|
Por Adriana Meyer El ex general de división Carlos Guillermo "Pajarito" Suárez Mason fue indagado ayer durante cinco horas por el juez federal Adolfo Bagnasco y quedó detenido en Campo de Mayo. Está imputado en la causa sobre la apropiación de los hijos de los desaparecidos durante la dictadura por su responsabilidad como comandante del Primer Cuerpo del Ejército a cargo de la Zona I, y podría ser procesado. El represor negó haber tenido conocimiento de los doce casos de embarazadas que estuvieron detenidas en los centros clandestinos que funcionaron en la comisaría V de La Plata, el Pozo de Banfield, La Cacha y Automotores Orletti. Esas mujeres y sus hijos permanecen desaparecidos. En su declaración, Suárez Mason aseguró que el general Albano Harguindeguy le comentó que tenía "listas de personas detenidas por cuestiones relacionadas con la lucha contra la subversión". Por ese motivo, Bagnasco ordenó el allanamiento del departamento de ese militar, ubicado en Barrio Norte sobre la avenida Santa Fe. Pero el resultado fue negativo: la policía no encontró la lista de desaparecidos que alguna vez pudo haber conservado el ex ministro del Interior de facto. Pajarito ya había apuntado hacia él en febrero, cuando declaró ante la jueza Servini de Cubría en una causa por la apropiación del hijo de los desaparecidos Cecilia Viñas y Hugo Penino. Harguindeguy está imputado en la causa, pero si bien el juez comenzó el análisis del capítulo referido a los hechos ocurridos en la jurisdicción del Ejército, aún no decidió la fecha en que lo citará a indagatoria. Con respecto a la destrucción de documentación referida a la represión ilegal que ordenaron los últimos jefes militares, Suárez Mason dijo ayer que "no es un procedimiento habitual, salvo en casos de documentos muy antiguos". En la vereda del edificio de Comodoro Py manifestaban ayer unos pocos militantes de una agrupación de izquierda, mientras que en el cuarto piso se juntaban los custodios y policías que cuidan a cada represor que acude a los tribunales de Retiro. Suárez Mason llegó al juzgado a las 9.45, vestido con un traje gris claro. Estaba molesto por el encuentro que tuvo con una periodista en la puerta de su casa. "No me arrepiento de nada", le respondió antes de subirse al taxi. Junto a sus abogados Jorge Olivera y Jorge Appiani analizó durante dos horas todas las pruebas que hay en su contra en el expediente y cerca del mediodía empezó a responder las preguntas de Bagnasco, que estuvo asistido por la secretaria Olga Chaves y el prosecretario Gustavo Russo. Su actitud era serena y muy lúcida. "Medía cada respuesta", describió un testigo del interrogatorio. El ex general dijo no tener conocimiento de ninguno de los doce casos que se le imputan. Entre ellos se encuentra el de la madre uruguaya Sara Méndez, el del nieto o nieta del poeta Juan Gelman, el del nieto de Estela Carlotto, la presidenta de las Abuelas de Plaza de Mayo. "Quiero aclarar que en ningún momento se me informó acerca de ese nacimiento", señaló respecto de Guido Carlotto. Aseguró que no tuvo conocimiento de la existencia de nacimientos de hijos de mujeres detenidas bajo su mando. "Para que nazca un chico se debe contar con la instalación adecuada y de haber ocurrido un caso así el comandante de subzona debió habérmelo informado", explicó. Suárez Mason intentó deslindar responsabilidades en sus subordinados, los jefes de subzonas y de áreas. "A fin de que pudieran manejarse independientemente se les otorgó la responsabilidad primaria, directa e indelegable de la totalidad de las operaciones militares y de seguridad", aseguró sin temor a contradecir la lógica de la rígida obediencia militar plasmada en la cadena de mandos. En ese momento aportó copias de partes secretos para reforzar su argumento (ver recuadro). También trató de esquivar los cargos referidos a los centros de detención que dependían de la policía: la comisaría V de La Plata y el Pozo de Banfield. "Las policías no estuvieron subordinadas al Primer Cuerpo de Ejército", indicó. Y sobre Orletti afirmó que estaba bajo jurisdicción del área de Inteligencia del Ejército. Cuando Bagnasco le preguntó si sabía de la existencia de centros de detención, el represor contestó que sí pero "no como centros de detención sino como lugares de interrogatorio" pero "nunca visitó ninguno". Según su relato, los detenidos permanecían allí sólo "algunos días" y luego eran puestos a disposición del Poder Ejecutivo o salían en libertad. Reconoció