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CASELLI, DEL VATICANO A RUCKAUF
"Lo que Yabrán sabía se lo llevó con su muerte"

"Creo que a Yabrán habría que dejarlo que descanse en paz", recomendó en diálogo con Página/12 Esteban Caselli, embajador de Menem en el Vaticano y próximo secretario general de la gobernación Ruckauf. Elogió a De la Rúa porque va a misa los domingos.


Por Laura Términe
Desde Roma

t.gif (862 bytes)  El miércoles por la tarde, de los fastuosos salones del Palacio Patrizi, donde Esteban Caselli vivió y se desempeñó como embajador ante la Santa Sede durante dos años y medio, había desaparecido la interminable galería de portarretratos que exhibían las relaciones que el presidente Carlos Menem construyó con el Estado vaticano. La colección de fotos regresó a Buenos Aires junto a todas las pertenencias del embajador, que en pocos días más asumirá como secretario de Gobierno en la provincia de Buenos Aires.

--En su despedida con el Papa, ¿hablaron de las relaciones de Argentina con el Vaticano?

--Me comentó que estaba muy contento con la política llevada a cabo por el presidente Menemna12fo01.jpg (13036 bytes) durante estos últimos años y que esperaba que continuara esta política de apoyo a la Santa Sede en los foros internacionales. Yo le dije que confiaba en el presidente Fernando de la Rúa, dado que se había comprometido con monseñor Jean-Louis Tauran (el canciller del Vaticano) a continuar esa línea, durante un almuerzo realizado en esta embajada. Yo me encargué de llevar tranquilidad al Vaticano en ese sentido. De la Rúa es un hombre de fe, va a misa los domingos y es amigo del nuncio, Ubaldo Calabresi.

--Después de su última reunión con el Papa, Menem dijo que el Santo Padre lo había felicitado por su gobierno. Pero como existe sólo la versión del Presidente y parece poco usual que el Papa elogie políticas internas de un gobierno...

--Claro que no es usual, como tampoco lo es que haya recibido seis veces a un jefe de Estado. El Santo Padre tiene cariño por Menem. Cuando el Presidente lo fue a saludar, el Papa lo abrazó, lo besó y le dijo: "Le agradezco mucho lo que ha hecho por la Argentina y en especial por la Iglesia".

--Una vez Guido Di Tella definió las relaciones entre Estados Unidos y Argentina como "carnales". ¿Cuál sería la palabra adecuada para medir las relaciones con el Vaticano?

--Decir carnales sería una falta de consideración y respeto hacia la investidura del Papa y del Presidente. Creo que las relaciones entre Argentina y la Santa Sede llegaron a un máximo nivel y que mejorarlas sería empalagarse. No hay posibilidad de que sean mejores. Lo importante es que se mantengan como están.

--¿Cuál fue la reacción entre los jerarcas del Vaticano cuando Zulema Yoma contó a este diario que se había realizado un aborto mientras estaba casada con Menem y que el Presidente la había acompañado a hacerlo?

--Yo no voy a entrar en temas privados de la familia del Presidente, pero en absoluto me llamaron del Vaticano para pedirme algún tipo de explicación, porque a la Santa Sede no le importan estos temas.

--Sin embargo, Menem es un hombre que alineó a Argentina con las políticas de defensa de la vida del Vaticano y su ex esposa dice que él la acompañó a realizarse un aborto. ¿No es un poco contradictorio?

--Al Vaticano no le importa lo que ha pasado con anterioridad, porque un ser humano puede cometer errores. Yo no voy a abrir un juicio sobre este caso, pero supongamos que haya sido así: puede haber un arrepentimiento posterior y es eso lo que le interesa a la Iglesia. Si no fue, no fue. Y si fue, el ser humano pudo haberse arrepentido y eso es lo válido.

--Pero Menem no expresó ningún arrepentimiento...

--Le voy a poner un ejemplo. El médico americano Bernard Nathanson era uno de los principales abortistas y, cuando se dio cuenta de lo terrible que era matar a un niño en el vientre de la madre, se arrepintió y de ahí en más pasó a ser la persona que más defiende la vida. La Iglesia católica pone este caso de ejemplo y recomienda ver la película que se hizo sobre su vida en los Estados Unidos. Una vez Menem paso esa película para todo el gabinete.

--¿Y usted no sintió la necesidad de dar una explicación a los obispos después de las declaraciones de Zulema Yoma?

--Para nada.

--¿Entonces este episodio no empañó la inclusión de Menem en la comisión de notables que organiza el Vaticano para que continúe defendiendo sus políticas una vez que deje el gobierno?

--La Santa Sede le ofreció ese lugar y Menem desde allí será útil al mundo.

