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El sábado pasado, la guerrilla separatista vasca ETA hizo público que rompía su tregua de 14 meses. Y que la ruptura se haría efectiva el sábado que viene, lo que podría inaugurar una cadena de atentados terroristas. El anuncio estremeció profundamente a España y el País Vasco. En estas páginas, el choque de posiciones entre el gobierno y el separatismo, y la lectura de un escritor.

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Mayor Oreja: “No hemos perdido ninguna oportunidad”.“La ETA no se planteó la paz, sino la construcción nacional.”

Arnaldo Otegi, líder de Euskal Herritarrok, nueva marca electoral del ala política de ETA.


JAIME MAYOR
OREJA, MINISTRO DEL INTERIOR
“La ETA nunca quiso la paz”

El País de Madrid
Por Juan G. Ibáñez

t.gif (862 bytes) El guión de lo que ha ocurrido lo había dejado escrito la propia ETA, según Jaime Mayor Oreja, ministro español del Interior. Con la salvedad de que los resultados de las elecciones municipales no depararon una derrota de los partidos constitucionalistas (PP, centroderecha, en el poder, y PSOE, centroizquierda). ni del gobierno. Y la ETA, sostiene el ministro del Interior, sólo se sienta a hablar si percibe que tiene a su interlocutor derrotado.

--¿Cuál es el verdadero motivo, según usted, de que la ETA haya decidido romper la tregua, dado que el presidente del Partido Nacionalista Vasco, Arzalluz, ha dicho que son mentiras los motivos aducidos para hacerlo?

--El motivo esencial es que la ETA nunca asumió la tregua como un proceso de paz. La razón esencial del cese indefinido de la violencia fue la apertura de un proceso de construcción nacional, de camino hacia la independencia. Año y medio después, la ETA ha realizado una evaluación del camino recorrido, ha hecho un examen a los partidos políticos que la acompañaron en aquella declaración suscripta en agosto de 1998. Si la firma estaba en el dorso o en la parte de atrás es lo de menos.

--¿Usted cree que existió el pacto que Arzalluz niega que hubiera entre ETA y los nacionalistas, y cuyo incumplimiento es el que invoca la ETA para romper la tregua?

--Hubo una firma por tres partidos y la duda está en si hubo un complemento, una adición. La realidad es que ha habido el inicio de un proceso de construcción nacional. Lo que pasa es que pensaban que ese diseño sobre el papel iba a tener un respaldo social mayoritario en el País Vasco porque iban a arrollar electoralmente. Al ver que en las elecciones municipales los resultados no son los que algunos auguraban es evidente que la ETA necesita hacerse más presente, y lo hace robando 8000 kilos de dinamita, determinando la abstención activa de Euskal Herritarrok (su rama política), robando máquinas troqueladoras para fabricar matrículas falsas... Con todo eso, la ETA vuelve a hacerse más presente en la sociedad vasca, y además al estilo de la ETA, no al estilo del frente nacionalista. Llega un momento en que la ETA decide que esas amenazas no son suficientes, que necesita amenazar como siempre, y entonces dice que rompe con el cese de la violencia, desde la óptica de que su proyecto de construcción nacional no va al ritmo que ella quiere.

--La ETA suele cumplir sus amenazas. ¿Teme que reanude su actividad terrorista de forma inmediata, incluso este mismo fin de semana?

--El Ministerio del Interior tiene la obligación de trabajar siempre sobre el escenario más desfavorable de todos los posibles, y además normalmente acierta cuando aplica eso a la ETA.

--¿Teme que esa reanudación de la violencia tenga como objetivos inmediatos a representantes políticos del PP o del PSOE?

--Casi nunca se ha acertado cuando alguien ha señalado que ETA tenía tales o cuales objetivos preferentes, porque la lógica de los terroristas no tiene nada que ver con la de las personas normales. Lo que es evidente es que ETA no ha dejado de abastecerse y de trabajar como organización terrorista. Lo único que no ha hecho es matar.

--¿Por qué el comunicado de la ETA no se dirige al gobierno de la nación sino que tiene como destinatarios a los partidos nacionalistas vascos?

--Este comunicado de la ETA es la continuación del de setiembre de 1998, en el que explicó exactamente, emplazando a los partidos nacionalistas, el proceso que en su opinión se emprendía, que es un proceso de construcción nacional. En aquel comunicado había una declaración de guerra política a España y Francia, y se avanzaba una ofensiva nacionalista como nunca se había producido en el seno del nacionalismo vasco. La ETA interpretó que había masa crítica suficiente con el PNV y ETA para emprender con credibilidad ese proceso de construcción nacional. En aquella ocasión emplazó a los partidos nacionalistas. Ahora lo que ha hecho ha sido darles un suspenso con este último comunicado.

