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OPINION

Chile por el buen camino

Por Claudio Uriarte

El momento más espectacular del caso Pinochet no fue cuando el ex dictador fue arrestado en una clínica de Londres por dos inspectores de Scotland Yard, ni siquiera cuando el anciano general debió comparecer ante una corte en las afueras de Londres en el marco del juicio por su extradición a España, sino que se dio en Chile, poco después del primer hecho, cuando la Policía de Carabineros cambió de blanco y reprimió a los pinochetistas que habían ganado la calle para protestar por la "inacción" del gobierno y el Ejército ante la detención de su "Tata". Por más "malestar" que trasuntara de las cúpulas militares, su impotencia para modificar la situación --fuera de enviar una flota expedicionaria a Gran Bretaña para rescatar al Capitán General de su confortable "encierro" en el suburbio de Surrey--, determinó que la relativa autonomía política del Ejército cediera a una cadena de mandos cuya última instancia era el poder civil. Por esa razón, el arresto de Pinochet terminó resultando paradójicamente beneficioso para la democracia chilena --pese a lo que pudo temerse en un primer momento--; también por esa razón, la primera vuelta de las elecciones que confrontan el próximo domingo en Chile al socialista moderado Ricardo Lagos y al pospinochetista Joaquín Lavín tiene el potencial de inaugurar el desenlace de la transición iniciada hace 10 años con el restablecimiento de la democracia, que sin embargo apareció condicionada por las leyes-cerrojo de la Constitución de 1980, aprobada en plebiscito en pleno auge de la dictadura.

Desde que Pinochet fuera arrestado hace más de un año, no sólo no se quebró la institucionalidad sino que la Justicia chilena adquirió una renovada fuerza, con las actuaciones Juan Guzmán Tapia y otros jueces contra los represores de la dictadura y el propio Pinochet. El avance de Lavín en las encuestas, desde un punto de partida de gran inferioridad, también confirmó este desarrollo de la transición, ya que su campaña populista tuvo el astuto oportunismo de despegarse paso a paso del ex dictador, hasta el punto de brillar por su ausencia en el homenaje de cumpleaños a distancia que sus seguidores más fervorosos --incluyendo la cúpula militar-- le realizaron a Pinochet hace poco en Santiago.

Por ahora es difícil hacer pronósticos pero --y si como parece-- Lagos gana en la segunda vuelta, los socialistas podrán librarse del estigma dejado por el caos del gobierno de Allende, siempre y cuando --claro está-- el ala derecha de la DC --integrante de la Concertación que postula a Lagos-- no vuelque la balanza al otro lado.

 

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