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Por Inés Tenewicki Es distinto del shopping, pero parecido. Según sus creadores, es "la evolución natural del shopping" que, por sí solo, no genera el tránsito necesario para aumentar la rentabilidad y debe acudir a la industria del esparcimiento. Showcenter Norte es como un gran paseo de compras de 125 mil metros cuadrados, con espacios cubiertos y descubiertos, donde lo que se ofrece es tan intangible como el uso intensivo del tiempo libre; un tiempo previsto y organizado por otros desde que se saca la entrada hasta que termina el recorrido. A diferencia del shopping, el producto que uno compra no es una mercadería; es vértigo, emoción, adrenalina, pasatiempo, entretenimiento. Quizás la imagen contrapuesta es la de un chico jugando a la rayuela en la vereda, o armando sus juguetes con objetos de descarte en una plaza de barrio. Tras el aumento de la inseguridad y la pérdida del espacio público, los show centers, estrictamente vigilados, han comenzado a formar parte del paisaje suburbano: al costado de una gran autopista se levantan en gigantes edificios y es imposible ignorarlos. Todo en ellos, incluidos los ruidos de los videojuegos y los colores rutilantes de sus montañas rusas, aspira a ser "lo más grande del mundo". Showcenter Norte, que acaba de inaugurarse en Panamericana y Debenedetti y se suma al que ya existía en Haedo, es el mejor ejemplo del surgimiento de estos megaespacios, donde el concepto de entretenimiento se ha reciclado y en su aggiornamiento espera convertirse en un negocio jugoso que ya factura, según los responsables de la empresa, 6500 millones de dólares anuales. El de Panamericana es el mayor centro de entretenimientos de la Argentina y de Sudamérica. En abril inaugura el primer cine en tres dimensiones del país y también de América, y en un mes y medio un teatro con 700 butacas. El complejo consta, por un lado, de un parque de diversiones al aire libre con 18 juegos mecánicos que incluye, por ejemplo, un tren fantasma interactivo, un ascensor que sube 67 metros de altura y se dispara hacia abajo, y dos montañas rusas, para adultos y para chicos. El parque outdoor se integra a un edificio con salón infantil, kermesse, video interactivo y simuladores de realidad virtual con más de 150 juegos, 16 salas de cine, un bowling con 28 pistas, 4 discotecas temáticas, una cervecería, un patio de comidas de 1700 m2, heladerías, cafeterías y dos restaurantes, entre otras alternativas. En esta propuesta --dice el slogan-- las sensaciones no tienen límite. La edad del público, tampoco. Si bien no hay espacios específicos para bebés o ancianos, a partir de los tres años ya es posible encontrar áreas de diversión para toda una familia. El sector más involucrado en la oferta de este show center es, sin duda, el adolescente. Son los chicos entre doce y diecisiete años quienes más veces se subirán al "ascensor" ("Free Fall") y quienes poblarán mayoritariamente las disco, el bowliche (mezcla de bowling y boliche), el "Castillo del Terror", el Arcade --un sector dedicado a juegos interactivos-- y el infaltable Mc Donald's. También es el público con más tiempo libre y posiblemente con mayor vida social y menos espacios de encuentro fuera del colegio. La oferta gastronómica fue pensada para reducir costos y proponer menús accesibles capaces de competir con los fast foods. Una única cocina y un único sistema de cajas resuelven el servicio para todo el "Mercado de Sabores", integrado por una panadería, una pizzería, un lugar de pastas, una parrilla, un salad bar y un "rincón del chef" con comidas elaboradas. Este método permite que una buena comida con bebida pueda valer $ 6. Otro atractivo desde el punto de vista económico es el acceso al Parque de Diversiones abierto. Si bien existe el pasaporte por $ 12,50, que permite el uso sin límite de todos los juegos mecánicos durante un día, también se ofrece el minigate, por $ 3, que es transferible entre los miembros de una familia y supone el uso de créditos por esa suma. Es el ideal para familias con chicos chiquitos, que van sólo a dos o tres juegos. La sociedad integrada por Maccarone SA y Westsphere invirtió en la obra $ 125 millones y calcula que Showcenter será visitado anualmente por 11.500.000 personas, en tanto que espera un crecimiento importante de este público para el 2010. Ubicado frente al Shopping Unicenter, el Showcenter Norte se propone integrar un polo de convocatoria donde se satisfagan las necesidades de consumo materiales, de un lado de la autopista, y de consumo de diversión y placer, Panamericana mediante.
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