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CONTROVERSIA POR UN PROGRAMA QUE COMPENSA SALARIOS
Una de cargos y una de arena

La UBA relanzó un programa de unificación de cargos que beneficiará a más docentes.  Pero una cláusula excluye a muchos otros.

Un nuevo requisito exige que los docentes sean concursados.
Esto deja afuera a muchos profesores de Ciencias Sociales y el CBC.

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Por Cecilia Sosa

t.gif (862 bytes) “Dependemos de esto. Si no, no podemos vivir.” Así de drástico es el planteo de 68 docentes de la UBA que, a fin de año, deberán dejar inconclusas sus investigaciones y sin cabeza a sus equipos, además de perder cerca de la mitad de sus sueldos. Los afectados integran, por ahora, un “programa de unificación de cargos” de la universidad que permite a los profesores que trabajan en más de una facultad sumar sus designaciones y cobrar el equivalente a una designación mayor. Pero un reciente cambio de reglas, a la vez que amplía la convocatoria y permite el ingreso de más docentes, deja a otros afuera.
Como informó este diario en junio, el Consejo Superior de la UBA decidió cerrar el programa para evaluarlo y reabrirlo lo antes posible. Cumplió, y hasta fin de este mes se reciben solicitudes. Pero sumó un requisito: sólo podrán beneficiarse los profesores con al menos un cargo concursado. Y en la Facultad de Ciencias Sociales y el Ciclo Básico Común –donde trabaja la mayoría de los afectados– los concursos están atrasados. “Los requisitos se pusieron para mejorar el programa –explicó Verónica Nespereira, subsecretaria de Asuntos Académicos–. De paso, va a servir para que las facultades aceleren los concursos, que son obligatorios.”
El “Programa de incremento de los cargos docentes con dedicación exclusiva y semiexclusiva” fue creado en el `93 para promover la investigación (un requisito es presentar un proyecto) y compensar los salarios de los docentes que, teniendo varios cargos en distintas facultades y trabajando más, ganaban menos que otros que trabajaban igual o menos tiempo pero tenían un cargo superior. Gracias al programa, los beneficiarios reciben un plus salarial. “Es una iniciativa muy valiosa. Permitió desarrollar investigación, hacer tareas de extensión, publicar libros, formar equipos de investigación, con excelentes evaluaciones. El Estado gastó dinero en nosotros y ahora deja todo inconcluso”, se angustió una profesora, que pidió la reserva de su nombre.
Cuando se decidió cerrarlo hace cinco meses, las autoridades de la UBA argumentaron que de los 126 beneficiarios originales sólo quedaban 68. Y que había un sesgo en la representación: 21 trabajan en Sociales, 15 en el CBC y 12 en Filosofía y Letras. El resto, en las otras 11 facultades. Para que el programa no vuelva a vaciarse, ahora habrá una comisión que analizará cada nueva solicitud y armará un orden de méritos. “Así, si se produce una baja, se va a incorporar a otra persona sin hacer una nueva convocatoria”, explicó Nespereira. Como todavía no se confirmó el presupuesto para el área, tampoco se sabe cuántos serán los beneficiarios. “Ojalá sean muchos. Seguro serán más de 68”, aseguró la subsecretaria.
Los afectados mantenían hasta ahora la esperanza de que, para el nuevo llamado, se les diera prioridad y se garantizara la continuidad de las investigaciones que encabezan. Pero: “No nos consideraron y encima agregaron la cláusula de la regularidad, con la que no podemos cumplir”, protestó Teresa Raccolín, profesora adjunta en las carreras de Ciencia Política y Ciencias de la Comunicación.
El problema de fondo es que pocos ostentan la condición de profesor regular en el CBC y en Sociales (para reparar esa falencia, la facultad lanzó en agosto la convocatoria a 33 nuevos concursos). “El reglamento es inconsistente. En el CBC nunca, en 15 años, se sustanció un concurso. Me presenté tres veces pero no se hizo ninguno. Y Sociales lleva un atraso de 10 años”, protestó Hugo Gaggero, adjunto en Sociedad y Estado del CBC, y jefe de trabajos prácticos en Sociales. Además, según el nuevo régimen, los docentes auxiliares sólo podrán presentarse en caso de que la facultad se comprometa a llamar a concurso en un año. “Cuando no hay tradición de concursar, es imposible que se regularice la situación en un año”, razonó Gaggero.
Desde el rectorado, Nespereira retrucó: “No es cierto que no haya habido concursos en el CBC y Sociales. En todo caso, es un tema que deberán resolver las facultades. Es su obligación regularizar a los profesores yauxiliares.” Y agregó: “Además, el programa nunca aseguró continuidad. Los docentes podrán seguir con las tareas de docencia que tenían”. Con el respaldo de la Asociación Gremial Docente, los afectados elevaron un recurso al Consejo Superior: si no prospera, anuncian acciones legales. Y pese a que son excluidos por la convocatoria, insistirán. “Nos vamos a presentar igual, bajo protesta –avisó Mónica Campins, otra de las afectadas–. No podemos dejar caer investigaciones, equipos y sueldos.”

