Por Raúl Kollmann La SIDE y la
Policía Federal investigan a las empresas que transportan energía con la sospecha de que
los sabotajes fueron hechos para justificar graves problemas de suministro de esas
compañías o sus subcontratistas. Pero, al mismo tiempo, no se abandona la hipótesis de
que los sabotajes hayan sido obra de dirigentes sindicales de Luz y Fuerza, supuestamente
para poner presión sobre las empresas para que negocien mejoras en algunas condiciones de
trabajo o desistan de algunos planes de recorte. Tras los atentados, los investigadores se
encontraron con un cuadro de acusaciones cruzadas: las empresas dicen que los culpables
son los gremialistas y éstos apuntan a las empresas. Los atentados contra torres
transportadoras de energía son un clásico y se producen en numerosos países. Donde hay
actividad terrorista es tradicional que vuelen o derriben las torres, como es el caso de
Colombia o Perú. Pero, además, se atenta contra el tendido eléctrico en el marco de
muchos otros conflictos, porque tiene inmediata repercusión. El corte de energía afecta
a la población y produce impacto (en la Argentina hubo un atentado en 1992, tres en 1993
y uno en 1994). En primer lugar, porque es fácil, ya que es imposible controlar decenas
de miles de kilómetros de tendido. Además, no hay riesgo: no se cortan los cables de
alta tensión sino las riendas, es decir los tirantes que sostienen a las torres. Estas ni
siquiera se caen de inmediato. El que hace el corte tiene tiempo de irse porque, en
verdad, la torre suele derrumbarse varias horas más tarde, por acción del viento. Los
métodos del corte son básicamente tres: con alicate de fuerza, con sierra eléctrica o
con una tela impregnada en ácido. En los casos de estos días se está utilizando la
sierra eléctrica.Los investigadores analizan los sabotajes producidos en tres torres
ubicadas en la provincia de Buenos Aires la 75 de la línea Olavarría-Abasto, la
218 de la línea 1 bonaerense y la 218 de la línea 2 y en una la 677 de
la línea Córdoba-Catamarca. El análisis inicial indica que los derribos fueron hechas
en forma muy prolija, con las sierras y en ubicaciones estratégicas. Un informe
preliminar de inteligencia señala que los planificadores y ejecutores de los cortes
conocen de líneas de alta tensión, su distribución en red y dónde cortar.En la
SIDE sostuvieron ayer que da la impresión de ser una cuestión más profunda, que
va más allá de lo gremial. Se están investigando los contratos, los permisionarios,
prestatarios y empresas contratadas.En la secretaría de los espías no apuntan
únicamente a Transener, la transportadora de energía que está a cargo de las seis
torres derribadas. Hay subcontratistas y otras empresas que estamos
estudiando, confirmaron ayer tanto la SIDE como la Federal. La hipótesis que
manejan es que debido a la ola de calor que se vivió en los últimos días, y la que se
prenuncia para enero, el abastecimiento de energía tendría serias dificultades, por lo
que podría producirse una crisis similar a la que Edesur afrontó el año pasado.
Instalar la cuestión de los sabotajes desde ahora permitiría desviar las
responsabilidades.Pero ni en la SIDE ni en la Federal están seguros de la veracidad de
esa hipótesis, por lo que no abandonan la investigación sobre el Sindicato de Luz y
Fuerza. Se estudia la posibilidad de que los gremialistas realicen los actos de sabotaje
como una advertencia contra las empresas, a las que intiman de esa manera para que
negocien mejores condiciones de trabajo, salarios, distintos beneficios o la suspensión
de planes de reducción de personal. Las compañías transportadoras de energía son las
que tienen menos trabajadores y las más tecnológicas, por lo que han reducido la
cantidad de gente empleada. Por ejemplo, los avistadores de avería ya no son
hombres de a caballo ni se mueven en coches sino que todo se hace con helicóptero, con la
correspondiente reducción de personal. Otro dato quetienen en cuenta los investigadores
es que hay fuerte presencia gremial en las empresas subcontratistas. Lo cierto es que, a
48 horas del derribo de las primeras torres, la pesquisa está en penumbras. En esencia,
los investigadores se basan en las acusaciones que en privado se cruzan los trabajadores y
las empresas, pero por ahora no hay ni siquiera un sospechoso.
