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Por Juan Sasturain ![]() La Zona Rubia. La que ayer fue Zona Rubia de River, ese lateral derecho que malcubrieron los blondos y blandos Lombardi y Coudet, fue el sector en que Chacarita encontró facilidades y la posibilidad de desequilibrar. Se convirtió en Zona Roja durante todo el primer tiempo y no es casual que --tardíamente para los hinchas de la banda-- ambos rubios muchachos hayan terminado viendo los últimos minutos de afuera: a uno lo rajaron (Coudet) y al otro Díaz lo trocó por el tosco Sarabia en su corrida bancaria (ver Zona Bancaria).
La Zona Rosada. El mediocampo fue, desde el minuto inicial, la zona de Ariel Rosada. El boquense a préstamo hizo el gol y se jugó la vida en cada pelota, con un primer tiempo notable, que contrastó con el opaco Guillermo Pereyra. A su lado, se jugó un partidazo, hasta que se cansó, Diego Rivero. El y el petiso García iban e iban sin encontrar oposición hasta llegar a Placente, último escollo. A todo esto, Gancedo los saludaba al pasar. El Espacio Aéreo. Hubo dos que nunca bajaron: Saccone, arquero de Chacarita con corazón riverplatense a préstamo, nunca superó el estupor que le provocó la presión del partido. Recibió dos goles y un penal en contra --que por suerte fue afuera-- sin haber tocado la pelota ni intentado tocarla. Después, aunque no tuvo reacción en los otros dos goles de River, bajó un par de centros y ganó un mano a mano. El otro que sobrevoló el partido para descender sólo dos veces fue Angel: hizo un golazo en aparición única en el primero; se perdió el gol del Guinness cuando estaban 4-2, en el segundo. La puteada más chica se oyó en casa de sus progenitores en la dulce Colombia. Por su bien, que River salga campeón. El Espacio Creativo. Tuvo tres protagonistas excluyentes: el soberbio Pablito Aimar, todo un hombre ya, que hizo todo lo que sus compañeros del medio para atrás sabotearon: el gol, el pase a Placente en el penal, el pase a Saviola en el tercero, el centro del cuarto... Saviola, su compadre, fue un avión, pasó siempre y ganó todos los mano a mano. Y el creativo funebrero fue el uruguayo Alex Rodríguez, tanto de punta al principio como echado atrás en el segundo. Zona Bancaria. Como suele suceder en estos tiempos monetarizados, esa zona de bancos es fundamental. Ayer lo fue: perdedor, Rivoira sumó cabezas cerca de Bonano; ganador y sin Coudet, a Ramón le agarró la "corrida bancaria" y vació el banco de defensores y la cancha de jugadores. Así le fue: el que apueste a defenderse se joderá, dice el proverbio. RIVOIRA ELOGIÓ A SUS JUGADORES
Por Adrián De Benedictis
Por su parte, el técnico de Chacarita, Héctor Rivoira, era uno de los que demostraba mayor felicidad a la hora de las palabras: "Contra todo lo que se dijo en la semana, hoy (por ayer) dejamos en claro que no necesitamos nada para jugarle de igual a igual al puntero del campeonato. Nosotros armamos un equipo en tres meses y casi le ganamos a uno que vale muchos millones".
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