--¿Les ha llegado algún mensaje del gobierno vasco que muestre que se siente incómodo por tener como socio parlamentario a los socios de quienes anuncian su disposición a volver a matar?

--Creo que el gobierno vasco se siente incómodo con la situación de hoy y con la de hace un año. La ETA y su entorno maltratan al gobierno vasco y al Partido Nacionalista Vasco, como se ha visto con este comunicado de la ETA. También el PNV tiene tendencia a maltratar a los que no son nacionalistas. Esa cultura del maltrato es una lacra que hay de desterrar del País Vasco para avanzar hacia la cultura de la paz.

--¿Considera que la ruptura de la tregua ha venido a darle la razón?

--Lo que pienso es que en el ánimo de la ETA no había el propósito de un verdadero proceso de paz sino un proyecto de construcción nacional. Por tanto, los españoles no deben tener la sensación de que se ha desaprovechado una oportunidad histórica. La hubiese habido si la ETA realmente hubiese querido un proceso de paz. Pero la ETA no se ha atrevido a abordar un proceso de paz.

--¿Han llegado a obtener alguna explicación de por qué ETA suspendió el diálogo con el gobierno?

--La explicación lógica está en el resultado electoral del frente nacionalista en su conjunto en las elecciones municipales del pasado 13 de junio. El frente nacionalista no se convierte en un instrumento que pueda sustituir a la ETA; no puede sustituirla porque no ha arrollado en las elecciones autonómicas y municipales y, por tanto, la ETA necesita hacerse más presente y combinar su actuación con la del frente nacionalista. Para hacerse más presente, la ETA necesita congelar, e incluso tratar de sepultar, el dialogo con el gobierno. Habrían hablado con el gobierno si hubiese habido unos resultados electorales favorables para el frente nacionalista, si los partidos constitucionalistas hubiésemos tenido un fracaso electoral en las municipales. Ellos hablan siempre con los que previamente han derrotado. En un momento determinado consideraron que habían derrotado al PNV, porque lo habían llevado a sus posiciones de ruptura, y hablaron con él. Mantienen un hilo de diálogo con el gobierno pero no abordan un verdadero proceso de paz, porque ni el gobierno ni los partidos constitucionalistas han quedado derrotados en las urnas.

--¿Cómo se explica que el antiguo dirigente proetarra Idígoras haya dicho que la ETA ha comprendido que no puede derrotar al Estado y que poco después ETA retorne a la violencia?

--Hay que preguntarse si quien ha dicho es del núcleo o de la periferia de la periferia.

--¿La ruptura de la tregua muestra que las decisiones las sigue tomando ETA y no los representantes de EH elegidos en las urnas?

--Hay algunos que sin estar en el organigrama son más ETA que los que figuran en el organigrama. Lo decisivo es que la justificación de ETA, la necesidad de actuar con el plus que aporta la coacción, la violencia, al final acaba prevaleciendo, mandando.


ARNALDO OTEGI,
LIDER DEL ALA POLITICA ETARRA
“La ETA apuesta a la paz”

El País de Madrid
Por Iñaki Gabilondo

t.gif (862 bytes) "Para nosotros (el pedido a ETA de mantener la tregua) se cometería una injusticia al equiparar y dirigir la presión a una organización que ha mantenido 14 meses de tregua frente a los estados que han mantenido una posición de absoluto sabotaje a la iniciativa política que ETA adoptó en su momento", dice Arnaldo Otegi, líder de Euskal Herritarrok (nueva marca electoral de Herri Batasuna, considerada el brazo político de ETA). Estos son algunos extractos de la conversación.

--Antes que nada, una curiosidad: ¿cuándo se enteró usted de que ETA anunciaba la ruptura de la tregua?

--Pues, creo que el sábado, cuando se anunció el comunicado en (el diario) Gara, y a la mañana del sábado ya sabía los términos en que se explicitaba el comunicado de ETA.

--Sinceramente, ¿lo tomó de sorpresa?

--Creo que nos ha tomado de sorpresa a todos. Pero veníamos anunciando desde junio que el proceso atravesaba dificultades objetivas, y que nosotros hemos estado desde entonces haciendo un esfuerzo evidente porque siguiera en pie, y seguimos considerando que sigue en pie, que lo importante es seguir trabajando como hasta ahora, redoblando los esfuerzos en un proceso que no debemos olvidar. Independientemente de los tintes de dramatismo que ha generado la decisión de la ETA, también la ETA explicita a través de un compromiso claro que está dispuesta a abandonar el empleo de las armas si realmente accedemos a un escenario de democracia para nuestro país. Queremos hacer también la lectura positiva. Hay que reconocer que después de 14 meses de tregua unilateral, todavía la ETA sigue manteniendo una apuesta clara por el desarrollo sostenido y coherente de ese proceso.

--Para imponer la política, ustedes deberían decirle inmediatamente a la ETA que no empuñe las armas.

