Por Raúl Dellatorre Decidido a
convertir la flamante área de Infraestructura en un ministerio de Planificación,
una palabra condenada al exilio por prejuicios ideológicos, Nicolás Gallo, que
estará a cargo de esa repartición, dio ayer los argumentos en base a los que espera
recuperar el rol de estratega para el Estado. Toda la infraestructura del país
quedó en manos del sector privado, del que no se puede pretender otra lógica que la de
su propio beneficio, señaló durante el almuerzo en su honor realizado en el Centro
Argentino de Ingenieros. Si logramos poner en caja a todos los que tienen que ver
con la infraestructura, provincias y concesionarios entre ellos, habremos alcanzado el
éxito en recuperar para el Estado el rol de planificador de una estrategia de crecimiento
y desarrollo. Gallo anticipó que dentro de su área funcionará la Secretaría de
Comunicaciones, además de las de Transporte y de Obras Públicas. Esta última abarcará
Recursos Hídricos, Vivienda y Obras Viales. En materia de tarifas, planteó que su
objetivo es negociar rebajas con los concesionarios de peaje y con las licenciatarias de
telecomunicaciones. No quiero dar cifras, y ya veremos cuáles son los mecanismos
sobre la marcha, respondió al pedido de precisiones que le formuló Página/12. Al
ser consultado sobre cuáles serán las prioridades en materia de infraestructura,
respondió que todas, prácticamente hace falta un Plan Marshall para cubrir las
necesidades, refiriéndose a la magnitud del déficit de obras. Para ello,
consideró necesario un cambio de criterio en cuanto al rol del Estado. Hay que
salir de la visión de corto plazo de cerrar el déficit de un año, un ministerio de
Infraestructura debe pensar en el mediano plazo, más allá de las dificultades
presupuestarias del momento. La planificación de la infraestructura pública
no puede entregarse al sector privado: éste es el error de los contratos de concesión de
los últimos años y que persiste hasta hoy, con un Estado inerme, expresó.
La inversión necesaria en obras requiere participación privada señaló
luego, y nos corresponde a nosotros congeniar ambos mecanismos, el interés público
y la administración privada de las obras.Nicolás Gallo se refirió luego a
distintos aspectos de su futura gestión, particularizando sobre algunos lineamientos
específicos, cuyo resumen es el siguiente:
Vivienda:
El Estado tiene tierras que no usa y podrían ser destinadas a construcción de
viviendas. Las guarda con una codicia insólita. Si nos ponemos de acuerdo con las
provincias para que aporten su participación en los recursos del Fonavi, podríamos
ofrecer viviendas populares de no más de nueve mil pesos por unidad habitacional.
Además, podría contarse con un subsidio sobre la tasa de interés para financiar la
compra por parte de sectores de bajos recursos.
Aeropuertos:
Hoy se observa en el mundo que los aeropuertos están saturados, con los sistemas de
seguridad funcionando al límite. Los bajos niveles tarifarios han incrementado
enormemente el número de pasajeros, y la misma saturación se va a dar en Argentina. La
tendencia es volver al ferrocarril, utilizando las tecnologías que le permiten
desarrollar altas velocidades, para reemplazar al avión en distancias cortas y
medias.
Aeroparque
Jorge Newbery: Se ha debatido mucho sobre el tema. Es hora de que dejemos hablar a
la gente. La idea es que, junto a la elección del año que viene de nuevo jefe de
Gobierno, se plebiscite entre los porteños si queremos o no tener un aeropuerto dentro de
la ciudad.
Puerto de
Buenos Aires: Va a volver a la órbita del Gobierno de la Ciudad. No vemos viable la
ampliación del puerto para actividades comerciales, porque no hay forma de darle una
infraestructura vial para la entrada y salida de la carga. La idea es dejarlo como una
zona de recreación. u Ferrocarril Transpatagónico: Hay un proyecto en
estudio, a partir de una propuesta privada. Yo no sé si el proyecto en sí es o no
viable, pero es importante pensado desde los beneficios, porque es una forma de promover
el desarrollo y la soberanía en la región. Hidrovía en el río Paraná: Es una
gran asignatura pendiente. Hay que completar el dragado hasta la provincia de Formosa
(para permitir el tránsito fluvial de los barcos de carga). u Telecomunicaciones:
La forma de lograr mejores tarifas es competencia, más competencia y más
competencia, porque es la forma además de mejorar la tecnología.
