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Por Santiago Rodríguez Dicen que no hay dos sin tres. Pero para Raúl Alfonsín parece ser que no hay tres sin cuatro: ayer asumió, por cuarta vez desde el retorno a la democracia, la conducción de la Unión Cívica Radical. "Es preciso que de entrada, nomás, digamos algo para que todos entiendan con absoluta claridad; nuestra principal tarea ha de ser ayudar al gobierno de la Alianza", se preocupó en señalar el ex mandatario para aventar las sospechas sobre su intención de opacar desde ese cargo la figura de Fernando de la Rúa. El presidente electo también se esforzó en dar una imagen de armonía entre ambos y afirmó que "andaremos juntos gobierno y partido, partido y gobierno". La jefatura de la UCR es el lugar que Alfonsín imaginó para sí hace ya más de un año y a De la Rúa no le quedó otra alternativa que aceptar que retomara las riendas del partido. Así las cosas, en el plenario de delegados al Comité Nacional del radicalismo no hubo sorpresas y el propio De la Rúa se encargó de nominarlo. "Hay un hombre que todos respetan, que acredita una larga lucha al servicio de la UCR y la democracia, que dio todas las batallas, que es saludado con respeto por amigos y adversarios. Hay un hombre que asumió el gobierno en circunstancias difíciles y reconstruyó la democracia. Hay un hombre que queremos entre nosotros, que es un ejemplo de firmeza, coraje y continuidad de lucha. Hay un hombre a quien quiero proponer para la presidencia del partido", arrancó De la Rúa y cuando el suspenso bordeaba el absurdo remató con el nombre que todos ya sabían: "...y es el doctor Raúl Alfonsín". Lo que nadie sabe a ciencia cierta, en cambio, es cómo será la relación entre ambos. Ayer todo fueron rosas, pero a nadie escapa que un sector del radicalismo apuesta a que Alfonsín asegure cierta influencia del partido en las acciones de gobierno y enfrente a un De la Rúa que acostumbra a ignorar a sus correligionarios antes de adoptar decisiones fundamentales. El ascendiente del ex presidente sobre los radicales es insoslayable. A los delegados al plenario no los amilanó el calor infernal de un abarrotado salón de actos del Comité Nacional y se cansaron de vivarlo y de cantarle el ya clásico "Alfonsín/Alfonsín". A De la Rúa alguno que otro le prodigó un "grande Chupete" y sólo lo vitorearon al llegar. Pero ni siquiera entonces pudo desprenderse de la sombra de quien ahora presidirá el partido: "Siga el baile/siga el baile/ al compás del tamboril/De la Rúa presidente/de la mano de Alfonsín", fue el modo en que lo recibieron, cuando arribó junto a Carlos "Chacho" Alvarez. Darío Alessandro y Alfredo Bravo fueron otros de los frepasistas que concurrieron a la cita. Del radicalismo estuvieron casi todas sus figuras. Alfonsín aclaró que "nuestra principal tarea ha de ser recorrer el país para explicar lo que ocurre, dar cuenta de lo que se realiza y también dar las razones por las que no se pueden de inmediato solucionar todos los problemas". Agregó, por si eso no era suficiente para dar una imagen de armonía, que "no tenemos nada que reclamarle al nuevo gobierno, tenemos en De la Rúa y Chacho Alvarez una confianza total", aunque no se privó de darles unas sugerencias: dijo que "han de llevar adelante un gobierno moral porque hace a un sentido moral la solución de los problemas de los que menos tienen" y trabajar "con ahínco, sin xenofobias, para lograr afianzar la independencia de la Argentina amenazada por defectos de la globalización, por los problemas generados por la deuda externa". Si como había afirmado minutos antes, "los consejos y advertencias del partido serán de enorme valor para la gestión del gobierno", las palabras de Alfonsín no habrán molestado a De la Rúa. El tiempo lo dirá, porque por ahora las urgencias del presidente electo son otras, como lo denota el que haya aprovechado la tribuna del plenario radical para reclamar al peronismo la aprobación el presupuesto. "Frente a los anuncios de colaboraciones que no se confirman en los hechos, exhorto a que se actúe con la grandeza y la generosidad que la hora exige porque está en juego la suerte del país antes que la de un gobierno y un partido", advirtió.
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