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Por Eduardo Tagliaferro "Partimos de la premisa de que no existía una lista de los desaparecidos", recordó ante Página/12 Esteban Marino, el ex subsecretario bonaerense de Investigaciones. "Había que reconstruirla." Marino integró el Ministerio de Justicia y Seguridad con León Arslanian y fue uno de los primeros funcionarios que trabajó descifrando microfilms con el Equipo de Antropología Forense en los archivos de la ex Dirección de Inteligencia de la policía de Buenos Aires. Gracias a ese trabajo ya fueron identificados 124 desaparecidos enterrados como NN. Marino dijo que en su momento aceptó el nombramiento en el ministerio pensando en la posibilidad de encontrar alguna información que permitiera conocer el destino de los desaparecidos y el paradero de los chicos apropiados durante la dictadura. "Siempre pensé que el elemento de mayor valor que tienen las personas que se dedican a las tareas de inteligencia es la información", explicó. "Por eso sospechaba que, aunque fragmentada, esta información tendría que estar en algún lugar." "El tema formaba parte de la agenda ministerial de Arslanian desde un primer momento", dijo. "Por eso, con (el entonces secretario de Seguridad, Alberto) Beraldi formamos el equipo que recopiló, entrecruzó e interpretó parte de la información que íbamos encontrando. La idea era suministrar información a los jueces federales." Marino y el equipo integrado por Alejandro Incháurregui, Daniel Bustamante, Marcela Somigliana y Pablo Parenti seleccionaron el material e incorporaron a un perito dactilóscopico. En el medio, claro, compraron una lupa potente. Alcanzaron un primer bosquejo de los grupos de tareas gracias al listado del personal que participó en los centros clandestinos de detención, las felicitaciones de los jefes policiales y la reconstrucción histórica del contexto de cada documento. Entonces construyeron una base de datos con el nombre de alrededor de 2 mil policías que actuaron en los centros clandestinos. Para esta tarea consultaron más de 50 tomos de resoluciones policiales. "El 16 de junio del '98 --relató Marino a este diario--, pudimos informar a la Cámara Federal de La Plata sobre la existencia de los microfilms y los archivos difundidos ahora." --¿Cómo llegaron a este punto? --Tuvimos que abrir un expediente con el material que correspondiera al período '76-'83. --¿Cuántos legajos analizaron? --Trabajamos seleccionando entre más de 10 mil legajos calificados por nombre y apellido, y aproximadamente 80 mil negativos fotográficos. Uno de los gastos más productivos de la caja chica deben haber sido los dos mil pesos empleados en el revelado de los negativos. La información hallada por el equipo estaba dispersa en distintas reparticiones e incluía cerca de 50 años de historia. En una de esas oficinas se encontraron numerosas fotos de la matanza de Ezeiza. Algunas un verdadero clásico, como la del teniente coronel Jorge Osinde enarbolando su fusil en un palco desbordante de violencia parapolicial como prólogo de lo que después sería la Triple A. El 5 de agosto último, cuando Carlos Ruckauf, todavía candidato a la gobernación, reclamó meter bala, Arslanian renunció al ministerio. El 6, Marino remitió a la Cámara Federal Platense el listado del material clasificado. A los pocos días la Cámara decidió allanar la Dirección de Inteligencia para preservar el archivo y los microfilms. "Los principales propietarios de esa información son las víctimas", opina Marino. "Estos informes hacen a su vida privada. El Estado no debía tener información ideológica, aunque ahora por su valor histórico debe preservar los documentos." --¿Qué magnitud tiene el archivo? --Debe ser el tercero en importancia en el país, seguramente después de los de la SIDE y el Batallón 601 de Inteligencia del Ejército, que no fueron hallados. Cuando se conoció la noticia del hallazgo yo temí, porque el riesgo era que el mismo día otros archivos similares hubieran comenzado a ser destruidos. --¿Qué utilidad tienen los documentos, exactamente? --Mire, gracias a la burocracia estatal y con voluntad política puede esclarecerse el destino de los desaparecidos. Hasta este momento se identificó a 124 NN. --¿Y puede haber más identificaciones? --La cifra pueda llegar a los 500 casos. --¿En cuánto tiempo? --La clasificación del archivo es una tarea que puede llevar cerca de 10 años.
