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Por Claudio Zlotnik José Luis Machinea les llevará a los gobernadores del justicialismo una nueva propuesta para intentar destrabar el conflicto que la Alianza y el PJ mantienen en torno de los fondos que recibirán las provincias durante el año 2000. La oferta de Machinea respeta el pedido de los mandatarios de recibir el año que viene un monto cercano a los 16.000 millones de pesos, similar al promedio de lo percibido en los últimos dos años. De esta manera, el acuerdo entre la Alianza y los gobernadores acerca de un nuevo Pacto Fiscal que a su vez allanará el camino del Presupuesto 2000 va camino a certificarse. A cambio de asegurarles esos fondos a las provincias, el equipo económico aliancista propondrá mantener sin cambios la relación impositiva de la Nación con las provincias durante los próximos cinco años. La movida tiende a dejar afuera a los gobernadores de la discusión por el futuro paquete impositivo.El nuevo dibujo que Machinea elaboró para convencer a los gobernadores del PJ surgió tras la negativa de los justicialistas de aceptar 870 millones de pesos mensuales en concepto de suma fija por la coparticipación. Ahora, el economista planteó entregar como monto fijo un piso de 1250 millones y un máximo de 1325 mensuales a lo largo del 2000, incluyendo la coparticipación, los fondos específicos y los ATN que las provincias reciben todos los meses. Todo en un mismo paquete.Anoche, tanto en los distintos búnker de los aliancistas como de los justicialistas había optimismo sobre un inminente acuerdo, que podría refrendarse la próxima semana. La puesta en marcha de esta nueva iniciativa pospuso el tratamiento del proyecto presupuestario en la Cámara de Diputados. La sesión se realizará el miércoles 1º. Se han hecho muchos progresos. La mayor parte de las provincias advierte que la propuesta de la Alianza les es favorable. Ahora falta ahora lograr el acuerdo de todos, señaló ayer Rodolfo Terragno, el diputado de la Alianza que viene manteniendo estrechos contactos con los justicialistas.¿Qué ganarían las provincias si aceptan la propuesta de Machinea? Por un lado, se aseguran un monto fijo mensual independiente de los vaivenes que en el futuro pueda tener la recaudación tributaria. No obstante, según pudo averiguar este diario, los mandatarios van a plantear que el esquema fiscal vuelva a discutirse a fines del 2000, y no recién en el 2005 como quiere la Alianza. También se negarán a formar un fondo anticíclico tal como propuso Machinea con el dinero que eventualmente le sobre a la Nación si la recaudación del 2001 al 2005 es superior al monto fijo que se les ofrece a las provincias.¿Qué gana el nuevo gobierno? En primer lugar, pone entre paréntesis la relación complicada con las provincias, que en su mayoría están en manos del justicialismo, durante los próximos cinco años. También lograría un acuerdo que está en línea con las pautas presupuestarias del 2000. Y, además, atado el acuerdo con los gobernadores, le quedan las manos libres para aplicar un paquete fiscal, ya que ninguno de los nuevos impuestos tendría que participarse con los estados provinciales.Hay presiones externas muy fuertes para restringir los fondos de las provincias, admitió Terragno, dando a entender que el Fondo Monetario mira con lupa los acuerdos que se tejan con los gobernadores. Dado que el FMI y los inversores internacionales están atentos al cierre del déficit fiscal, la Alianza y el gobierno se pusieron de acuerdo en abonar recién en enero los aguinaldos de los empleados públicos que ganan más de 1000 pesos y de los jubilados con un haber superior a los 450 mensuales.
Propuesta de baja de aportes para sectores
productivos Por Roberto Navarro El reclamo de la Unión Industrial Argentina (UIA) al futuro gobierno para que anule la rebaja de aportes patronales al sector de no transables, puso en máxima tensión las relaciones entre las distintas cámaras empresarias que conforman el poderoso Grupo de los Ocho. Incluso la Cámara Argentina de la Construcción (CAC) y Confederaciones Rurales Argentinas (CRA), las otras dos entidades que, junto con la UIA, acaban de integrar el nuevo Grupo Productivo, no acordaron con la propuesta de la central fabril. En la misma UIA muchos se sorprendieron de la dureza de esa posición. La inminencia de los anuncios en materia impositiva por parte de la Alianza despertó una guerra de lobbies buscando descargar el peso del paquete fiscal cada uno sobre las espaldas de los demás. El ataque de los industriales pegó de lleno sobre los bancos, el comercio y las empresas privatizadas. La respuesta no se hizo esperar. La concepción económica de la UIA resulta arcaica, disparó Carlos María Martínez, director ejecutivo de la Unión Argentina de Entidades de Servicios. El sector financiero es el que llevó la peor parte en la propuesta de la UIA, que reclama la inclusión de las rentas financieras (plazos fijos) en el impuesto a las ganancias. Pero los banqueros prefirieron defender su posición de manera más discreta, con charlas con los legisladores de ambas cámaras que tendrán que aprobar los nuevos impuestos.La idea del documento surgió de Ignacio de Mendiguren, vicepresidente de la UIA y titular del Movimiento Industrial Nacional, uno de las dos líneas internas que conforman la central fabril. Su buena relación con la gente de la Alianza le sirvió para emparejar el poder del mismo presidente de la entidad, Osvaldo Rial, que se jugó para el lado equivocado cuando se presentó en la lista de diputados justicialistas. Aunque al principio encontró resistencias, el documento salió de la reunión del comité aprobado por unanimidad. El documento rompió la armonía en el recientemente conformado Grupo Productivo (GP). Desde hace semanas, los popes de la industria, el agro y la construcción buscan consenso para presentar una propuesta económica conjunta a Fernando de la Rúa, que priorice la producción por sobre los sectores de servicios y financieros. La sorpresiva iniciativa industrial no contó con el apoyo de la CAC y CRA, que prefieren mantener un perfil más moderado. Incluso el comunicado hablaba de sectores no transables, entre los que se incluye la construcción. Error que fue salvado un día después cambiando el no transables por no productivos.En lo que sí están de acuerdo los integrantes del GP es en presionar al futuro gobierno para que instrumente una política económica distinta de la que llevó adelante la administración menemista. Aprueban la reducción del gasto público, pero sin despidos ni rebajas salariales. El perfil económico del país no debe pasar por competir en bajos salarios, sino en la generación de valor agregado, afirman, defendiendo incluso el salario de los privados, como una manera de fortalecer el mercado interno. Quieren que se graven los intereses de los que colocan el dinero y no de los que lo piden para la producción. Siguiendo con la línea fijada por la UIA cuando lanzó su tímida campaña de compre nacional, proponen fortalecer al empresariado nacional como condición indispensable para un crecimiento duradero.
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