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Por Mariana Carbajal No nos defraude: el pedido aparece en una carta que más de doscientas mujeres legisladoras, académicas, funcionarias y representantes de medio centenar de ONGs le mandaron al presidente electo Fernando de la Rúa. El motivo fue la posibilidad de que el área de la mujer pierda jerarquía en el organigrama del próximo gobierno. Página/12 pudo saber que, efectivamente, el Consejo Nacional de la Mujer (CNM) que actualmente tiene rango de secretaría de Estado y depende de la Jefatura de Gabinete, quedará acotado al Ministerio de Acción Social. También desaparecería la Subsecretaría de la Mujer de la Cancillería. La novedad dejó perplejas a las mujeres del radicalismo y el Frepaso, que habían propuesto desde el Instituto Programático de la Alianza (IPA) transformar el área en un Ministerio de Igualdad de Oportunidades, como en Francia e Italia. Y generó alarma en el movimiento de mujeres. Significará un retroceso institucional de más de diez años, cuestionó la directora del posgrado de Estudios de la Mujer de la UBA, Gloria Bonder. El rango del área será definido la semana próxima. Se prevé que tenga categoría de subsecretaría para abajo. Pero está más cerca de ser una dirección o un programa, confió una fuente cercana a quienes trabajan en el diagrama de la estructura del próximo gobierno.La carta dirigida a De la Rúa lleva la firma de Cecilia Lipszyc, coordinadora de la Comisión de Políticas Públicas del IPA, la diputada Marcela Bordenave (Frepaso), la legisladora porteña Gabriela González Gass (UCR), las especialistas en género Irene Meler y Mabel Burín, Laura Bonaparte de Madres de Plaza de Mayo-Línea Fundadora, la ex titular del Consejo Nacional de la Mujer Virginia Franganillo, y Monique Alschul, de Mujeres en Igualdad, entre otras. Implica un retroceso. Las mujeres bregamos desde 1983 para elevar el área de la mujer y convertirla en una coordinación interministerial. Estamos desilusionadas, criticó Lipszyc al ser consultada por Página/12. Al perder una jerarquía que le permita influir sobre otros ministerios, el área perdería, en cierto modo, su razón de ser: integrar perspectivas de género en todas las políticas de Estado.Colocarla en el área de Acción Social significa convertirla en un ghetto. Debería mantener su jerarquía institucional para ser una organización coordinadora que ejecute y vigile las políticas necesarias para lograr la paridad, con capacidad de relación directa y articulación ágil con todos los ministerios del Ejecutivo Nacional, poderes Legislativo y Judicial y gobiernos provinciales. Así será imposible que tenga una acción transversal, objetó Bonder, quien se definió como independiente. Más allá de que no comparta la política que llevó adelante el CNM, no se puede retroceder institucionalmente, señaló la titular del Posgrado de Estudios de la Mujer, de la Facultad de Psicología de la UBA.Sería un retroceso enorme, coincidió Altschul, también integrante de la Comisión de Políticas Públicas del IPA. El miércoles, cuando la eliminación del CNM era todavía un rumor, Lipszyc, Altschul y más de media docena de mujeres de la Alianza concurrieron al Hotel Panamericano para entregarle en mano la carta al presidente electo y solicitarle una entrevista, pero no tuvieron éxito. No tenemos interlocutor, se quejó Lipszyc. En la delegación estaba la abogada Carmen Storani, militante feminista, hermana del designado ministro del Interior y una de las candidatas a ocupar la titularidad de la futura área de la mujer. No dudo de que Graciela Fernández Meijide garantice políticas para las mujeres más pobres desde el Ministerio de Acción Social. Pero no creo que vaya a tener capacidad para operar con una perspectiva de género en políticas de empleo, desarrollo económico, salud y educación, señaló Franganillo, directora de Estudios del Instituto Nacional de laAdministración Pública y primera titular del CNM. Franganillo renunció en 1995 y fue reemplazada por la actual presidenta, Ester Schiavoni.En su carta a De la Rúa, el movimiento de mujeres le recordó al mandatario electo que la Argentina se comprometió a llevar adelante la Plataforma de Acción de Beijing, acordada en la última Cumbre Mundial de la Mujer, en 1995, que plantea la necesidad de crear y fortalecer los mecanismos nacionales para el adelanto de la mujer en las instancias más altas de gobierno, con mandatos y atribuciones claramente definidos, y con disponibilidad de recursos suficientes. En ese sentido señalaron- consideramos de sumo interés que se fortalezcan o jerarquicen las estructuras institucionales ya existentes.El área de la mujer nació con el gobierno de Alfonsín como una dirección. En 1987 pasó a ser una subsecretaría, dependiente del Ministerio de Acción Social. Durante la gestión de Menem el sector fue jeraquizado institucionalmente, aunque vaciado de contenido en los últimos cuatro años. En 1991 se creó el Consejo Coordinador de Políticas Públicas para la Mujer y en 1992, el Consejo Nacional de la Mujer, con dependencia directa de la Presidencia primero, luego de la Secretaría General de la Presidencia, y recientemente de la Jefatura de Gabinete. Por otra parte, ante la importancia que la temática de género adquirió en los foros internacionales, en 1998 nació la Subsecretaría de la Mujer, dentro de Cancillería, que sería eliminada en el nuevo organigrama. Todas las recomendaciones de organismos internacionales plantean la necesidad de transversalidad en las políticas de género, precisó Lipszyc. Y recordó que en Francia el área ocupa el Ministerio de la Igualdad, en Italia de la Paridad y la Oportunidad, en España, el Instituto de la Mujer, en Estados Unidos está dentro del Departamento de Estado y en Chile es el Servicio Nacional de la Mujer, con dependencia directa de Presidencia.
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