que estuvieron bajo su mando cinco mil detenidos. Sus abogados intentaron evitar la indagatoria y presentaron una medida por "falta de acción". Argumentaron que cuando Suárez Mason fue extraditado en 1988 desde Estados Unidos debió haber sido advertido de las imputaciones que se le formulan ahora. Según ellos, el tratado que permitió su llegada al país no autorizaba que fuera juzgado por hechos anteriores o distintos a los que motivaron la extradición. También sostuvieron que el ex militar fue indultado por estos delitos. El fiscal Eduardo Freiler, que participó del interrogatorio, rechazó el planteo y el juzgado lo desestimó "in limine" porque mal podrían haberle advertido sobre una causa que se inició en 1996. Además, los delitos contra menores estuvieron excluidos de los decretos de indulto. Ante la inevitabilidad de la detención, los letrados pidieron el arresto domiciliario del represor, en virtud de sus 75 años y de sus problemas cardíacos. Pero el juez aún no resolvió al respecto. Por ahora, el hombre que ordenó el secuestro del periodista Jacobo Timerman tendrá que compartir la celda con el verborrágico torturador Jorge "Tigre" Acosta, que también está preso como autor mediato de la práctica sistemática de sustracción de los hijos de los desaparecidos. Su antigua víctima Horacio Martínez Baca lo había definido "una anguila en un balde de moco" al momento de dar explicaciones. De hecho, ayer sólo confesó que su sobrenombre no es "Pajarito" sino "Cacho".
RADIOGRAFÍA DE UN EX GENERAL QUE NO SE
ARREPIENTE
Nombre: Carlos Guillermo Suárez Mason. Alias: "Pajarito". Solía viajar disimulando su identidad bajo el nombre de Guillermo Suárez. Ocupación: ex oficial del Ejército, habiendo alcanzado el grado de general de división. Estado civil: casado con Angélica Alais. Destinos: Comandancia del Cuerpo I de Ejército (entre 1976 y 1979). Tuvo a su cargo a los generales de brigada Jorge Olivera Rovere, José Montes, Andrés Ferrero y José Villarreal, Adolfo Sigwald, Juan Bautista Sasiaíñ Edmundo René Ojeda y Alfredo Oscar Saint Jean. Otras ocupaciones: presidió la empresa estatal YPF, record en materia de directivos víctimas de muertes en accidente y secuestros extorsivos seguidos de muerte. Amistades: probada relación con el empresario William Reynal (Austral y Sol Jet) y el ex embajador en Francia Gerardo Schamis, quien lo recomendó para una cátedra en la Universidad de Florida. En ese estado trabó relación con la "contra" nicaragüense y el exilio cubano. Señas particulares: rostro afilado, nariz prominente, mentón retraído, características que quizás expliquen su misterioso alias ornitológico. Enfermedades: según los médicos del Hospital Militar Central, acusó isquemia silente y hernia de hiato. Sociedades comerciales: Se le presumen importantes negocios. El 3 de abril, un día después del desembarco en Malvinas, creó SMC exportadora e importadora "de café y frutos del país" y cuyas iniciales responden a los apellidos de dos de sus accionistas (Suárez Mason y Ramón Camps). De SMC participaban el escribano Wenceslao Bunge y el abogado Víctor Alderete. Aficiones: a sectas y logias. Su nombre figura en las listas secuestradas a Licio Gelli como integrante de la Logia Propaganda 2. Alternaba su actividad en la P-2 con la militancia en la secta del reverendo Moon, célebre por oficiar casamientos multitudinarios, su feroz anticomunismo y su extraordinaria fortuna atribuida a diversos tráficos. Viajes: Al comenzar los procesos contra militares genocidas y con la consigna de "no quiero ser el pato de la boda", el "Pajarito" emigró y fue avistado a su paso por Bolivia, Paraguay, Miami, Madrid. Méritos: En 1987, la Cámara Federal de la Capital presidida por el juez José Andrés D'Alessio dictó su prisión preventiva por hallarlo penalmente responsable de 43 asesinatos y 24 secuestros. También ordenó trabar embargo sobre sus bienes por dos millones de australes. La resolución del tribunal encontró a Suárez Mason en el séptimo piso de la County Jail de San Francisco, Estados Unidos. La carátula tipificó: "Autor responsable de homicidios agravados por alevosía reiterados, privación ilegal de la libertad agravada por amenazas y violencias reiteradas: tormentos reiterados: tormentos seguidos de muerte; robos reiterados; sustracciones de menores; reducción a servidumbre; usurpación; secuestros extorsivos, supresión de documento público, etcétera, etcétera". En 1988 fue extraditado. "Debe saber dónde están los chicos apropiados"
|