|
Todo era humo, gritos y gente que trataba de salir del local como fuera, describió a Página/12 un testigo del incendio que destruyó ayer un supermercado de la cadena Casa Tía en Comodoro Rivadavia, Chubut. El saldo, hasta anoche, era de un muerto y unos 60 heridos, entre ellos una mujer que, después de ser evacuada, dio a luz una beba, en el Hospital Regional, y se encuentra en grave estado. Las llamas, que se iniciaron en la parte superior del local, en minutos se expandieron por el salón comercial y produjeron el derrumbe del techo, lo que dificultó aún más la salida de las 200 personas que había en el lugar, la mitad de las cuales eran clientes. Aunque los peritos de bomberos no informaron oficialmente las causas del siniestro, el gerente general de la sucursal incendiada, Marcelo Girau, rechazó, mientras se apagaban los últimos focos de fuego, las versiones que especulaban en torno a un atentado y referían amenazas a otras sucursales patagónicas de la cadena Tía. Por su parte, el juez José Rago, a cargo de la investigación, inició una causa penal de oficio para determinar si el supermercado disponía de todas las medidas de seguridad para facilitar la evacuación de los clientes y el personal. El incendio quebró la calma habitual del mediodía en Comodoro Rivadavia: un inmenso hongo de humo negro de unos 15 metros de altura creció en pocos minutos desde el interior del supermercado, ubicado en la calle Pellegrini entre San Martín y Rivadavia. Cuando llegamos, los bomberos todavía no estaban y el frente vidriado del local estaba todo negro, relató a este diario el periodista José Sayago, uno de los primeros en socorrer a las víctimas: rompió los vidrios con un carrito del supermercado y ayudó a rescatar a los heridos, entre ellos la mujer embarazada. Minutos más tarde, nueve dotaciones de bomberos de Comodoro concurrieron al lugar y ayudados por vecinos y transeúntes que pasaban por el lugar continuaron con la evacuación y rescate de heridos. El supermercado ocupa 4500 metros cuadrados, 2500 de los cuales corresponden al salón de ventas. Un grupo de empleados quedó atrapado en oficinas ubicadas en el primer piso y tuvieron que descolgarse por las ventanas, hasta una escalera de los bomberos que llegaba hasta unos metros más abajo. La lucha contra las llamas se extendió durante dos horas y el operativo se realizó ante la presencia del juez de instrucción, José Rago, quien está a cargo de las investigaciones. Según informaron los testigos, el fuego se originó en el cielorraso del local y de inmediato se expandió por todas las instalaciones. De golpe vi una bola de fuego que venía desde la mitad del local hacia el acceso ubicado sobre la calle Pellegrini e inmediatamente el techo se desplomó sobre la gente, aseguró el bombero José Disseo, quien se encontraba de compras, fuera de servicio, en el lugar. Todo pasó muy rápido. Alcancé a salvar a una compañera que estaba en tesorería, relató, todavía conmovido, el empleado panadero José Carrizo. El incendio se propagó rapidísimo y enseguida se empezaron a escuchar explosiones por todo el edificio precisó el hombre; nos costó salir por el humo y el fuego. Yo mismo, con un matafuegos, apagué las llamas que tenían en la cabeza varias personas, mientras los paneles se caían. Pasadas las 15.30, luego de controlado el fuego, las presunciones en torno a las víctimas fatales se hicieron realidad cuando el cadáver de una persona de sexo femenino fue retirado por los socorristas de entre los escombros, en estado irreconocible. Por su parte, personal del Hospital Regional informó que más de 50 heridos, entre empleados y clientes, fueron trasladados a ese centro asistencial y al sanatorio de la Asociación Española. Aunque hasta el momento se desconocen las causas que desencadenaron la tragedia, peritos policiales sostenían como hipótesis más firme la de un cortocircuito en el cableado de iluminación, que corre por sobre el cielorraso, sobre las góndolas donde se exhiben los vinos. Por lo pronto, el gerente local de Casa Tía, Marcelo Gerau, negó las versiones sobre supuestas amenazas contra otros locales de esa cadena comercial.
INAUGURAN EL LUNES UN CUESTIONADO CASINO Los
tiempos de ansiosos viajes al interior o al Uruguay para probar suerte en el casino pronto
quedarán atrás. A la sala de juegos flotante, que acumula billetes desde hace dos meses
en el puerto de Buenos Aires, se suma ahora el casino de Tigre, que se inaugurará el
lunes próximo. El primero, fuertemente cuestionado, ganó más de 5 millones en su primer
mes. El segundo abrirá pese a que hay en curso dos denuncias judiciales y una
investigación en la Legislatura bonaerense sobre un cuestionado contrato, ante la
sospecha de que la concesión fue armada exclusivamente para el empresario Santiago
Soldati y su socio Bolt SA. Si gana la banca, desde la semana que viene se podrá probar
suerte en 1500 máquinas tragamonedas y 60 mesas de juego. Y visitar un complejo que
contará además con bares, restaurantes y una playa de estacionamiento con capacidad para
3.000 autos.
|