EMPRESARIOS, SINDICALISTAS Y LA IGLESIA
Otra alianza viene madurando
Un grupo
de empresarios liderado por el ex secretario de la UIA Manuel Herrera convocó ayer a un
inusual encuentro entre hombres de negocios, trabajadores, representantes de la Iglesia y
políticos. La idea promovida por los organizadores, que remite a un discurso que en las
últimas dos décadas había quedado archivado, se refiere a una confluencia entre el
mundo del trabajo y el del sector empresario. Lo más llamativo, y lo que derivará en una
renovada interna en el bloque del poder económico, fue la participación en ese evento
del flamante Grupo Productivo, integrado por la UIA, las Confederaciones Rurales
Argentinas y la Cámara Argentina de la Construcción. La mira de ese nucleamiento apuntó
al sector financiero y a las privatizadas, definiendo un profundo surco en lo que durante
la década del gobierno de Menem fue el monolítico frente empresario.La convocatoria fue
en el Centro Cultural San Martín, y además de Herrera y el GP, participaron Juan Manuel
Palacios, del MTA, Víctor De Gennaro, de la CTA, y Francisco Gutiérrez, por las 62
Organizaciones. También intervinieron la diputada Elisa Carrió, el gobernador de San
Juan, Alfredo Avelín, y el presidente de la Cámara de Diputados de la provincia de
Buenos Aires, Alejandro Mosquera. La Pastoral Social de la Iglesia también estuvo
presente. La línea de este encuentro es la de ampliar las bases del Grupo
Productivo hacia el sector del trabajo y la Iglesia, explicó a este diario uno de
los dirigentes de la UIA. En esa cámara empresaria ha ganado la posición más crítica
hacia el modelo económico, relegando al grupo con posturas más liberales, encabezado por
Alberto Alvarez Gaiani. Osvaldo Rial e Ignacio de Mendiguren son los más firmes
defensores de imponer una línea dura contra los bancos y las privatizadas, y cuentan con
el apoyo dentro de la UIA de Héctor Massuh y Guillermo Gotelli.Este sector dentro de la
UIA se fortaleció la semana pasada luego de que presentara a Fernando de la Rúa, en el
marco del GP, una propuesta de medidas para la producción con el apoyo de los capitanes
de la industria que quedan. Roberto Rocca (Techint), Eduardo Acevedo (Acindar), Amalita
Fortabat (Loma Negra), entre otros popes empresarios, acompañaron al GP. Para el
encuentro en el San Martín, sin embargo, los organizadores no se atrevieron a tanto,
inhibiéndose de invitarlos. Tenemos que empezar a armar una relación con los
dirigentes sindicales, para construir confianza y, luego, lograr definiciones políticas
conjuntas, señaló uno de los encargados de convocar a los representantes de los
trabajadores. Y agregó: Los sectores que se sienten perdedores de este modelo se
tienen que unir para plantear algo alternativo, puesto que si no se alienta a la
producción nacional el país no tiene destino. Los ejes del nuevo discurso serán
fortalecer al empresariado nacional, asumir una postura fuerte ante Brasil e incorporar al
mercado interno a todos los argentinos.En la UIA no quieren hablar de ruptura con el resto
de las cámaras empresarias con posiciones liberales, reunidas en el Grupo de los Ocho, ni
con el Consejo Empresario Argentino, que representa a las principales compañías
nacionales y extranjeras. Pero en los hechos lo que se ha producido es un distanciamiento,
que enviará al freezer al G-8. Es claro que los pronunciamientos políticos como las
propuestas económicas serán canalizadas, de ahora en más, a través del Grupo
Productivo. Más aún si el discurso que bajarán será que la reforma laboral no es
prioritaria para el sector productivo, sino que lo que resulta indispensable es la
reducción del costo financiero y de las tarifas de los servicios públicos privatizados.
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