyra como para Alberto Santamarina como la evidencia de lo que definieron un "proceso de transformación evolutiva de la delincuencia". Esa evolución es definida con la insistencia de mecanismos como la toma de rehenes, contactos "contaminantes" con los medios de comunicación y desinteligencias además de falta de conocimiento de las naves. "Nosotros fuimos a la facultad y aprendimos leyes --dice Santamarina--, no cómo trabaja un grupo swat." En tono de ironía, el perfil mostrado por el juez adelanta una decisión que parece consensuarse entre sus colegas. Así como ayer consideraron válida la práctica como aprendizaje a partir de ensayos y errores, parecen ahora dispuestos a repetir este tipo de mirada antropológica en el interior del resto de las fuerzas.

Ferreyra recordó un dato: en poco tiempo la cárcel de Devoto será traslada a los alrededores del aeropuerto de Ezeiza. "Esta situación de simulacro --vaticinó-- podría darse en cualquier momento."

 

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