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Si no se incorpora a la Ronda del Milenio la negociación del tema agrícola, no habrá una declaración final conjunta. En forma contundente, el secretario de Relaciones Económicas Internacionales, Jorge Campbell, mostró los límites que intentará imponer durante la reunión de ministros de la Organización Mundial del Comercio, que se inicia el próximo martes en Seattle, Estados Unidos. El funcionario también deslizó su falta de expectativas al mencionar la invitación del presidente Bill Clinton a los jefes de Estado europeos para que concurran al cónclave. No se sabe si para compartir su éxito o para cargar con su fracaso en forma conjunta, comentó. Campbell regresó ayer de Ginebra, donde asistió a la última reunión preparatoria previa a Seattle. La Argentina, el Mercosur y el Grupo Cairns (principales exportadores agrícolas) intentan enviar señales contundentes con miras a la reunión de la OMC, denominada Ronda del Milenio, que se desarrollará la semana próxima. El enemigo común: los subsidios agrícolas, especialmente los de la Unión Europea.Las demandas argentinas se centrarán en la eliminación de los subsidios agrícolas, una tarea pendiente del GATT, hoy devenido OMC, donde los intereses en juego siempre evitaron que se toquen las barreras en el sector. La posición de la Unión Europea (UE), que junto a Japón y Corea representan la postura más dura, sigue siendo inamovible. Para ellos el agro escapa a las concepciones económicas tradicionales; el objetivo es mantener el equilibrio entre la vida urbana y la rural, la conservación del paisaje y, supuestamente, abastecer a consumidores que prefieren alimentos caros pero orgánicos.Para los negociadores argentinos las esperanzas están depositadas en la nueva actitud de Estados Unidos, quien propone limitar la agenda sólo a la agricultura y los servicios. En cambio la UE, afirmó Campbell, quiere que se negocien todos los temas del comercio mundial.El funcionario de la Cancillería explicó que ahora no hay condiciones para que Estados Unidos y Europa terminen arreglando un pacto, ya que existe voluntad estadounidense para eliminar los subsidios a las exportaciones agrícolas. Al respecto, agregó que la posición del Mercosur es casi coincidente con la de Estados Unidos, en particular en la exigencia común de la eliminación de los subsidios a las exportaciones, pero se diferencia en lo relativo a garantizar el acceso a los mercados para los bienes agrícolas y aún más en la reducción de los subsidios o apoyos internos a su producción.Respecto del eventual fracaso de la cita de Seattle, Campbell reconoció que el aspecto más negativo reside en que se acotan los tiempos para la reducción gradual de los subsidios acordada en la Ronda Uruguay, pero paralelamente también comenzará a correr un reloj hacia el 2003, cuando se eliminará la Cláusula de Paz, que impide recurrir a los mecanismos de solución de controversias en el comercio agrícola, una de las medidas de presión que manejan los países que rechazan los subsidios. Por último, el secretario aseguró que los conflictos comerciales que hoy mantienen Argentina y Brasil no debilitan la posición del Mercosur, que afrontará las negociaciones de la OMC con un frente muy unido, concluyó.Las cifras del Centro de Economía Internacional de la Cancillería muestran la dimensión que alcanzaron los subsidios en los países de la OCDE. Durante 1998 superaron los 360 mil millones de dólares, un 7,7 por ciento más que en 1997.
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