 

OPINION
La palabra gremial
Por Néstor Correa

Educación para todos... los que la puedan pagar. Este parece ser el verdadero slogan que presidirá los planteos educativos del nuevo gobierno, con Juan José Llach al frente del área. La propuesta de “provincializar” las universidades, sostenida por Llach, corre paralela con el plan de recortes de los presupuestos provinciales que ya se está piloteando.
Todo esto no debe hacer perder de vista que el plan implica un profundo ataque a los trabajadores de la educación en todos sus ciclos. La “descentralización” conlleva la fractura de las condiciones laborales de maestros y profesores, la diferenciación salarial y, por lo tanto, un esfuerzo inocultable por quebrar cualquier intento de acción nacional –y hasta distrital– de sus organizaciones.
Las “escuelas charter” y los “vouchers”, engendros privatistas ensayados por la derecha norteamericana y el pinochetismo, con los que discordó hasta el presidente Clinton, y que según Llach “el presidente De la Rúa le prohibió nombrar” (lo cual confirma la palabra), implican el retiro definitivo del compromiso estatal en el financiamiento de la educación.
Para sobrevivir, la escuela pública deberá ser sostenida por las familias de los educandos y entregarse inerme a las “fundaciones” y todo tipo de instituciones privatistas y del gran capital.
Escisión social, oscurantismo, fractura y liquidación de cualquier vestigio de concepción científica integral: éste es el plan que también se prepara para la universidad pública.
Nuestros sindicatos y nuestros centros de estudiantes no pueden callar, ni sumirse en un “lamento” estéril. Es necesario convocarse, deliberar y resolver un curso de acción común frente a estos anuncios que adelantan un ataque en regla a la educación pública. Por la vía de las designaciones, el gobierno ya dijo lo suyo. Ahora, las organizaciones gremiales tenemos la palabra.

* Secretario general de la Asociación Gremial Docente de la UBA.

 

Para el tiempo libre... (si queda)

Feria. La Casa de los Estudiantes (FUBA) invita a la Feria de Proyectos Juveniles de la Ciudad de Buenos Aires. El sábado, de 12 a 22, en Uruguay 969.
Justicia. Hoy, desde las 14, en el Salón Rojo de la Facultad de Derecho de la UBA (Figueroa Alcorta 2263) habrá una jornada sobre el Poder Judicial.
Premio. Mañana, a las 11, la Universidad de San Luis dará a Horacio Etchegoyen el título de Doctor Honoris Causa. A las 18, habrá una mesa redonda sobre “Universidad y psicoanálisis”. En Ejército de los Andes 950.
América. Hoy, a las 21, docentes de cultura afroamericana del Rojas presentan Retazos de América. En Corrientes 2038.
Cuentos. Hoy, a las 19.30, el grupo Sólo cuentos presentará “De Poe a hoy, sólo cuentos”, en el centro cultural de Sociales (UBA), Ramos Mejía 841.
Libertad. “Ayer: terrorismo de Estado. Hoy: democracia y libertad” es la charla que habrá mañana, a las 20, en Filosofía y Letras (UBA), Puán 480.
Teatro. Mañana, a las 20.30, la Universidad de General Sarmiento estrenará La casa de Bernarda Alba. En San Lorenzo 1561 (San Miguel).

 

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