Por Cledis Candelaresi Desde su estudio jurídico,
apenas repuesto de la severa crisis cardíaca que le habría provocado su paso por la
función pública, Jorge Pedreira alista para la Alianza un informe de situación sobre la
Entidad Binacional Yacyretá. El trabajo, que el ex director ejecutivo de la EBY le hará
llegar a Fernando de la Rúa en pocos días, dará al futuro gobierno varios elementos
para rechazar los multimillonarios reclamos que le plantea al Estado la contratista civil,
liderada por Impregilo. El paper también descubrirá cómo las administraciones
anteriores de la entidad binacional propiciaron que estas exigencias fueran sometidas a
arbitraje, cuando abundaban elementos para rechazarlas directamente.
Yacyretá es una de las bombas de tiempo que amenaza estallar en manos del equipo
aliancista. Una de las cuestiones a resolver de inmediato es el arbitraje asignado a Henry
Kissinger y Mariano Cavagna Martínez para que se expidan sobre la validez de una serie de
reclamos que Eriday grupo a cargo de la obra civil cuantificó en 1500
millones de dólares. La otra es la necesidad de subir la cota de la presa, para aumentar
su capacidad operativa. De la Rúa debería convocar rápido a una licitación para esta
obra adicional, ya que en setiembre vence la ley que permitiría expropiar los terrenos
que, necesariamente, se inundarán con esa ampliación.
Pedreira fue titular argentino de la EBY hasta fines del año pasado, cuando la decisión
de Carlos Menem de transferir a Presidencia la entidad, hasta entonces en la órbita de
Economía, lo hizo renunciar. En su reemplazo fue designado Raúl Reali, un riojano ligado
a la dirección de la entidad y más confiable para la Casa Rosada.
Roque Fernández convocó a Pedreira para la función pública cuando se sintió
acorralado por las exigencias de Impregilo y necesitaba alguien de su confianza para que
le esclareciera el panorama. En este intento, el ex administrador de Yacyretá estudió
minuciosamente los cincuenta y cuatro reclamos privados y concluyó por escrito que el 90
por ciento no tenía fundamento. Pero, al mismo tiempo, tuvo en claro que si las
anteriores administraciones de la EBY los hubieran rechazado, también con papeles,
Impregilo no habría tenido fundamento para impulsar un arbitraje.
Este mecanismo es riesgoso para el Estado ya que, por poco generosos que sean los
árbitros con las empresas, es previsible que obligarían al Estado a pagar más de lo
que, seguramente, éste desembolsaría si aquellas exigencias se rebatieran por la vía
administrativa o judicial.
A pesar de aquella falta administrativa, todavía hay elementos para que la EBY intente
discutir fuera de un arbitraje los reclamos de Eriday, grupo que también integran las
principales empresas nacionales como Sideco Americana, Impsa, Benito Roggio y otras: aún
no se formuló la recepción definitiva de la obra. Basándose en esto, la
Alianza intentará suspender la intervención de los árbitros.
Pedreira ya fue informalmente consultado sobre la situación de esta obra pública por un
miembro del equipo delarruista, pero la idea de elaborar un informe es propia. En rigor,
este trabajo podría considerarse sólo como un escueto anticipo del libro que prepara
para fin de año sobre los puntos más controvertidos del monumento a la
corrupción, según los términos presidenciales.
La Alianza aún tiene pendientes varias definiciones sobre este delicado tema, como la
designación del futuro titular. Mientras el Frepaso postula al diputado Ricardo Vago, un
estudioso del tema, el radicalismo hace lobby por Jorge Lapeña, especialista en energía.
NERVIOSISMO POR INDEFINICIONES. SUBE EL
RIESGO PAIS
La city está perdiendo la paciencia
El
establishment financiero está impaciente. Y ya empezó a enviar señales de atención al
presidente electo. Dice que Fernando de la Rúa está demorando más de la cuenta las
definiciones de política económica y que José Luis Machinea, su ministro de Economía,
está siendo superado en la negociación por el presupuesto con los gobernadores. En el
último mes, el riesgo país de Argentina, que mide el humor de los inversores
extranjeros con la plaza local, aumentó mientras cayó para toda Latinoamérica. Más
aún, ayer el economista Miguel Angel Broda admitió que el efecto imagen de
nombrar un gabinete nutrido en economistas no obtuvo los resultados esperados. Sólo unos
pocos temen un golpe de mercado. Pero en la city ya se habla de una
recuperación lenta y mediocre durante el primer año de gestión del nuevo
gobierno.
Las principales consultoras financieras siguen hoy con atención los siguientes datos.
Desde octubre, el llamado riesgo país (medido como la diferencia de tasa que pagan los
títulos argentinos por sobre los bonos del Tesoro norteamericano) creció en 46 puntos
básicos (casi 0,5 por ciento más de tasa de interés). En el mismo período el riesgo
país de toda Latinoamérica cayó, en promedio, 56 puntos básicos. Con diferencias
marcadas: el riesgo de Brasil se elevó sólo 8 puntos mientras que el de México se
desplomó casi 78 puntos. El 19 de noviembre, De la Rúa anunció que su gabinete sería
copado por el dream team de la city: Machinea flanqueado por Ricardo López
Murphy, Adalberto Rodríguez Giavarini, Juan Llach, y Fernando de Santibañes en un
estratégico rol de súper-asesor. Pero ni siquiera semejante gesto hacia el establishment
alcanzó para mejorar la imagen relativa de Argentina frente a los mercados financieros.
Yo hubiera dicho que el riesgo de Argentina con este gabinete iba a caer
fuertemente. Mucha gente le explicó al presidente la importancia de nombrar un gabinete
así, pero no dio resultado. Veo cierta desazón en los mercados, afirmó Miguel
Angel Broda, durante una selecta reunión con financistas.
Según el consultor, que cuando fue designado el gabinete dijo que se sentía
feliz, los mercados ahora esperan ver el libreto y la capacidad para
implementarlo. Desde esta perspectiva, lo primero sería cerrar el paquete de ajuste
fiscal, que muchos en la city dicen se está demorando a causa de la inexperiencia
de Machinea y los suyos para negociar con los gobernadores del PJ. Después,
habría 60 o 90 días en los que el establishment local e internacional va a mirar
qué hay detrás del ajuste, explicó Broda. No descarto cierta desazón y un
aumento del riesgo hacia mediados de año, agregó. Y dijo que, por eso, hoy la
norma es un cauto optimismo. El pronóstico de la city es que para el 2000 el
escenario será mediocre, con un crecimiento que ni siquiera llegará a
recuperar el nivel de actividad perdido este año. Y con el desempleo clavado en el orden
del 14 por ciento.
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