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La madre de una víctima ante su segundo calvario

Hace ocho años mataron a su hijo en un tiroteo. Luego criticó la actuación de un juez, que le inició una demanda civil por 250 mil pesos. Dieciocho jueces ya se apartaron de la causa.

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Por Eduardo Videla
t.gif (862 bytes)  "En muchas oportunidades, la prensa ya se ha vuelto insoportable", dice el juez Marcelo Soukop, a través de su apoderado legal, en la demanda que le inició a un diario de la zona sur del Gran Buenos Aires. En el escrito, el juez sugiere que ante eventuales errores de los magistrados, los caminos "obligatorios para la prensa" son los recursos judiciales y no la publicación de información. Soukop inició una demanda por daño moral por 250.000 pesos no sólo contra el diario La Unión de Lomas de Zamora y un periodista de ese medio sino contra María Teresa Schiavini --la madre de un joven muerto en un caso de abuso policial-- quien cuestionó su labor en una entrevista publicada por ese medio. Se trata del primer caso en el que la madre de una víctima debe afrontar un juicio en el que se le reclama una indemnización civil.

Soukop, hoy presidente de la Sala II de la Cámara de Apelaciones y Garantías de Lomas de Zamora, se sintió agraviado por el reportaje en que la señora Schiavini anunciaba que presentaría un pedido de juicio político contra el magistrado y por los términos en que se cuestionaba su participación en una causa vinculada con la muerte de Sergio Schiavini, asesinado en medio de un tiroteo en el bar Dalí, de Lomas de Zamora.

En rigor, la nota se publicó el 17 de octubre de 1994, y el juicio civil se inició poco después. Pero se activó recién ahora, porque catorce jueces civiles, cuatro camaristas y dos defensores oficiales de Lomas de Zamora rechazaron intervenir en la causa. Recién ahora el caso recayó en un conjuez, el abogado Eduardo Valcarce, quien trasladó la acción a los demandado el 5 de octubre último.

Sergio Schiavini murió el 29 de mayo de 1991 en un confuso episodio, cuando más de cuarenta policías se tirotearon con cuatro delincuentes. Su madre no sólo sufrió la pérdida del hijo: por su tenacidad en el esclarecimiento del hecho, debió soportar tres exhumaciones del cadáver, con otras tantas autopsias, y el extravío de partes del cuerpo esenciales para la investigación --el globo ocular derecho y una porción del cráneo--, teniendo en cuenta que el joven murió por un disparo en la cabeza.

La causa principal estuvo en manos del juez Gustavo Amoroso, y a Soukop le tocó intervenir en una denuncia contra los dos médicos que intervinieron en la primera autopsia, por supuestas irregularidades: no se tomaron fotos del cadáver ni radiografías del cráneo, aunque sí se sacaron placas de una herida en la pierna, aunque esa no fue la causante de la muerte.

Soukop sobreseyó definitivamente a los médicos por los delitos de "falso testimonio, ocultamiento de pruebas y falsificación de documento público", aunque los sancionó con un apercibimiento por las falencias cometidas durante la pericia. La decisión indignó a la madre de la víctima, quien --en ese contexto-- formuló las declaraciones al diario. El pedido de juicio político fue presentado ante la Suprema Corte bonaerense el 21 de noviembre de 1994. La demanda fue rechazada por el tribunal dos años después.

Soukop consideró que la nota afectaba su buen nombre y honor, e inició la demanda civil por daño moral. El juicio contra Schiavini, el diario La Unión y el periodista Alejandro Córdoba entró en un callejón sin salida: todos los jueces del fuero civil de Lomas de Zamora fueron recusados o se excusaron de actuar por haber prejuzgado, cuando firmaron una nota de repudio a la publicación y en apoyo a Soukop.

En su demanda, el abogado del juez Soukop, José Bilbao, sostiene que la nota publicada por La Unión tenía la "intención bastarda de influenciar en la Cámara (donde había sido apelada la resolución del juez) para que los camaristas se vieran como apretados para decidir" en un sentido, ya que si no lo hacían "podrían ser acusados por el mismo medio del juicio político".

Ahora, el conjuez podría convocar a una audiencia de conciliación. Sin embargo, la madre de Schiavini dice a Página/12 que no se retractará: "Yo ya perdí a mi hijo. No me pueden sacar más de lo que me han sacado". Para la mujer, el juez "nunca debió meterse con la madre de una víctima por algo que ha dicho, en medio de tanto dolor".

En cambio, el abogado del diario La Unión, Néstor Gamella, se mostró esperanzado en la conciliación: "El diario es permeable a cualquier tipo de posibilidad conciliatoria que no pase por lo material". "No puedo dudar de la honorabilidad del doctor Soukop --agregó el abogado--. Pero este juicio no debió haber existido".

Finalmente, la madre de Sergio Schiavini se quejó por el monto de la demanda: "Si el honor del juez vale 250 mil pesos ¿Cuánto vale la vida de mi hijo?", concluyó.

 

La polémica no termina

El caso de la muerte de Sergio Schiavini quedó cerrado en mayo de 1997, en un polémico juicio oral y público, a cargo de la sala III de la Cámara de Apelaciones de Lomas de Zamora. Los jueces condenaron a los tres delincuentes que participaron del enfrentamiento en la confitería Dalí, y absolvieron a los 15 policías que intervinieron en la represión del hecho. El joven había sido tomado como rehén por los ladrones y quedó en medio del fuego cruzado: la policía disparó a mansalva contra el comercio, que estaba lleno de clientes.

Rechazada la apelación por la Corte Bonaerense, la madre de la víctima denunció al Estado argentino ante la Comisión Interamericana de Derechos Humanos, en febrero de 1998, por "falta de garantías judiciales y de un juicio justo".

El caso tuvo otro coletazo meses atrás, cuando uno de los delincuentes condenados murió en un enfrentamiento con la policía. Se trata de Jesús Frías Sánchez, condenado a 18 años de prisión, quien --según Schiavini-- habría salido en libertad condicional "un año antes de que se cumpla el plazo legal".

 

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