--Creemos que la ETA señala fundamentalmente dos lagunas importantes en el proceso: una que es evidente, que ambos Estados, el español fundamentalmente, ha mantenido una posición de sabotaje permanente al proceso; y la segunda, que los partidos nacionalistas y las fuerzas progresistas y la mayoría sindical de este país no hemos sido capaces de definir el proceso en sus objetivos finales y en los caminos democráticos para conseguirlo.

--Aludiendo a la democracia y al propio ámbito vasco de decisión, hay una decisión que el pueblo vasco tomó en ese ámbito de una manera clamorosa hace muchísimo tiempo: decirle a ETA que no tome las armas.

--Somos plenamente conscientes de que la mayoría de la sociedad vasca no está de acuerdo con el instrumento de lucha que utiliza la ETA, pero hay muchos sectores que coinciden tanto en el terreno táctico, con las aspiraciones de esa organización, como en el estratégico, con las aspiraciones independentistas. Se nos hace difícil explicar estas cosas, pero vemos la posibilidad real de conducir este país a un nuevo escenario, sólo hace falta voluntad política para eso, sólo hace falta valentía política y poner en el armario del olvido los intereses en muchos casos mezquinos, electorales, de cierta clase política profesional. Creo que el gobierno británico aprendió esa lección; desgraciadamente para nosotros, la posición del presidente del gobierno español no ha estado en absoluto a la altura de las circunstancias: una declaración como la que hizo el gobierno británico, como la de Downing Street, posibilitaría la definitiva solución del problema.

--Ya que ha sacado usted el ejemplo del IRA, pasaron también algunas otras cosas allí. Gerry Adams se impuso al IRA, ¿por qué no es usted el nuevo Gerry Adams y se impone a la ETA?

--Si fuese tan sencillo... No haría lecturas tan simples de eso, creo que...

--Perdóneme, es que no es una lectura simple; si dentro de tres días hay un atentado, usted políticamente está muerto.

--Bueno, pero ése no sería el problema fundamental.

--No, pero sería una prueba de que una línea política en la que está usted depositando esperanzas se iría al abismo.

--He manifestado desde el principio de mi actividad pública en el terreno de la política que lo importante no es el futuro político de Arnaldo Otegi.

--Le piden ustedes una declaración al gobierno, pero con respecto a ETA tienen ustedes que marcar una raya.

--Hemos declarado en numerosísimas ocasiones que una cosa es la ETA y otra HB, por tanto, la acción política de HB se remite a su lucha institucional y a su lucha de movilización social, y por tanto, son dos ámbitos de actuación, digamos distantes y meridianamente separados. Si somos capaces de hacerlo bien, con seriedad y con responsabilidad política, no tenemos ninguna duda de que la ETA, como agente político, va a tomar en consideración lo que hagamos en los próximos días y en los próximos meses. La ETA tiene legitimidad para hacer análisis políticos porque es un agente político que ha propiciado un escenario de este tipo.

--Yo no estoy discutiendo el derecho que tenga nadie a hacer análisis políticos, lo que estamos planteando es lo que pueda hacer ETA cuando empuñe las armas. Si la comisión permanente de Lizarra propone --por iniciativa, por ejemplo, del PNV-- un texto en el que se le pide a ETA que mantenga la tregua, ¿ustedes lo apoyarían o no?

--Pues no lo sé, sería una cosa de estudiarlo, pero no estaríamos de acuerdo si se explicitara en esos términos de forma unilateral.

--¿Hay algún tipo de margen de maniobra en estos días para que usted o su formación actúen?

--Creo que no nos debemos autoimponer mentalmente plazos ni fechas. Lo que tenemos que hacer es trabajar con serenidad, sin nerviosismo y con urgencia, pero no porque la ETA haya hecho ese anuncio sino porque el proceso necesita de revitalización política. Sé que hoy la sociedad vive con una cierta angustia. Lo que tenemos que hacer es seguir trabajando para generar condiciones que hagan ver a la ETA, o que la propia organización armada valore políticamente de otra manera, o que intente situar sus coordenadas de acción en otros términos.

--¿Usted se da cuenta cómo suena? Es decir: "Vamos a tener contenta a la ETA para que no nos mate".

--No se trata fundamentalmente de eso. Nadie quiere que exista ningún tipo de acción violenta, ni por parte del Estado ni por parte de la ETA. --Parecería que ese discurso, que es un discurso en el que se apela a la inteligencia en la política, necesitaría acabar, podría acabar, tendría que acabar sin ninguna dificultad diciendo a los que quieren irrumpir en ese proceso por la vía de las armas que no pueden en modo alguno hacerlo. La dificultad que tiene usted para añadir esto es verdaderamente patética, señor Otegi.

--Pues yo no lo considero así. Creo que en el ejercicio de mi responsabilidad política ésa es la posición que debo mantener en estos momentos.

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