Principal RADAR NO Turismo Libros Futuro CASH Sátira


EL ASCENSO DE CLAUDIO VILLARRUEL-MARCELO TINELLI MARCA EL FIN DE UNA ERA
Un cambio de timón para los nuevos tiempos

na34fo01.jpg (9444 bytes) na34fo07.jpg (11559 bytes)

Gustavo Yankelevich tuvo a Telefé l0 años en la cima del rating.Fue el factótum de la llegada de Tinelli al canal, en 1990.

Marcelo Tinelli encontró en Claudio Villarruel un gran productor y, casi, casi, dice, un alma gemela.El martes, en un gesto insólito, hizo prometer a su nuevo jefe (teórico) que seguirá produciendo su programa.


Por Carlos Polimeni

t.gif (862 bytes)  Marcelo Tinelli tenía más pasado profesional que presente, aquel día de fines de marzo de 1990 en que Gustavo Yankelevich lo convocó de urgencia, recién llegado a la gerencia artística del flamante Telefé. El presidente Carlos Menem acaba de privatizar los canales y el por entonces nuevo cuarentón marido de Cris Morena buscaba cerrar una primera programación de impacto, porque sabía que la lucha con el 13, en manos del grupo Clarín, sería sin cuartel. Tinelli no sabía, cuando le dijo que sí a la oferta laboral –le hubiese dicho que sí a cualquier trabajo en televisión– que no era la primera sino la segunda selección de Yankelevich, ex manager de un grupo de música en los ‘70. Es que a Gustavo Lutteral, que por entonces trabajaba para Juan Alberto Badía, no le había parecido que el proyecto de Yankelevich, hacer un programa de trasnoche en base a material deportivo importado comprado en lata, tuviese demasiado futuro. Durante tres meses “Videomatch” no mediría, casi. A partir del Mundial Italia ‘90, el futuro había llegado.El canal ya tenía contratado el staff del programa cuando fue por un conductor: periodistas, como el relator de boxeo Osvaldo Príncipi y el por entonces cronista de La Nación Gonzalo Bonadeo, a los que se sumaron “los expertos” en deportes menores Lanchita Bissio, Henry De Rider y Teto Medina. Lo principal del proyecto es que el canal no tenía nada que perder. El horario de medianoche estaba vacío, pero ya Raúl Portal y Badía habían mostrado durante los años del alfonsinismo que había una veta a explotar, o mejor, un público al que entretener, más allá de la histórica frontera de la medianoche. Yankelevich apostó a Tinelli y a un horario. Tinelli apostó a la televisión, sin nada que perder. Quedaba sellado un pacto que duró casi una década. Hasta esta semana, cuando el productor ejecutivo de los programas de Tinelli, Claudio Villarruel, se quedó, para sorpresa de medio mundo, con el puesto de Yankelevich. La decisión del nuevo dueño del canal, Telefónica Media, una división de la empresa española Telefónica Internacional, era ayer el comentario obligado en el ambiente de la comunicación. Algunos colaboradores íntimos del presidente electo, Fernando de la Rúa, supieron del ascenso de Villarruel 48 horas antes que el resto del mundo. Villarruel, hijo del periodista televisivo Sergio Villarruel, cobra su sueldo de Telefé, se preocupó en aclarar ayer la jefa de prensa del canal, Ana Tomaselli. Pero nadie ignora que, pese a que pudo haber sido un Arlequino, está mucho más cerca de Tinelli que de Yankelevich.¿Por qué los nuevos dueños de Telefé apostaron al tándem TinelliVillarruel, si está probada la capacidad de Yankelevich para programar con éxito? Las respuestas son varias. En principio, el cambio tiene un carácter simbólico: se nota que hay nuevos dueños, que no piensan como los anteriores, dos conglomerados (Atlántida y el CEI) públicamente relacionados con el presidente Menem. Esos nuevos dueños, por otra parte, creen que Telefé debe ser una empresa comercialmente exitosa y no lo ha venido siendo por largo tiempo. Tinelli-Villarruel deben haber asegurado a los nuevos dueños que están en condiciones de bajar los costos sin que la calidad de la pantalla decaiga. La tesis de Yankelevich era que Telefé debía ser un canal familiar, con un puñado de figuras emblemáticas (Tinelli, Susana Giménez, Natalia Oreiro, Nico Repetto), sin programas políticos y con una pantalla caliente, que no se podía dar el lujo de incluir programas con menos de 10 puntos de rating. Los ojos de Vigil (compañero de golf del presidente Menem) y del hoy prófugo banquero Raúl Moneta vigilaban que los noticieros fuesen lo más amistosos posibles con el Gobierno. Jorge Jacobson como máxima figura noticiosa del canal, con su discurso prediluviano y archimenemista, fue emblemática de la decisión