La sonda Mars Polar Lander no respondió a las señales desde la Tierra. La Nasa tiene un plan para que despliegue una antena secundaria usando la cápsula en órbita. |
Ante el misterioso silencio de la sonda Mars Polar Lander (MPL), habrá que releer los libros de Ray Bradbury para imaginar los sonidos de Marte, repasando en voz alta aquellos extraños nombres, llenos de consonantes, que el escritor adjudicaba a los marcianos. A pesar de que han fracasado los tres intentos para tomar contacto con la sonda desde el Jet Propulsion Laboratory de Pasadena, California, el responsable del proyecto, Richard Cook, afirmó que aún no ha sido derrotado. Tenemos un plan para hacer frente a esta situación y vamos a seguirlo para comprender lo que ocurrió en la nave, dijo Cook. Hoy los científicos tratarán de establecer contacto con MPL a través de la sonda Mars Global Lander, que desde 1997 está en órbita alrededor del planeta rojo. Si se logra el objetivo, la MPL podría desplegar una antena secundaria que traería los sonidos lejanos y permitiría cumplir la experiencia prevista. A pesar de las declaraciones de Cook, las posibilidades de comunicarse con las dos minisondas de la experiencia Deep Space 2 disminuyeron seriamente. Son tres las tentativas que ya fracasaron porque la sonda, que debió llegar el viernes a Marte, seguía sin dar señales de vida. Una de las causas del mutismo podría ser la destrucción de la sonda, pero hay otros dos motivos posibles: Mars Polar Lander puede encontrarse en estado de alerta y a modo de salvaguarda puede haber apagado provisionalmente sus instrumentos principales o bien su antena central pudo haberse orientado en una dirección opuesta a la Tierra. Ayer, la esperanza disminuyó en lo que se refiere a la alternativa de buscar una comunicación con las minisondas Amundsen y Scott. En la noche de ayer, cada dos horas, la sonda orbital MGS pasó por encima del sitio donde debería haber descendido la MPL y se puso a la escucha, pero no hubo ningún resultado. Todo fue en vano, a pesar de que el tercer pasaje ocurrió en condiciones casi ideales, ya que MGS estaba prácticamente encima del lugar donde deberían estar las minisondas. En la pequeña sala de control de la misión, las caras de los científicos se fueron alargando con el correr de las horas. La encargada del proyecto de las minisondas, Sarah Gavit, sabe que las horas están contadas. Los aparatos disponen para su alimentación de baterías no recargables. Pueden durar unas cuarenta horas, si no se logra una reducción del consumo mediante una operación desde la Tierra. Mars Polar Lander y los dos artefactos de la experiencia Deep Sapace 2 tienen como misión detectar agua en el subsuelo del planeta rojo. Las minisondas deberían alcanzar un metro de profundidad, retirar muestras del suelo y calentarlas en pequeños hornos para extraer eventualmente vapor de agua. MPL está dotada de un brazo mecánico de dos metros que le permite cavar un pequeño surco y recoger materiales. También deben ser calentados para saber si el subsuelo de Marte contiene hielo.
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