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Página/12 Por Pablo Rodríguez La Dirección Nacional de Prevención del Delito señaló que más de 15 mil efectivos policiales recorrerán la ciudad "en minifuerzas" para prevenir cualquier incidente. "Estas tareas estarán articuladas con apoyo de equipos especiales de respuesta rápida para el caso de ser necesario", dijo el comandante de la Guardia Republicana, inspector mayor Enrique Navas. El gobierno, a su vez, manifestó que teme "estallidos de violencia" para mañana. Las medidas de seguridad se completan con la delimitación de zonas de festejo para cada partido, que ya ocurrió el 31 de octubre. Lo que no sucedió en aquel momento es que la tradicional feria dominical de Tristán Narvaja fuera adelantada para hoy. En el caso de Montevideo, esta escala de vigilancia y de temores fue justificada por las numerosas quejas que se recibieron el 31 de octubre, en la primera vuelta electoral, desde barrios como el Cerro, La Teja y 8 de Octubre, porque algunos festejos anticipados habían impedido llegar a varias personas a los lugares de votación. Pero este grado de prevención aparece además como una respuesta a los incidentes de la última semana, que dejaron dos heridos simpatizantes del Frente Amplio. Uno de ellos fue agredido hace tres días en la ciudad de Flores y tiene hundimiento de cráneo. La izquierda denunció el hecho, pero el Ministerio del Interior aclaró que la agresión no fue por motivos políticos. El diario La República se encargó de amplificar los temores y denuncias de la izquierda sobre maniobras contra la candidatura de Tabaré Vázquez. A nivel de medios, publicó que el Canal 12 censuró cinco avisos de la izquierda antes del comienzo de la veda. Además, dijo que el Foro Batllista, sector colorado que apoya la candidatura de Jorge Batlle, está repartiendo volantes apócrifos utilizando slogans del Frente Amplio para tergiversar sus propuestas. Y, según el diario, la Corte Electoral estaría extremando los controles hacia los votantes que vienen de la Argentina, que la izquierda considera fundamentales para su triunfo. Más allá de esta tensión latente, la 18 de Julio --avenida principal de la ciudad-- volvió a llenarse de coches que se pasearon buena parte de la noche del jueves a los bocinazos y con banderas del Frente Amplio, tal como ocurrió antes de la primera vuelta. Los bares también estaban repletos, pero por otro motivo: Peñarol jugaba contra Flamengo en Río de Janeiro por la Copa Mercosur.
Por P.R. --¿Cuáles son los disparates que dice Batlle? --Primero propuso la generalización del IVA al 17 por ciento. Esto significa que el que compra un auto cero kilómetro pasará de pagar un 23 por ciento a pagar un 17, y que el que compra pan, fideos, leche, transporte colectivo, etcétera, pasará de pagar un 14 por ciento o de no pagar nada a pagar ese mismo 17 por ciento. Y el mismo director de la Oficina de Planeamiento y Presupuesto (OPP) tuvo que salir a decir que está en desacuerdo. Segundo, Batlle ha dicho que se vuelve imprescindible recrear el Virreinato del Río de la Plata, esto es, juntarse con Argentina para enfrentar a Brasil. Tercero, dijo que quiere que Uruguay vaya a negociar solo al NAFTA. Jorge Batlle, con el Uruguay de tres millones de habitantes, quiere ir solo a negociar con Estados Unidos y con la Unión Europea. Cuarto, dice que hay que duplicar las exportaciones pero no dice cómo. Y el gobierno que él representa generó una pérdida impresionante de competitividad económica al no hacer nada con el atraso cambiario. --¿Este atraso cambiario se arregla con una devaluación? --Ahora no. A diferencia de lo que ocurre en Argentina, aquí hay una banda cambiaria que se puede utilizar como instrumento de política económica. En estos últimos cinco años, en forma muy lenta y gradual, se podía haber hecho una devaluación. Ahora ya es demasiado tarde, porque la devaluación en Brasil desató una crisis financiera y porque la sociedad uruguaya está endeudada en dólares. Además, no se pueden hacer devaluaciones grandes, como ocurría en la época de Onganía y como el mismo Jorge Batlle promovió en 1968. Entonces, para mejorar la competitividad de Uruguay hay que echar mano a los instrumentos de política económica: baja de tasa de interés, baja de impuestos o de tarifas de servicios públicos, subsidio a algunos sectores, etcétera. --Todo eso necesita una gran cantidad de fondos. El Frente Amplio ha planteado que para eso se creará el impuesto a la renta. ¿Cómo funcionará? --Se trata del mismo impuesto que existe en los países desarrollados y que también existe en toda América latina menos en Paraguay y en Uruguay. No es un agregado de impuestos: se trata de la sustitución de un impuesto a la renta que ya tenemos pero que pagan los asalariados. Nosotros queremos eliminar el impuesto a los sueldos. Después, queremos bajar el IVA: que esté en el orden del 14 por ciento para productos de consumo popular es una locura. ¿En qué consiste este nuevo impuesto? Pues bien: una persona recibe ingresos por sueldos, jubilaciones, alquileres, dividendos, etc. Se suman todos esos ingresos y se ve si superan un mínimo no imponible. Según nuestros cálculos, tendrían que pagarlo sólo el 8 por ciento de los asalariados y el 4 por ciento de los jubilados. Pero quienes pagarían en su totalidad son los contadores, abogados y médicos cuyos ingresos superan los 10.000 dólares por mes, y los gerentes financieros y de empresas que gana aún más a través de comisiones y utilidades. --¿Y cuánto será ese mínimo imponible? --Lo estamos discutiendo, pero será alrededor de 10.000 dólares por mes y por persona.
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