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El San Jorge vaticano levanta su
espada frente al dragón israelí

El Vaticano atacó ayer con una dureza inusual la decisión del gobierno israelí de autorizar la construcción de una mezquita cerca de la Basílica de la Anunciación, en la ciudad de Nazaret.

Promesas: “El gobierno de Israel actuó políticamente luego de promesas hechas a los árabes antes de las elecciones”, atacó la oposición derechista.

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Más de 3000 musulmanes asistieron ayer a la colocación de la primera piedra de la mezquita.
La comunidad cristiana denunció que es una concesión israelí a la mayoría musulmana en Nazaret.


t.gif (862 bytes)  A Israel le salió el tiro por la culata. Su decisión de autorizar la construcción de una mezquita junto a la Basílica de la Anunciación en Nazaret –donde, según la tradición cristiana, el arcángel Gabriel le anunció a la Virgen María que sería la madre de Jesús– no sólo no solucionó la disputa entre las comunidades cristiana y musulmana por 2000 m2 de terrenos fiscales, sino que además le valió la condena del Vaticano y del Consejo Superior Islámico de Jerusalén. Ayer, por segundo día, las iglesias de Israel y de los Territorios Autónomos Palestinos amanecieron cerradas en señal de protesta, mientras más de 3000 musulmanes se reunían para colocar la primera piedra de la mezquita que comenzaría a construirse en marzo del 2000, después de que el papa Juan Pablo II visite la región. “No somos extremistas y queremos que el Papa visite Nazaret”, defendió ayer el líder del Movimiento Islámico, Salman Abu Ahmed, que aclaró que
la mezquita será “hermana de la Iglesia”. En una ceremonia que duró varias horas, Ahmed descubrió la piedra que permanecía oculta bajo la bandera verde islámica con la inscripción “No hay más Dios que Alá, y Mahoma es su profeta”. Si su construcción finalmente prospera, la mezquita ocupará 700 m2 de los 2000 que están en litigio con la comunidad cristiana desde hace dos años, y estará dedicada a Shiab e-Din, sobrino de Salahedin, el general kurdo que expulsó a los Cruzados de Jerusalén en el siglo XII.
La polémica mezquita tiene el aval del premier israelí, el laborista Ehud Barak, que intentó mediar en un conflicto que amenazaba con romper el equilibrio entre las dos comunidades religiosas al norte del país. Así, el gobierno hizo valer el peso que el fundamentalista Movimiento Islámico tiene en el Parlamento de Jerusalén. Pero a la vez desató la furia del Vaticano. “La decisión del gobierno de Israel parece arrojar las bases para que nazcan conflictos y tensiones entre las comunidades religiosas cristiana e islámica –criticó el vocero del Papa, Joaquín Navarro Valls-. La autoridad política tiene una gran responsabilidad, ya que en vez de fomentar la unidad crea las bases para la división.”
“Al autorizar la construcción de esa mezquita en Nazaret, el gobierno israelí se ha puesto a la escucha de los sentimientos de todos sus ciudadanos y ha querido preservar la libertad de culto de cada uno de ellos”, retrucó inmediatamente el Ministerio del Exterior de Israel.
Ante la posibilidad de que el conflicto desemboque en la suspensión de la visita del Papa y se convierta en una nueva complicación para el proceso de paz entre la Autoridad Nacional Palestina (ANP) e Israel, el líder palestino Yasser Arafat hizo un intento por postergar la ceremonia musulmana de ayer. Con el apoyo de la comunidad cristiana y de Arabia Saudita –que ofreció financiar la construcción de una mezquita en otra zona de Nazaret–, Arafat se reunió sin éxito el lunes a la noche con cuatro legisladores árabe-israelíes en la ciudad jordana de Ramallah. En Amman, la capital de Jordania, la embajada de Israel fue atacada por un “ciudadano de un país árabe, un desequilibrado mental”, según informó el Ministerio del Interior. El ataque se produjo dos días después de que Amman expulsara a cuatro dirigentes del movimiento islamista palestino Hamas, que se opone a las negociaciones de paz con Israel.
“Aparentemente, el gobierno ha actuado por consideraciones políticas luego de promesas hechas a los árabes antes de las elecciones en mayo pasado”, criticó el ex ministro de Asuntos Arabes del conservador Benjamin Netanyahu, Moshe Katzav. Pero el actual ministro de Seguridad Interior, Shlomo Ben Ami, aseguró que “la decisión de construir una gran mezquita fue adoptada por el gobierno precedente, por una comisión presidida por Moshe Katzav”. Y cargó contra la intervención de Arafat al asegurar que “pesca en río revuelto porque el litigio es un asunto interno de Israel”.

 


 

PESE A HABER SIDO EXONERADO POR EL TRIBUNAL SUPREMO
Felipe redobla el fuego contra Garzón

t.gif (862 bytes) Aun victorioso, Felipe González no perdona. El lunes el Tribunal Supremo había rechazado por unanimidad el pedido realizado por el juez Baltasar Garzón de que el ex jefe de Gobierno español fuera imputado por la “guerra sucia” librada contra la ETA por los Grupos Antiterroristas de Liberación (GAL). La mayor parte de los políticos y medios aprobó la pronta decisión judicial. Pero no obstante la aparente totalidad de su victoria, González no pudo resistir ayer referirse indirectamente a Garzón cuando habló de la “pasión de subirse a alguien que ha caído para parecer más alto”. “Los que se suben suelen ser los que limpiaban con la lengua los zapatos del que ha caído”, agregó.
El descargo de González se dio en el contexto de la presentación del libro de Héctor Camín, El resplandor de la madera. “No estoy en ánimo declarativo”, reiteró varias veces González ante las insistentes preguntas de los periodistas, agregando que “hoy es un día difícil para presentar un libro”. Desarrollando este tema, explicó que “uno puede llegar a sentirse como un muñeco de guiñol, movido por unos hilos que no conocemos aunque algunos los conocemos. No sabemos cuándo se van a producir movimientos de este teatro de guiñol que algunos llaman Estado de derecho”. El único momento en que se refirió directamente a Garzón fue cuando le preguntaron si podría escribir un libro sobre el juez. “No me siento con la capacidad literaria como para describir una realidad tan fantasmagórica”, fue la respuesta.
El ex líder socialista contó con el apoyo de la mayoría del espectro político. El portavoz parlamentario, Luis Martínez Noval, en nombre del Grupo Socialista, expresó “la satisfacción por la unanimidad del Tribunal Supremo”. Varios dirigentes socialistas españoles fueron más lejos y pidieron que se tomen sanciones contra Garzón por haber causado “un grave daño a González sin motivo”. Rosa Díez, una diputada socialista en el Parlamento Europeo, preguntó: “¿Cuántas veces va a pedir Garzón lo mismo? ¿Cada vez que haya elecciones?”. Por su parte, el portavoz del gobierno del Partido Popular, Joseph Piqué, subrayó ayer que “hay que celebrar” la decisión del Tribunal Supremo.
La prensa española pareció compartir estas opiniones. “Garzón iba de vacío” tituló en su editorial El País, destacando que la intervención urgente del Supremo “ha impedido que se entrara en una dinámica de recursos y contrarrecursos que hubiera mantenido artificialmente en el candelero un asunto ya resuelto”. Para ABC el fallo “zanja de forma fulminante la última aventura del juez Garzón”. La Razón resumió que “lo mínimo que habría que concluir es que Garzón ha hecho el ridículo, y su ultima intervención sólo ha servido para aclarar el horizonte penal de González”.

 

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