Por Gabriela Carchak El mayor
problema fue el entrenamiento de montaña y no por la altura: nuestro miedo era que nos
secuestrara o asesinara la guerrilla. Esta es sólo una de las muchas frases que
completan las diferentes historias de quienes se atreven a desafiar a la naturaleza. La
autora es Luisa Fernanda Ríos, guía de montaña de profesión e integrante del equipo
colombiano que por primera vez participa en el Eco Challenge, una de las pruebas de
aventura más exigentes del mundo. El premio por el que compiten 51 equipos de 31 países
que recorrerán 318 kilómetros a través de la geografía de Bariloche, es de 50 mil
dólares, pero los participantes aseguran que la inversión en equipos, entrenamiento y
traslado no baja de los 25 mil. La mayoría afirma que la intención es sólo llegar y
conocer sus propios límites. Sebastián Tagle es el capitán del Team Argentina, uno de
los cuatro equipos nacionales que se presentaron a la competencia (junto con Aconcagua,
Cóndor y Patagonia), y aseguró que la dificultad la impone el tiempo en que se quiera
realizar la carrera: El clima será un factor determinante cuando estemos internados
en la montaña, además del cansancio y el hambre. No nos podemos perder, así que la
orientación y la correcta lectura del mapa harán la diferencia. En este tipo de
competencias se duerme entre una y dos horas por día y la exigencia en situaciones de
riesgo es muchísima, explica.La inscripción al Eco Challenge no está abierta a
cualquier persona. La organización exige un currículum de incursiones en competencias
extremas a cada uno de los aspirantes antes de admitirlo. Además, las reglas establecen
un punto que hace más interesante el desafío: por lo menos uno de los cuatro integrantes
de cada equipo debe pertenecer al sexo opuesto. Por eso en esta edición se pudo ver al
Team Rubicon, candidato al título, capitaneado por Rebecca Rusch, líder de sus dos
compañeras y de Ian Adamson, el hombre que completa uno de los nueve grupos
estadounidenses. La carrera está pensada para que los primeros equipos crucen la
meta al sexto día, explicó el inglés Mark Burnett, creador de la competencia en
1992. Sin embargo, gran parte de los equipos profesionales estimó que tardarían entre
cuatro y cinco días. Miguel Torres, integrante del cuarteto español Sierra Nevada, otro
de los candidatos a llevarse la victoria y que finalizó en tercer lugar en la pasada
edición del Eco Challenge disputada en Marruecos, explicó que dividen el recorrido en
mangas o días. La primera es el kayak y la cabalgata; la segunda, el ascenso y
descenso en la montaña; la tercera, las canoas y el rapel, y la cuarta la que
haremos en algunas horas será el ascenso en hielo y lo que quede de montaña y
agua, se explayó.La organización no se arriesga a sufrir inconvenientes o
accidentes de ningún tipo; por eso, además de hacer firmar una exención de
responsabilidades a competidores, los 200 periodistas acreditados y todo aquel involucrado
en la carrera, realiza un estricto control de los materiales que se utilizarán durante la
competencia. Si un grupo no posee los elementos detallados es eliminado. Nos exigen
mucho, a veces exageran, pero es para nuestra seguridad. Revisan la ropa, el silbato, las
sogas, los medicamentos, las luces, los seguros, no se olvidan de nada, explicó
Frederic Boulay, un francés gerente de marketing que integra el equipo Issy Aventure
France. Además de revisar el equipamiento, a los participantes se los somete a una serie
de tests que incluyen situaciones de rescate en la montaña, casos de vuelcos de kayak o
canoa y técnica en el hielo. Si los tests no son aprobados por los especialistas que
supervisan la demostración, el equipo queda fuera de competencia. Durante el recorrido
cada equipo debepasar junto por los puntos de control (PC). En cada PC se les efectúa un
chequeo médico y de equipo para permitirles continuar. Por supuesto, si un integrante no
se encuentra en óptimas condiciones el grupo es obligado a abandonar la competencia. En
la etapa de cabalgata, hasta el caballo es sometido a revisión por profesionales. Los
idiomas se entremezclan. Inglés, japonés, francés, malayo. La solidaridad se respira en
el ambiente. Los equipos latinos pasaron noches enteras revisando mapas e intercambiando
estrategias antes de la partida, el día 1º de diciembre a las 8.30, en las fría aguas
del lago Correntoso en Villa La Angostura. Duras pruebas serán superadas por algunos,
otros no podrán y desertarán. Caídas, golpes, posibles sumergidas en aguas heladas,
hambre, sueño y frío vivirán quienes puedan cruzar la meta. Ese es el espíritu del Eco
Challenge: luchar por llegar, aunque sus estadísticas indican que sólo el 60 por ciento
será capaz de lograrlo.
En condiciones durísimas La Eco Challenge es una prueba de alta exigencia física y psíquica en
situaciones extremas, ya que obliga a los participantes a recorrer 318 kilómetros en el
menor tiempo, utilizando técnicas de escalada en las alturas y sobre hielo, equitación y
navegación por aguas rápidas, entre otras dificultades a las que se agrega la falta de
descanso, poco alimento, y las condiciones climáticas adversas frío, nieve,
lluvia, hielo. La carrera, este año, incluye 105 kilómetros de kayak, 40 de
cabalgata sólo se permite caminar o trotar, el galope está prohibido y penado con
la descalificación, 37 kilómetros de trekking caminata en la montaña,
94 kilómetros de ascenso y descenso rapel de montaña y 42 kilómetros en
canoas inflables con tramos sobre aguas blancas. |
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