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A sólo cuatro días de los comicios presidenciales en Uruguay, y faltando tan sólo un día para el comienzo de la veda electoral, el candidato colorado Jorge Batlle recibió otra buena noticia de las sacrosantas encuestas. La consultora Factum difundió un sondeo en el que Batlle sostiene un empate técnico con el candidato del Encuentro ProgresistaFrente Amplio, con una leve ventaja del 0,5 por ciento. Pero este empate, como han señalado otras encuestas, implica que en sólo diez días, Batlle creció un ocho por ciento frente al estancamiento de Vázquez, según el director de Factum, Oscar Botinelli. Para contrarrestar la tendencia, el mismo Vázquez salió a decir que el programa de gobierno de Batlle provocará un shock fiscal y social. Batlle le respondió horas más tarde diciendo que no habrá ningún aumento de impuestos si llega a presidente. Además del contraataque a las continuas críticas coloradas hacia el plan fiscal de la izquierda, el Frente Amplio también confía en cuadruplicar, respecto de la primera vuelta electoral, la cantidad de uruguayos residentes en nuestro país que viajen a votar el domingo. No sería extraño que viajen entre 30 y 40 mil personas para votar en Uruguay, declaró entusiasmado el vocero del Frente Amplio Gerardo González al diario montevideano El Observador. En el marco del llamado Operativo Segundo Desembarco, nos está llamando gente desde provincias como Santa Fe y Córdoba y el ritmo va en crecimiento. En la primera semana ya superamos los pasajes de la vez pasada; hasta el momento tenemos 12 mil personas que manifiestan la intención de viajar, completó González. Para la coalición de izquierda, es importante la asistencia de los uruguayos que están fuera de su país porque, según su punto de vista, son mucho más proclives a votar por un cambio de gobierno que por la continuidad de la actual administración blanco-colorada. En una conferencia de prensa realizada en Montevideo, el mismo Tabaré Vázquez reafirmó esta interpretación mediante un tono agresivo, luego de los constantes ataques de la propaganda colorada y blanca contra el plan de la izquierda en materia fiscal e impositiva. Lo que le espera al país en caso de un gobierno de Batlle será mucho más de lo mismo, más un ajuste fiscal más despiadado que empeorará los actuales resultados, señaló Vázquez. El candidato de Encuentro Progresista-Frente Amplio explicó que los ataques oficialistas hacia el impuesto a la renta que impulsaría la izquierda son una cortina de humo que le permite a Batlle no decir cómo va a enfrentar el gasto de 1400 millones de dólares durante su eventual gobierno. Al mismo tiempo, Vázquez denunció que uno de los asesores de Batlle, Alberto Bensión, anticipó un fuerte ajuste fiscal. Danilo Astori, futuro ministro de Economía en caso de un triunfo de la izquierda, aclaró que si el programa oficialista se cumple se arriesga, según Bensión, un nuevo ajuste social, devaluación y más recesión. Astori recordó que el mismo Batlle proclamó que no es gradualista, y que en consecuencia si se cumplen estas promesas por este candidato, con este asesor, el país está ante un shock de fuerte conmoción social, en que los salarios caerán, las pasividades se rebajarán, habrá recorte de gastos sociales y más impuesto al consumo, o un abultado endeudamiento, que sabemos quién termina pagando. Esta ofensiva constituye una reacción a un panorama que las encuestas presentan como muy complicado para la coalición de izquierda. Todas las empresas encuestadoras, que las dos semanas siguientes a la primera vuelta le daban a Vázquez una ventaja sobre Batlle, ahora afirman que las intenciones de voto están repartidas entre los dos candidatos. Y estas consultoras coinciden en señalar que se trata de un gran crecimiento del candidato colorado y que existen dos razones para explicar la situación: el acuerdo para obtener el 21,5 por ciento de los votos que obtuvo el Partido Nacional (Blanco) y el ataque contra el impuesto a la renta que propone el programa del Frente Amplio. De cualquier forma, Oscar Botinellievitó hacer pronósticos para el domingo, ya que el porcentaje de indecisos es muy alto: 9,5 por ciento, según Factum.
ENTRE UN PARTIDO DE FUTBOL Y BOTELLAS DE
CERVEZA La
sedición e indisciplina militar que denunció el lunes el gobierno paraguayo,
que fue interpretada por algunos medios como un golpe de Estado, se reveló ayer que fue
nada más que un chiste pesado hecho por un grupo de oficiales, ahora detenidos. El
gobierno temía que el militar golpista Lino Oviedo, actualmente exiliado en la Argentina,
estuviera a punto de tomar el poder con ayuda de las armas de Artillería y Caballería
del ejército paraguayo. Pero detrás de todo esto no hubo más que un rumor inventado de
que Oviedo estaría en suelo paraguayo, en Caaguazú para ser precisos. González Macchi
subrayó ayer que un miembro de las Fuerzas Armadas no puede dar el rumor de que
Lino Oviedo está en Caaguazú. Esto no se permite. Es un acto de indisciplina.
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