--Mientras Menem construyó una excelente relación con el Vaticano, no pudo sostener un diálogo con parte del Episcopado argentino, que muchas veces realizó duras críticas por los altos índices de desocupación, la corrupción y el deterioro en el área social. Digamos que en casa no se cumplieron tan bien los objetivos.

--Las críticas, siempre que se hagan con altura, bienvenidas sean. La Iglesia tiene que ocuparse de los pobres, pero la pobreza hay que vivirla para poder sentirla, y desempleo y problemas sociales hay en todo el mundo. No es sólo culpa del Gobierno que en la Argentina haya pobreza y desempleo. Yo creo que más que críticas desde el púlpito, el Episcopado argentino tendría que dialogar con el gobierno para cambiar impresiones y llevar soluciones.

--¿Acusa a los obispos de cortar ese diálogo?

--Yo no acuso a nadie. El Gobierno nunca tuvo segundas intenciones con el Episcopado, pero nos hubiera gustado tener más diálogo con algunos obispos argentinos.

--Algunos hombres de la Santa Sede dicen que el Vaticano debería haber escuchado más las palabras de los obispos argentinos y no sólo agradecer las políticas de alineamiento.

--El Estado argentino apoyó al Estado vaticano en los foros internacionales y eso no le puede molestar a nadie. Se trata de políticas de Estado.

--El presidente del Episcopado argentino, Estanislao Karlic, estuvo en Roma durante el viaje de Menem aquí, pero no asistió a ninguna de las reuniones que congregaron obispos argentinos y de la Santa Sede. ¿No fue invitado?

--Monseñor Karlic suele venir a Roma sin comunicarlo a la embajada ante la Santa Sede, como sí hacen otros obispos, a los cuales les brindamos todas las atenciones necesarias.

--¿Tiene amigos dentro de la Alianza?

--Tengo dentro del radicalismo: (Raúl) Baglini, (Raúl) Alconada Sempé, (Ricardo) Gil Lavedra, (Fernando) De la Rúa y (Raúl) Alfonsín. Ninguno dentro del Frepaso.

 

--¿Apoyó la designación de Aldo Rico en el gobierno bonaerense?

--Rico es un hombre que hace mucho que está participando de la democracia. Creo que le tenemos que dar la oportunidad que merece porque está convencido de que va a solucionar el problema de la seguridad. A Rico lo eligió el gobernador y a Ruckauf lo eligió el pueblo. Por lo tanto hay que dejarlo desempeñarse en sus funciones para que pueda demostrar lo que vale.

 

--¿No cree que sería más ético nombrar a otra persona y no a un hombre que atentó contra la democracia?

--Si un hombre que fue abortista puede arrepentirse y empezar a batallar contra el aborto, Rico a lo mejor, en su momento, tuvo sus motivos para atentar contra la democracia y después pasó a formar parte de esa democracia. Uno no está exento de cometer errores en la vida. Rico es una persona de bien y estoy firmemente convencido de que a los bonaerenses lo que les importa es tener seguridad dentro de la provincia.

--Desde la gobernación, Ruckauf tiene posibilidades de ser candidato a presidente en el 2003, un puesto que Menem aspira a recuperar. Si llegaran a una interna, ¿usted con quién se va colocar?

--Es prematuro hablar del 2003. Lo decidiré dentro de unos años.

--Cavallo dijo alguna vez que usted fue el hombre que le abrió las puertas del gobierno de Menem a Alfredo Yabrán. ¿Cuál era su relación con él?

--Eso no es verdad. Yo lo conocía, pero no tuve trato político, ni económico, ni comercial, ni de ninguna forma. Se dijo que yo había recibido dinero para la campaña de reelección de Menem en 1994, pero tampoco es verdad. El dinero de la campaña lo manejaba el secretario general del partido, Eduardo Bauzá. Yo estaba en la oficina con él, pero no tengo nada que ver con el manejo de fondos. Ni sé si Yabrán aportó dinero o no en ese momento.

--¿Y cómo lo conoció a Yabrán?

--Lo vi en dos o tres oportunidades, no éramos amigos. Lo he tratado como a un empresario, como trato a (Carlos) Bulgheroni o a (Francisco) Macri. Yo no tengo absolutamente nada que ver. Creo que a Yabrán habría que dejarlo que descanse en paz. Las cosas que podría haber sabido Yabrán se las llevó con su muerte.

--¿Y a Emilio Massera lo conoce?

--Sólo por fotografías. Se lo juro por mis nietos.

--¿Tuvo problemas para pagar gastos de la embajada porque no le llegaba el dinero de Cancillería?

--Jamás tuve problemas con el ministerio. Las partidas demoraban, pero llegaban. Creo que algunos embajadores no tienen suficiente paciencia.

 

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