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Por Ferrán SalesDesde Jerusalén El enfrentamiento de las comunidades cristiana y musulmana por la construcción de la mezquita de Nazaret parece haberse desbordado, convirtiéndose ya en un grave incidente diplomático entre la Santa Sede y el gobierno de Israel, cuando faltan poco menos de cuatro meses para que el papa Juan Pablo II visite la región. Se trata de un comunicado muy grave que rechazamos, aseguró ayer con firmeza el ministro israelí de Asuntos Exteriores, David Levy, refiriéndose a la nota difundida horas antes por el Vaticano. La Iglesia Católica había condenado la actitud del gobierno israelí en relación al litigio entre cristianos y musulmanes en Nazaret. La nota del Vaticano imputaba además al Ejecutivo liderado por el laborista Ehud Barak el haber agravado el enfrentamiento entre estas dos minorías, tradicionalmente aliadas, olvidándose de los intereses de la Iglesia y de la comunidad católica. El ministro Levy insistió una vez más en que la decisión salomónica, repartir entre cristianos y musulmanes el uso del polémico solar junto a la Basílica de la Anunciación, había tenido como único objetivo reducir la tensión que desde hacía dos años existía entre las dos comunidades. El jefe de la diplomacia israelí afirmó, asimismo, que se trató de una solución que, hasta donde yo sé, fue aceptada de común acuerdo entre las dos partes, según aseguró. Nosotros seguiremos explicando que el gobierno es responsable de todos sus ciudadanos y que bajo nuestro gobierno está garantizada como nunca la libertad de cultos en nuestro país, añadió en un tono conciliador Levy, tratando después de reconciliarse con el Vaticano e impedir una reacción de ira por parte del entorno del Papa que pueda poner en peligro la visita de Juan Pablo II a Israel, prevista para el próximo mes de marzo. Mientras crecía la polémica diplomática entre los dos Estados, los dirigentes cristianos de Jerusalén daban orden de reabrir las iglesias, poniendo punto final a la huelga de dos días decretada en Tierra Santa y durante la cual permanecieron clausurados los templos más emblemáticos de la Iglesia Católica. Fuentes allegadas al Patriarcado Latino de Jerusalén, convertido en verdadero cerebro de la revuelta religiosa contra el Estado de Israel y en defensa de la comunidad, no descartaban ayer la posibilidad de llevar a cabo nuevas acciones de protesta en Tierra Santa, confirmando así las insinuaciones efectuadas el día anterior por el patriarca Michel Sabbah. Pero este conflicto no parece por ahora perjudicar los preparativos que el gobierno de Israel está haciendo en ocasión de las próximas fiestas de Navidad y el principio del Jubileo del año 2000, según declaraba ayer Uri Mor, encargado para asuntos cristianos del Ministerio de Asuntos Religiosos. El gobierno de Barak ha dispuesto a este efecto un presupuesto de más de 50 millones de dólares para ayudar a celebrar al acontecimiento, mientras se adoptan además importantes medidas de seguridad. Mientras tanto, el diálogo secreto entre Siria e Israel se ha enriquecido en las últimas horas con un nuevo mensaje que el gobierno de Ehud Barak trata de hacer llegar al presidente Hafez al Assad a través del diplomático español Miguel Angel Moratinos, representante de la Unión Europea para el conflicto de Oriente Medio. Moratinos, que visitará Damasco en las próximas horas y se reunirá con el responsable de Exteriores, Faruk al Shara, convaleciente aún de una operación de corazón, sirvió ya de mensajero entre Tel Aviv y Damasco el pasado mes de junio,después del triunfo electoral de Barak, quien le envió una nota a Assad ofreciéndole emprender juntos el camino del diálogo. Moratinos es el diplomático occidental que en más ocasiones se ha desplazado a Damasco en los últimos años para reunirse con Assad y sus ministros, a quienes trata de convencer para que firmen con Israel una Declaración de Principios que sirva de punto de partida a la reapertura de negociaciones entre los dos países.
LOS POLITICAS XENOFOBAS DE LA DERECHA
AUSTRIACA Jörg Haider, el líder del Partido de la Libertad (FPOe) austríaco, se definió como la segunda fuerza política de su país en las elecciones generales del 3 de octubre. Desde entonces, ha estado intentando blanquear su imagen de neonazi de estricta observancia. Con este objetivo en mente, el mes pasado se retractó públicamente de declarar que los integrantes de las SS eran hombres honorables. Pero sus propuestas de gobierno en las últimas dos semanas amenazan con neutralizar todo esfuerzo de relaciones públicas. Afirmó que se deberían realizar exámenes médicos obligatorios en las escuelas primarias donde hay una fuerte presencia de extranjeros. Y esta semana la dirigencia de su partido propuso que los inmigrantes lleven en todo momento una tarjeta de identidad con foto y huellas digitales, y que sólo sean aceptados inmigrantes que hablen bien el alemán. Quiere tratar a los inmigrantes como delincuentes, denunció ayer Peter Kostelka, el jefe del bloque socialdemócrata en el Parlamento. Nada de esto mejoró las chances de que Haider logre entrar al gobierno austríaco. Aunque su FPOe salió segundo con el 27 por ciento de los votos, el partido socialdemócrata (que salió primero) y el conservador (tercero) se han rehusado hasta el momento a formar gobierno con él, dado que es visto como una versión telegénica del neonazismo. Además de sus declaraciones sobre las SS, Haider también se hizo famoso por haber alabado las políticas laborales de Hitler. Como gobernador de Carintia, implementó un subsidio que sólo podían recibir las familias con impecable linaje austríaco. También afirmó en repetidas ocasiones que se debía limitar la inmigración a Austria. Las propuestas que realizó en estas últimas dos semanas sólo sirvieron para confirmar su conocida xenofobia. El propio Haider no parece entender a qué se debe tanto escándalo. Sobre su propuesta en pos de exámenes médicos en las escuelas con alta proporción de inmigrantes, justificó que según la opinión médica, el brote creciente de tuberculosis puede estar ligada a la inmigración, porque la gente (inmigrante) procede de lugares donde la tuberculosis aún existe. La propuesta de Haider vino a raíz de que en su provincia de Carintia un niño croata enfermó con tuberculosis. También dijo que no entiendo nada cuando Israel amenazó romper sus relaciones diplomáticas con Austria si él entraba al gobierno. Yo tengo excelentes relaciones con la comunidad judía austríaca, explicó. Desde la izquierda austríaca, la aversión contra Haider se está intensificando. Quien crea que se puede formar un gobierno con gente como esa (el FPOe), condena a Austria a un estatuto de paria internacional, como la vieja Sudáfrica, advirtió ayer el diario Der Standard, de Viena. La portavoz de los Verdes, encargada de temas de inmigración, agregó ese mismo día que las propuestas de Haider eran una nueva estigmatización de los extranjeros. Sin embargo, ante la realidad de que un tercio de la población del país votó por el FPOe, han comenzado a aparecer desde los otros partidos algunas políticas con un cierto aire haidiriano. Sin ir más lejos, el ministro socialdemócrata del Interior, Karl Schloegl, propuso el martes una nueva baja del 9% de la cuota de inmigrantes que podrán entrar al país en el 2000.
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