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María Julia Alsogaray es una mujer con buena estrella. A pesar de estar acosada por varias causas judiciales y convertida en uno de los símbolos de la corrupción menemista, ayer recibió una buena noticia: el juez Guillermo Tiscornia, quien la investiga por evasión impositiva, indicó que no existe mérito suficiente para procesarla. Sin embargo, el juez anunció que continuará investigando a la secretaria de Recursos Naturales y Desarrollo Sustentable. De todas formas, y más allá de la buena nueva para la funcionaria hipermenemista, fuentes judiciales indicaron que Tiscornia ordenó realizar una pericia contable sobre las declaraciones del impuesto a las Ganancias y a los Bienes Personales de la funcionaria, que a su vez acarrea otra causa por supuesto enriquecimiento ilícito en el juzgado federal número 9 a cargo de Juan José Galeano. El 19 de noviembre pasado, la siempre sonriente funcionaria declaró ante el juez luego de evitar ese molesto procedimiento desde 1993. Fue una hora y media de responder preguntas sobre las razones por las que no pagó los impuestos correspondientes al año 1992 de un par de inmuebles que son de su propiedad. La Alsogaray aseguró al magistrado --sin siquiera ruborizarse-- que abonó los gravámenes, o mejor dicho, indicó que el dinero correspondiente se lo había entregado a quien fuera por ese tiempo su contador, Mario Furlone. "Cualquier anomalía es imputable a mi ex contador. Fui una víctima de sus inescrupulosos manejos y una desdichada contribuyente", dijo la imputada al juez. Hoy Furlone enfrenta un proceso por el delito de defraudación contra la Administración Pública y un embargo en 500 mil pesos, a pesar de haber negado toda responsabilidad en la evasión. Durante aquella declaración, la hija del capitán ingeniero no sólo responsabilizó a su contador sino también la emprendió contra el ex ministro de Economía, Domingo Cavallo. Dijo que su decisión de incluir los gastos reservados, que le corresponden por su rango de funcionaria, como ingresos en su declaración jurada que presentó a la entonces Dirección General Impositiva (DGI), se debió a una expresa recomendación de Cavallo. Según Alsogaray, el entonces ministro les dijo a todos los miembros del gabinete presidencial que debían incorporar aquellos gastos de protocolo en las declaraciones juradas bajo el rubro "fondos ley secreta". Una muestra más que evidente de los alcances que tiene la obediencia debida en el gobierno menemista. Justamente el proceso que enfrenta la hipermenemista se inició por denuncia de la DGI, por la presunta adulteración de sellos bancarios, supuestamente falsos, en sus declaraciones de Bienes Personales, Ganancias e Impuesto al Valor Agregado (IVA) de los años 1991 y 1992. De todas formas, la controvertida funcionaria pagó las sumas que le reclamaba el fisco, las que, según resaltó en esa oportunidad, habían sido remitidas a Furlone. El juez no encontró elementos para procesarla. Ahora bien, esta buena noticia para la Alsogaray es sólo eso: una buena noticia, sobre todo si se tiene en cuenta las numerosas causas que enfrenta. La mujer que supo mostrar sus hombros desnudos y su cuerpo cubierto por un tapado de piel en un paisaje nevado, sigue preocupada. Sabe que junto con el presidente del PAMI, Víctor Alderete, están en la mira de la Alianza en su cruzada anticorrupción. Esta puede ser la causa de que la funcionaria no haya mostrado su mejor sonrisa cuando se enteró de la determinación del juez. Seguramente María Julia ahora tendrá a sus abogados, Roberto Eliosoff y Oscar Rabinovich, trabajando a full con la causa que realmente molesta a la señora menemista: el enriquecimiento ilícito. Galeano es el juez que la tiene en la mira, y en su juzgado la funcionaria tendrá que justificar su patrimonio que incluye los cinco departamentos que posee en el Central Park de Nueva York, valuados en cuatro millones de dólares, y que en noviembre de 1998 reveló este diario. Pero éstas no son las únicas causas que tienen a la Alsogaray como protagonista. Otra es la investigación que el juez Jorge Urso realiza por el pago a la empresa PecomNec, estando ella al frente de Entel, de una deuda de 10 millones que no existía. Por ahora la declaración de María Julia está demorada. Sin duda, otra muestra de su buena estrella.
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