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Otro ángel exterminador, en versión Stephen King

El escritor hizo el guión de "La tormenta del siglo", una miniserie concebida para televisión, que vuelve a utilizar una fábula terrorífica para sacar a la luz el pecado humano, siempre oculto tras lo cotidiano

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Por Horacio Bernades
t.gif (862 bytes)  A comienzos de siglo, el escritor Algernon Blackwood retomó, para uno de sus relatos, una vieja leyenda india, la del Wendigo. Según la leyenda, de carácter animista, el Wendigo sería un espíritu del viento, que puede llegar a ponerse muy cruel con los seres humanos. Tal vez esa leyenda, y aquel cuento de Algernon Blackwood, hayan inspirado a Stephen King para imaginar un espíritu igualmente temible, esta vez no del viento sino de la tormenta. Estrenada en la televisión estadounidense en febrero, la miniserie Storm of the Century es el primer guión original de King para tevé, dura cuatro horas y media y contó con producción ejecutiva del propio escritor. Ganadora de dos Emmys en rubros técnicos, en Argentina se la conoce ahora en video. Con el título La tormenta del siglo, el sello AVH la presenta en dos casetes.

“Debes pagar tus deudas”, dice la voz del narrador en la introducción. “A veces, tenés que sacrificar todo lo que tenés. Eso es lo que aprendí hace nueve años”. Si en Apocalipsis un virus adquiría dimensiones gigantescas, hasta poner en peligro la supervivencia de la humanidad, esta vez es el meteoro del título el que asolará la isla de Little Tall (ubicada, como el grueso de la obra de King, en el estado de Maine; allí transcurría también Dolores Claiborne). Junto con la tormenta, claro, llega algo más. O alguien. Tiene aspecto humano, dice llamarse André Linoge, lleva un bastón con mango de plata, y en el mango, labrado, un emblemático lobo feroz. Su presentación consiste en el asesinato de una inofensiva viejecita. Es sólo el comienzo. De allí en más, Linoge desatará sobre esa pequeña localidad aislada la destrucción, la locura y la muerte. “Denme lo que quiero y me iré”, dicen las inscripciones pintadas sobre las paredes con la propia sangre de las víctimas. Unas tres horas y pico más tarde se sabrá qué es lo que quiere: un niño, a quien educará y transmitirá sus conocimientos. La reunión de toda la comunidad, con los niños en estado de letargo inducido por el visitante, es el corazón dramático de La tormenta del siglo.

Un niño es la humanidad entera, es la idea subyacente, y puede adelantarse que –en sintonía con los terrores de fin de milenio– no hay lugar para optimismos en la resolución de La tormenta del siglo. Como no los hay en su desarrollo: de modo parecido a La tienda de los deseos malignos, esta representación del Mal no hace otra cosa que sacar a la luz todos los pecados humanos, representados por ese microcosmos de Little Tall Island y cuidadosamente ocultos tras la blanca fachada de lo cotidiano. “Tu pueblo está lleno de adúlteros, paidófilos, ladrones, glotones, asesinos e idiotas”, le dice André Linoge (o cualquier otro nombre que quiera ponérsele) a Mike Anderson, un hombre común que representa a todos los hombres. El terror es que eso es cierto, y Anderson lo sabe. Sopla un aire bíblico en La tormenta del siglo (como ocurre en buena parte de la obra de su autor), y la figura de Linoge, cargada de elementos que la iconografía suele asociar con Satán (la crueldad, los ojos de brillo sulfuroso, los colmillos de lobo feroz, el carácter todopoderoso), podría ser, paradójicamente, la de un ángel exterminador.

Dirigida por Craig Baxley, un realizador sin mayor inspiración, y actuada por un elenco en el que predominan los actores de televisión, La tormenta del siglo sufre de ese vicio televisivo que son las larguras, dilaciones y estiramientos. Pero la propia literatura de King no suele ser económica en páginas, convertidas aquí en horas y horas de relato. Aunque se trate de una obra de tono inusualmente grave para los cánones del escritor, sus fans sabrán apreciar alguna ironía, ciertos guiños y bromas para entendidos. Además del tradicional cameo, esta vez como predicador televisivo de muy, pero muy corta vida.

 

Una marca registrada

La tormenta del siglo es la sexta miniserie basada en textos de Stephen King. Todas fueron editadas por AVH. Por orden cronólogico, se trata de Las brujas de Salem (Salem’s Lot, 1979), It (1980), Los Tommyknockers (1983), Apocalipsis (Stephen King’s The Stand, 1993) y la remake de El resplandor (1997), que también había contado con el propio King en la producción ejecutiva. Todas duran alrededor de tres horas, y el record en este terreno lo ostenta Apocalipsis, con seis horas repartidas en tres casetes.

 

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