POR QUE ES TAN VULNERABLE LA RED DE TRANSPORTE
DE ELECTRICIDAD
Un sistema con muchos puntos débiles
Por Eduardo Videla
Los
cuatro atentados a la red de alta tensión ocurridos en 24 horas pusieron al descubierto
que el sistema nacional de transporte de electricidad es triplemente vulnerable: 1) la
extensión de la red 16.000 torres en 7500 kilómetros hace imposible su
custodia; 2) su diseño radial, desde Buenos Aires hacia cada una de las regiones del
interior, hace que el corte en uno de los brazos deje sin luz a toda una región; 3) a
diferencia de la generación de electricidad y de la distribución, el transporte resultó
ser el hijo bobo de la privatización: no se exigieron inversiones y ahora el
sistema está al borde del colapso. Según los análisis coincidentes de fuentes gremiales
y empresarias, el sector eléctrico tuvo durante la gestión menemista un crecimiento
desproporcional: por un lado, la generación creció de la mano de la libre competencia,
al punto que casi duplica la demanda y permite exportar energía; por otro, la
distribución a cargo de Edesur y Edenor en el área metropolitana también
creció, de la mano de una mayor demanda. En el medio quedó el sistema de transporte, que
se mantuvo igual desde 1992, cuando fue privatizado.La concesión del servicio se
hizo por 10 años, para la operación y el mantenimiento de la red, pero no preveía la
expansión del sistema, explicó a Página/12 el gerente de Relaciones
Institucionales de Transener, Oscar Dores. Transener es un consorcio integrado por el
grupo local Perez Companc y la inglesa National Grid, que tiene el monopolio del sistema
que transporta 500 kilovoltios de electricidad.La energía viene desde las centrales
hidroeléctricas del Comahue, Yacyretá y Salto Grande hacia Buenos Aires, y desde allí
es distribuida en forma radial como la antigua red ferroviaria hacia Cuyo, el
Noroeste y el Noreste. Desde Mendoza, Tucumán y Chaco, son las redes regionales las que
se encargan de llevar la energía a los pueblos de cada zona. Por eso, el atentado
ocurrido el miércoles a la noche en una torre de Córdoba dejó sin luz a seis
provincias, Tucumán, Santiago del Estero, Salta, Jujuy, La Rioja y Catamarca, sin
posibilidad de abastecer la zona por otra vía que no sea la afectada. Ayer, el gerente
general de Transener, Silvio Resnich, se quejó por lo que considera una asignatura
pendiente del sistema eléctrico nacional. Alguien tiene que poner los 600 millones
que cuesta hacer una red en anillo, que conecte las regiones entre sí,
reclamó.Transener construyó una nueva línea que se agrega a las tres
actuales para transportar energía desde el Comahue hacia Buenos Aires. Su
inauguración está prevista para el 20 de diciembre, pero se habilitó parcialmente esta
semana, ante la emergencia generada por los atentados. Otra vez fuentes empresarias y
gremiales coinciden en que la construcción de esta cuarta línea era imprescindible para
evitar el colapso del sistema. Llega con cinco años de demora, dijo Gustavo
Callejas, ex subsecretario de Combustibles. El sistema de transmisión está al
límite de su capacidad y puede colapsar ante un incremento de la demanda, advirtió
Gabriel Martínez, de la Federación de Trabajadores de la Energía, opositores a la
conducción de Luz y Fuerza. Según fuentes empresarias, el vacío legal de la
privatización derivó en un tira y afloje entre empresas: las generadoras y las
distribuidoras se pateaban la pelota entre sí y ambas, a los usuarios. Finalmente, la
obra se licitó y Transener se la adjudicó, con una inversión de 260 millones de pesos.
Existen conflictos El titular del Sindicato de Luz y Fuerza, Oscar Lescano, rechazó cualquier
participación de gente vinculada con su gremio en los atentados contra las torres de alta
tensión, aunque admitió a Página/12 que existen conflictos en el sector y no se
puede descartar que gente que ha quedado afuera, sin trabajo, sin duda está mal, y no es
de extrañar que un loco haga una cosa como ésta. Por su parte, las empresas
vinculadas con el sector eléctrico rechazaron la hipótesis de que estos hechos pudieran
tener origen en intereses empresarios.Con Transener no tenemos conflictos gremiales.
Es cierto que hay oposición a la privatización de la Empresa de Energía de Santa Fe, y
por amenazas de despidos en todo el país, pero el gremio tiene una herramienta de lucha
que es la huelga y nunca hechos de este tipo, dijo anoche Lescano a este diario. Por
su parte, Oscar Dores, de Transener, dijo que la empresa no mantiene conflictos
gremiales ni con proveedores, ni contratistas, ni competidores, porque no tenemos.
Además, voceros de las distribuidoras consideraron descabellada la hipótesis
de un autoatentado.Lescano, sin embargo, opinó: Hilando muy fino, no sería nada
raro. Las empresas privatizadas no tienen límites y ahora están presionando al futuro
gobierno, que quiere negociar una baja en las tarifas. |
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