The Guardian de Gran Bretaña
Por John Vidal Desde Seattle Incluso mientras
las hogueras ardían en las calles, las balas volaban y los gases lacrimógenos separaban
a los manifestantes de la policía, la industria de la madera terciada estaba creando
empleos en el centro de la ciudad de Seattle. La policía despejaba las calles y los
obreros la seguían con sus martillos, escobas y pañuelos para parar los gases
lacrimógenos. Ayer, en horas tempranas de la mañana, la poca gente que ignoraba el
consejo de las autoridades de la ciudad de quedarse en sus hogares se enfrentaba al
espectáculo de comercios tapiados, pilas de vidrios rotos y graffitti anarquistas y
anti-OMC. Y el leve olor a gas. Casi cada comercio, oficina, escultura y pared tiene ahora
un mensaje. Van desde el simpático Estamos ganando al enigmático Deseo
Armado, el digno Queremos vivir, no sobrevivir pasando por Quemen
a los ricos y Nunca olvidar. Por lo menos 30 negocios, bancos y otros
lugares tenían las vidrieras destrozadas y su stock de Navidad saqueado. Me imagino
que estamos pretendiendo que esto nunca sucedió, dijo un obrero lavando un símbolo
anarquista en la Calle Quinta. ¿Sabe qué es lo lamentable de todo esto? Que se
suponía que esto debía ser la Navidad. Deberíamos estar aquí comprando. Un montón de
minoristas están realmente molestos.En la Calle Quinta, Warner Bros, Banana
Republic y el banco Washington Mutual fueron atacados. Una joyería, la tienda de ropa
Speedo Fitness, Nike Town, Planet Hollywood y varias cafeterías Starbucks fueron
arrasadas. Unos pocos empleados y potenciales clientes sacudían sus cabezas mientras
esperaban que los dejaran pasar. Mi Dios dijo Mary, que había visto las
escenas por televisión pero quería comprar algo de ropa para su hijo en Alabama.
¿Cómo pudieron hacer esto? Esta OMC significa problemas. Nunca le pedimos que
viniera. Estoy realmente deprimido por esto dijo un homeless
pidiendo cigarrillos. Podían haber puesto comida en la calle para nosotros.
Bob Jones, estudiante de Ciencias Sociales de la Universidad de Washington, estaba desde
temprano en la calle para obtener evidencias que sustentaran su tesis sobre las
nuevas revoluciones. Jones piensa que la elección de los objetivos no era
tanto ideológica como pragmática. Las víctimas de los ataques fueron la gente
pobre, los pequeños comercios dijo. Miren lo que dejaron. Parece que nadie
estaba interesado en la gigan- tesca cadena de hamburguesas Wendys o en los bares y
hoteles caros.Los blancos favoritos fueron los comercios de televisores, de zapatos
y de ropa. Los televidentes vieron durante toda la noche cómo los saqueadores tomaban lo
que podían, aparentemente impasibles ante el toque de queda o la perspectiva de la
llegada del ejército. Unos 1000 manifestantes, muchos de ellos usando máscaras de gas,
desafiaron las órdenes de la policía de dispersarse y prendieron fuego a los tachos de
la basura. Los televidentes vieron las bandas de hombres enmascarados rompiendo las
cerraduras a fierrazos, destrozando las vidrieras y cargando camiones con mercadería sin
ningún disimulo. La táctica de la policía, ampliamente criticada por
tímida e ingenua, era trabajar en grandes grupos, limpiando área
por área. Usando granadas de impacto, balas de plástico y gases lacrimógenos, se
desplazaron por todo el centro de la ciudad para echar a por lo menos 400 personas del
área de toque de queda. Muchos se dirigieron al centro comunitario de Seattle, lugar del
comienzo de una de las marchas ayer. Mientras los disparos de las balas de plástico
resonaban en la noche, los manifestantes desafiaban a la policía aún más, gritando
Fuera de nuestra colina, fuera de nuestra colina. El eco de las descargas de
los gases lacrimógenos se podía escuchar a tres kilómetros de distancia. Los que se
quedaron en la ciudad siguieron saqueando frenéticamente por casi toda la noche. Ayer, el
Gremio Nacional de Abogados escribió una carta furiosa al sheriff de Seattle quejándose
por la excesiva fuerza policial contra la mayoría de los manifestantes. Sostuvo que se
habían usado balas y perdigones de goma, y que la policía deliberadamente había hecho
blanco sobre manifestantes pacíficos con gases lacrimógenos. Ayer, algunos manifestantes
estaban furiosos de que unos pocos anarquistas se hubieran apoderado de la situación,
determinando que sus causas, que eran muchas, no fueron escuchadas. ¿Cómo pueden
400 personas tomar como rehén algo tan grande como esto?, preguntaba Dan Wessler,
un obrero metalúrgico de Michigan que había llegado para la marcha sindical de 30.000
hombres. Pero los estudiantes, que dominaban las marchas, aclamaron el renacimiento del
activismo. Los campuses estuvieron tranquilos durante mucho tiempo dijo Tina
Flowers, de la Universidad el estado de Washington. Esto cambia todo. La OMC y
el comercio son una preocupación de todos en todos lados. Hubo
manifestaciones en todo el mundo ayer -dijo otro. Nuestros padres tuvieron Vietnam.
Nosotros tenemos la OMC. Todos aquellos preocupados por la justicia y la igualdad tienen
un punto de unión para el futuro. Tenemos apoyo de lugares tan distintos. Esto definirá
el rostro de la protesta durante años.Traducción: Celita Doyhambéhère
Di Tella ¿Con qué autoridad moral pueden exigir buena conducta de los demás
socios de la Organización Mundial de Comercio respecto de sus restantes obligaciones
quienes vienen torpedeando esta negociación, en forma deliberada, desde hace más de dos
años?. Con este reproche a la Unión Europea, Guido Di Tella cerró ayer su
exposición en la Tercera Conferencia Ministerial de la Organización Mundial de Comercio.
En la cumbre de Seattle, Argentina estuvo muy cerca de los Estados Unidos, pidiendo el fin
de las subvenciones a la producción agrícola. Voceros de la UE advirtieron que no
estaban dispuestos a debatir sobre la base de eliminar aquellas subvenciones y hasta
vaticinaron que la alianza de Cairns con EE.UU. tendría corta vida, ya que Washington
también subsidia a sus productores. |
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