Los documentos hallados en la ex Dirección de Inteligencia de la Policía de Buenos Aires darán un material extraordinario a los investigadores. Aquí algunos ejemplos: Reconocimiento de los desaparecidos. El 23 de julio del '76, cuatro meses después del golpe militar, el entonces director general de Seguridad, comisario general Néstor Fernando Gene, reconoce la existencia de desaparecidos. En una circular enviada a las unidades regionales, solicitó que se le envíe un listado de los "detenidos sin registrar" que desde abril permanecen a disposición de las autoridades militares. El motivo de la nota era reclamar el dinero utilizado en la alimentación de los detenidos.
Liberada por error. Al mejor cazador se le escapa la liebre, por eso el 14 de diciembre del '76, el Ejército Argentino le envía una nota al entonces jefe de la Policía Bonaerense, general Ramón Camps, con el objetivo de corregir un error cometido 16 días antes del golpe militar. Se solicitaba la captura de Diana Beatriz Badoza, una detenida a disposición del Poder Ejecutivo nacional que había sido liberada por error. El entonces comisario mayor Luis Oscar Sosa, secretario general de la Bonaerense envió la circular a las direcciones de Seguridad y de Investigaciones. Los muchachos de Inteligencia, que como se sabe están en todas, obtuvieron una copia de la circular interna y la archivaron.
Orden de detención. El comisario Néstor Gene le advierte al jefe de la Unidad Regional de La Plata mediante un memorándum del 24 de noviembre de 1976, que detenga a Rubén Diéguez, ex diputado y ex secretario de la CGT, Regional La Plata. Junto a la orden, el comisario escribió la dirección del diputado cegetista, y también hizo referencia al expediente 23.805 donde se registraban los antecedentes de Diéguez.
Información de la ESMA. El 24 de noviembre del '76 el director de Seguridad de la Bonaerense distribuye una información que le había llegado a través del Comando del Cuerpo I de Ejército. La circular dice: "El siguiente parte informativo procede de la ESMA: tenemos conocimiento que alrededor del día 20 del corriente mes el Partido Montonero lanzará la primera campaña de milicias 'Carlos Caride-María Victoria Walch' (sic, en lugar de Walsh). Durante la misma se efectuarán actos de propaganda, cortes de calles, sabotaje y hostigamiento sobre custodias y comisarías. Piensan invertir muchos medios económicos".
Radio Liberación. En 1979 el entonces jefe de la Bonaerense, general Ovidio Riccheri, distribuye un largo memorándum en el que explica a las principales direcciones policiales las características de las transmisiones radiales. Junto a detallados croquis que ejemplificaban cómo se montaban los equipos en camiones y motos, advierte contra las interferencias de "Radio Liberación", de los Montoneros.
Zona liberada. El 12 de julio de 1977 se le advierte al jefe de la Unidad Regional II de Lanús que durante la semana que va del 12 al 19 de ese mes, entre las 0 y las 6 de la mañana, la Brigada de Infantería con jurisdicción en Avellaneda, Quilmes y Lanús destinarán 16 automóviles no identificables más otros 6 del Comando Radioeléctrico para patrullar dichas zonas, dado que tenían informes sobre probables ataques a las comisarías. Advierte al jefe regional que durante ese horario se considerará a la zona como "encubierta y no se permitirá la realización de ningún tipo de operativo de otras fuerzas".
Cuestionarios ideológicos. Los hombres de Camps realizaron un instructivo sobre cómo debían ser las fichas de camaristas, jueces, obispos, párrocos, intendentes y autoridades militares. Los datos personales coinciden en casi todos los casos. Sobre los juristas e intendentes se destacaba su ideología y si cuestionaban o no el accionar policial. En el caso de los sacerdotes, la preocupación principal consistía en saber si eran tercermundistas y cómo se manifestaban.
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