en este rubro. Es obvio que los nuevos dueños deben querer cualquier cosa menos empezar una era con un servicio noticioso opositor al presidente que asume dentro de 9 días. ¿Será ahora un canal independiente Telefé? Al respecto, los contactos de Tinelli-Villarruel con el presidente electo Fernando de la Rúa y Darío Lopérfido, que asumirá el 10 como secretario de Cultura y Medios, han sido fluidos en los últimos meses. De la Rúa incluso apareció en el piso de “El show de Videomatch” en plena campaña electoral nacional, con la excusa de agradecer el apoyo de Tinelli al maratón porteño que organizó el Gobierno de la ciudad. Tinelli corrió ese maratón. Lopérfido y Villarruel han hecho buenas migas, y de hecho estaban juntos el sábado por la noche, en el recital del grupo inglés Blur en el Luna Park. Por entonces, el presidente de Telefónica Media, José Antonio Ríos, ya había tomado la decisión de desplazar a Yankelevich y reemplazarlo por el productor del hombre que este año, pese a los cambios de horarios, ha demostrado ser el verdadero peso pesado del rating en la televisión argentina.¿Está enojado Yankelevich con Tinelli? La relación fue fraternal, y a la vez interesada, durante ocho años. Ambos tenían cosas que agradecerse y respetarse. Pero durante este año Yankelevich debió recurrir a “razones de Estado” para convencer a Tinelli de que arrancase “El show de Videomatch” a las 20 todos los días –el año pasado iba lunes y jueves de 22 a 24– y después para lograr que le dejase ese horario a Susana Giménez y tomase el de las 21. Tinelli quiso rebelarse en privado y en público se mostró como un coronel obediente a la orden de un general. Pero se prometió ironizar al aire sobre la decisión y tomó como un desafío personal ganarle en el rating a Susana. Lo logró, con creces, y demostró que en el horario que sea es el campeón de las mediciones y el preferido de los avisadores. Y que además tiene una vida personal controlada, sin problemas judiciales serios. Por otra parte, a través de su productora, Ideas del Sur, Tinelli puso este año en el aire, con diferente suerte, cuatro programas en Azul, canal que pertenecía a los dueños de Telefé y también fue comprado ahora por Telefónica Media. Es decir, estuvo fogueándose, a ojos de Yankelevich, en la tarea de pensar productos televisivos sin su cara delante. Pero no en vano paró en seco, en el primer semestre, su idea de lanzar un canal de cable propio: de algún modo sabía o intuía que tenía un futuro mejor en Telefé que ser apenas el número uno del staff de contratados. Durante abril tuvo que desmentir varias veces que fuese el encubierto gerente artístico de Azul. En realidad, se preparaba para ver a su máximo hombre de confianza como gerente artístico de Telefé. Yankelevich no está enojado, en apariencia: plantea su salida como un ascenso y como un descanso, al mismo tiempo. En su lógica, él éxito de Tinelli es el suyo propio. “En un primer momento, no confiaba mucho en él”, contó hace tres años. “Lo consideraba un tipo de saco y corbata, duro. Tenía miedo de que fuese demasiado rígido. Pero me equivoqué. Fue tan zarpado que al otro día lo felicité y le pedí que se bajara de la moto (...). Empezó conmigo, casi sin querer, y tengo la sensación de que siempre estaremos juntos.” En esto último se equivocó.En lo que no se equivocó Yankelevich es en lo que “vendió” a sus empleadores al asumir su cargo: que era capaz de poner a Telefé al frente de las mediciones, que hasta entonces favorecían al Canal 9 de Romay. Telefé picó en punta con las privatizaciones y no dejó nunca la primera posición, con un respaldo –aunque a Yankelevich nunca terminó de convencerlo– absoluto del pool de medios de Atlántida, y de la radio del holding ahora vendido, Continental, otro espacio hipermenemista que ha quedado en offside. En los canales de aire, el desde ayer ex gerente de programación de Telefé tendría el trabajo que quisiera, si quisiese. De hecho, ayer tuvo que salir a desmentir, a las apuradas, que fuese a recalar en las huestes de América, que no logra acercarse al 13, segundo en la tabla de rating. “Seguirá asesorando el canal, al que le deja la programación del verano y el arranque de la temporada que viene”, dijo a Página/12 uno de sus más íntimos allegados. ¿Se atreverá Villarruel a cambiar algo de lo que está decidido o se dedicará,primero, a desmenemizar la imagen general, para después atacar el tema de la rentabilidad?

 

PRINCIPAL