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En lo primero que pensaron muchos fue en el atentado de la AMIA. Pasaron varios minutos hasta que el vecindario de Boulogne Sur Mer y Corrientes llegó a la cuenta de lo que había pasado. A las 18.20, la explosión provocada por un escape de gas destruyó el local de un Lave-Rap ubicado sobre Boulogne Sur Mer 493. El estallido desató un incendio luego sofocado por los bomberos. Entre los restos de mampostería y un pastiche de cemento, restos de prendas y jabón en polvo, fueron rescatadas con vida cuatro personas. Dos de ellas, el propietario y la encargada del local, con graves heridas y quemaduras.El local, perteneciente a la cadena Lave-Rap, era además un lavadero industrial abierto hace diez años, y estaba ubicado en la planta baja de un viejo edificio de dos pisos. Tres años atrás cambió de dueños.La explosión tuvo lugar a metros de la esquina de la avenida Corrientes, a la hora en que tiene más autos que asfalto. El local quedó completamente destruido. Sus rejas de protección externa fueron arrancadas de cuajo; las máquinas de lavar aparecían torcidas como hojalata debajo de bloques de mampostería y entre paquetes de ropa blanca. La policía de la seccional 7ª llegó inmediatamente y a los pocos minutos, dos dotaciones de la Superintendencia de Bomberos que se dedicaron a apagar el incendio.Fuentes policiales informaron que durante toda la mañana se acumuló gas por una pérdida, y que una chispa provocó el estallido. La onda expansiva surgió desde la caldera, ubicada al fondo, a unos 15 metros de la entrada. Por delante de la caldera se encontraba la oficina del dueño del local, Claudio Visentalt. La explosión lo despidió junto a Marta, encargada del local, hacia el frente. También se encontraban dos empleadas, Marcela y Jessica Aponte, embarazada y de nacionalidad peruana.Marcela fue la primera en salir, presa de un profundo estado de shock y con quemaduras en la espalda. Fue atendida pacientemente por los mozos del bar Avenida, ubicado junto al local y en la esquina de Corrientes. La segunda en salir fue Aponte. Nadie sabe cómo salió de allí por sus propios medios. A Claudio y Marcela una pared les cayó encima. Tuvieron que rescatarlos los bomberos. Yo estaba en mi casa, en el noveno, y se me movieron todos los muebles dijo a Página/12 Eduardo, encargado del edificio de Boulogne Sur Mer 472. El muchacho tenía la cara destrozada. Me asomé y vi humo. Creí que era algo parecido a lo de la AMIA. Visentalt fue enviado de urgencia al Instituto del Quemado. A Marta, la explosión le provocó serias heridas. Fue inmediatamente derivada al hospital Ramos Mejía y se encuentra en estado crítico. Tembló todo, pensé que había habido un atentado, dijo una vecina del local. Otra creyó que se había caído un balcón. Pobre Marcela se quejó amargamente una anciana. Recién se había reincorporado a su trabajo porque la habían operado de la vesícula. Y le viene a pasar esto. Según algunos vecinos, por la mañana ya se percibía el olor a gas, pero el dueño creyó que era una pérdida chica y no le dio importancia.A las 9.05, la policía reabrió la circulación de Boulogne Sur Mer. A esa hora, un equipo de Cliba barría los vidrios desparramados en la vereda.
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