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Aníbal Ibarra habla con Gustavo Beliz
y con Telerman, que habla con Beliz

Ambos candidatos a jefe de Gobierno se reunieron y acordaron civilidad y posible apoyo mutuo si hay ballottage. La coalición conversa también con el peronismo. Los encuentros con Telerman y Digón.

Aníbal Ibarra y Gustavo Beliz coincidieron días atrás en el programa de Mirtha Legrand.
Pero antes, en setiembre, mantuvieron una reunión a solas donde hubo más de una coincidencia.

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Por Sergio Moreno

t.gif (862 bytes)  Se reunieron en setiembre, en un restaurante cercano a la Legislatura porteña. La charla fue amable y prolongada. Hubo principio de acuerdo en dos puntos: 1) mantener un grado aceptable de civilidad durante la campaña por la Jefatura de Gobierno porteña, y 2) volver a hablar más adelante en caso de que haya ballottage para evaluar la posibilidad de que uno apoye al otro en la segunda vuelta. No fue planteada la posibilidad de aliarse. Los candidatos a gobernar la ciudad el año que viene por la Alianza y Nueva Dirigencia, Aníbal Ibarra y Gustavo Beliz, se trataron con amabilidad. Los aliancistas, lanzados a ampliar la base de su coalición, siguen conversando con cuanto dirigente puedan, especialmente del peronismo y de ND –gimnasia que no excluye a lo que ocurre en los otros partidos–. Y paralelamente rediseñan el gabinete porteño donde, a partir del jueves de la semana que viene, convergerán radicales y frepasistas (ver aparte). El encuentro entre Ibarra y Beliz es un ejemplo de lo que está ocurriendo con la política porteña ante la cercanía de las elecciones distritales. Epoca de ingenierías, de debate y armado de estrategias, los partidos y coaliciones más importantes del distrito parecen haber roto sus propios bordes y establecieron una comunicación entre unos y otros impensable antes de la conformación de la Alianza en agosto 1997.Ibarra y sus principales arquitectos no escapan a esta regla. El candidato de la Alianza está primero en las encuestas pero sabe que, gracias al ballottage que ellos mismos impulsaron en la Constituyente porteña, ningún esfuerzo por sumar adherentes es vano. La última semana de noviembre el presidente de la Legislatura se encontró con el peronista Jorge Telerman, reservadamente. Ambos tienen varios amigos comunes y coincidencias mayores. Comenzaron hablando de hipotéticos escenarios hasta que Ibarra le sugirió que piense en la posibilidad de sumarse al proyecto de la Alianza. “Nosotros lo queremos (a Telerman) de este lado, antes del ballottage, si es posible”, dijo a Página/12 uno de los principales laderos del ex fiscal. Telerman no dijo que sí, tampoco que no. “Dejó la puerta abierta”, aseguraron los frepasistas. Tan es así que ayer, después de las 19, el frepasista y el peronista que fue embajador, ex vocero de Antonio Cafiero y de Eduardo Duhalde, se volvieron a encontrar.Hay acuerdo básicos, además de las simpatías. “Jorge (Telerman), que tiene relaciones naturales y fluidas con el Frepaso, no va a tomar decisiones apresuradas, pero sabe lo que no quiere –dijo a este diario uno de sus concejeros–: no quiere nada con (Domingo) Cavallo ni con el peronismo tal como está, con (Miguel Angel) Toma, (Raúl) Granillo Ocampo, (Carlos) Corach. Si no hay renovación, con gente valiosa, bien vista por la sociedad, con el PJ no habrá nada que hacer.” “Y si hay ballottage -continuó– lo prefiere a Ibarra antes que a Cavallo.”Pero, por ahora, el ex candidato a diputado por el duhaldismo piensa en Beliz. La relación entre ambos ha trascendido las palabras. Telerman bastante tuvo que ver, por ejemplo, en la incorporación del rabino Mario Rojzman a las filas del ex ministro del Interior. Este, durante la campaña, le aportó al duhaldista un número no desdeñable de fiscales de mesa.Ibarra está lejos de rendirse. Algunos de sus hombres imaginan que la Secretaría de Cultura de la ciudad sería un buen sitio para el ex embajador en Cuba, a quien le hicieron saber la existencia de esa posibilidad. Otros de sus operadores avanzaron sobre el peronista Roberto Digón, cercano a Telerman, y la semana pasada mantuvieron un encuentro que el vicepresidente de Boca Juniors desmenuzó, con posterioridad, con su compañero Julio Bárbaro.El debate en el atomizado PJ porteño permite las más diversas especulaciones. Cavallo ha sido un aglutinante para el sector oficialista del peronismo capitalino y un disolvente para los sectores menemistas porun lado (Daniel Scioli, Pacho O’Donnell) y para los ex duhaldistas, donde militan Telerman, Bárbaro y Digón.Este río revuelto del PJ permite a la Alianza nadar en esas aguas como si fuese una fuente de aguas calmas, con el convencimiento de que toda conversación es útil y que, si hubiese segunda vuelta electoral, contarían con el apoyo no menor de un sector del peronismo y de Beliz.Pero esto recién comienza.

 

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