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San Lorenzo gana con los pibes y piensa seguirla en la Libertadores

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Con un equipo de pibes más pibes que nunca, le ganó bien a Vélez con goles de Ervitti y Filomeno. Romagnoli, la figura. Expulsado Cubero


Por Ariel Greco
t.gif (862 bytes)  Había pica, tal vez por los entredichos de la semana, y se notó en la pierna fuerte que proliferó a lo largo del primer tiempo: ir con todo, dejar la suela arriba, barrer para enganchar. Pero eso no fue todo. Porque también pusieron en el buen sentido, lo que hizo emotivo el trámite en un partido raro, como todo aquel que comienza con un gol "desde los vestuarios". Y así fue: el aparente más débil de la historia, esos pibes al cuadrado de San Lorenzo (los pibes titulares más los menores suplentes) hicieron un gol antes del minuto con desborde por derecha y cabezazo sabio de Ervitti de pique al suelo y condicionaron todo el desarrollo. Vélez tuvo que correr de atrás.

24.jpg (27859 bytes)Sin embargo, durante el primer tiempo no hubo diferencias ostensibles en cuanto al juego, aunque sí en la red. Bassedas --que anduvo muy bien-- predominó en el medio juego (el pibe Verón estuvo un rato perdido) y con el apoyo de Eduardo Domínguez por izquierda tuvo progresión coherente. Sin embargo, no concretó: ni Darío ni Obolo, que tuvo dos oportunidades claras, supieron cómo doblegar al auspicioso debutante Ramírez. En cambio, del otro lado, cuando la tuvo Romagnoli, de gran actuación --como pidiéndole a Ruggeri que no lo borre ante Palmeiras--, San Lorenzo llegó con peligro. En ese sentido, en la bisagra del período hubo una segunda jugada clave: la expulsión de Cubero por infracción sin pelota a Filomeno, el mismo que en gran jugada y mejor definición sentenciaría el período inicial definiendo --tras el sombrero a Méndez-- con toque picado sobre Chilavert. En los últimos minutos San Lorenzo se floreó, hubo toque y hasta Romagnoli pudo haber puesto el 3-0, pero su volea dio en el palo del maltratado Chilavert.

El segundo tiempo no agregó nada a lo visto. Ni Vélez pudo quebrar la defensa ordenada de un San Lorenzo con un hombre más; ni los de Ruggeri se empeñaron en aumentar la ventaja, lateralizando el juego. Las emociones estuvieron sobre todo en la virulencia de algunos choques --menudearon las tarjetas-- en el festejo coreado de la tribuna de los cuervos por el toque.

En un torneo que resultó extraordinario para este joven equipo de San Lorenzo, no es poco el dato de que anoche, con esos tres puntos, ya están en la Copa Libertadores del año próximo faltando dos fechas.

 

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