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"Un gabinete con cuatro economistas no me dice nada"

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Rudi Dornbusch fue contundente. Afirmó que los financistas internacionales tomarán prueba al próximo gobierno y que le gusta Machinea, pero que tendrá que pasar el examen del mercado.


Por Maximiliano Montenegro
       y David Cufré

t.gif (862 bytes)  Rudi Dornbusch, profesor del famoso M.I.T, es uno de los gurú mediáticos más cotizados en el mundo por estos días. Ayer estuvo en Buenos Aires, invitado para el lanzamiento de "Altoinvest.com", cobrando una tarifa record de 35 mil dólares, libre de gastos, por un día de trabajo. En el reportaje concedido a Página/12, no ahorró municiones para disparar sobre José Luis Machinea: dijo que los mercados lo asocian con la economía de Alfonsín que terminó en desastre, y dejó en claro que, en su opinión, Ricardo López Murphy debería ser quien ocupara el Ministerio de Economía. Dornbusch está convencido de que "la regla 1 peso igual a 1 dólar está fuera de discusión por los próximos cuatro años". Sin embargo, anticipa que la tasa de interés norteamericana aumentará entre 100 y 150 puntos básicos (de 1,0 a 1,5 puntos porcentuales) en nueve meses, lo cual --ya se sabe-- significa problema para Argentina. "No será una catástrofe, pero hará las cosas más difícil. El contexto internacional para Argentina no va a mejorar", asegura. Ante ese escenario, en su opinión, "la verdadera pregunta es si Argentina va a crecer a una tasa aceptable (5 o 6 por ciento) o si se va a quedar estancada en un ritmo del 1 por ciento, lo cual sería terrible".

--Manuel Sacerdote, del BankBoston, dijo hace minutos, durante su exposición, que el gobierno de la Alianza, a diferencia del de Menem, todavía no fue testeado por los mercados y que por lo tanto en caso de crisis la tasa de interés local va a "volar". Eso es lo mismo que decir que habría fuertes presiones sobre el peso. ¿Cuál es su opinión?

--No estoy de acuerdo. Hay dos temas completamente distintos. Uno es la convertibilidad y no hay ninguna oportunidad de que sea cambiada. Incluso si hubiera una gran crisis, otro tequila, la convertibilidad no correría peligro. El otro tema es la habilidad de Argentina para crecer y servir sus deudas. Esta es la discusión: si Argentina va a conseguir una mejor nota de los inversores, o si el nuevo presidente puede tomar medidas para lograrlo. Es un test por más o menos crédito, lo que determinará de manera directa la tasa de crecimiento futura.

--Muchos inversores tienen la idea de que, cuando hay un cambio de gobierno en un país emergente, entonces hay que tomarle examen. Pasó en Brasil, pasó en México...

--Eso es ficción. El nuevo gobierno tomará medidas y la gente dirá si les gustan o no. Si encuentran respuestas, tal vez piensen: "Estos muchachos son más duros de los que pensábamos, están aplicando no sólo suba de impuestos sino también recorte de gastos". Y entonces muestren una actitud de mayor confianza.

--Argentina es un caso especial, porque tuvo diez años de Menem, y es difícil hacer más por los mercados de lo que hizo Menem.

--Menem se cansó hace dos años, no hizo nada desde entonces. Y los mercados hace rato que piensan: "Bueno, veamos qué hace el próximo muchacho". Ahora que viene el próximo muchacho, el tema es qué hace el viernes: ¿va a dar un buen discurso para los mercados de capitales del mundo? O dice: "No puedo hacer esto". Si no puede hacerlo, los mercados estarán decepcionados y cargarán una sobretasa (de interés) al prestar a Argentina.

--¿Por qué dijo, durante la conferencia, que no está seguro de que el nuevo gobierno tome las medidas correctas en los próximos tres meses?

--El nuevo gobierno es un gobierno de coalición. Una parte sustancial de esta coalición piensa que en la agenda debe predominar una rápida gratificación social antes que trabajar para construir una mejor economía de libre mercado en Argentina. El capital para Argentina viene de la economía de mercado, entonces los inversores quieren estar seguros de que éste es un buen país para instalarse. Argentina es un país que pide prestado. Y, si uno pide prestado, debe hablar para los inversores. El nuevo gobierno está lleno de gente que piensa que los inversores son un problema, y que no habría que hablar con ellos.

--Pero hasta ahora De la Rúa sólo parece hablar para los mercados: nombró cuatro economistas en el gabinete.

--A mí no me impresiona que haya cuatro economistas en el gabinete. Yo creo que, si uno tiene a (Ricardo) López Murphy en el Ministerio de Economía es un mensaje, y si se lo pone en Defensa es otro mensaje distinto. No tengo en claro cuál es el mensaje. Argentina es un país muy complejo. Decorar un gabinete con cuatro economistas no es lo mismo que decir: "Tengo un profundo compromiso para lograr un mayor acceso a los mercados de capitales".

--Está claro que prefiere a López Murphy a (José Luis) Machinea...

--Me gusta Machinea, pero los mercados de capitales no lo asocian con un compromiso de reformas dramáticas con el fin de hacer a Argentina mucho más interesante para los inversores.

--¿Qué conocen los inversores de Machinea?

--Lo que importa es la percepción. Se sabe que está pisando fuerte en un montón de temas y enfrentaría un enorme vacío político si no cumple. Esto es bueno. Pero después, todo lo que conocen de él es que perteneció al equipo de economía de Alfonsín, esto son malas noticias. Cualquiera sabe que la visión de Alfonsín de la economía pertenece a los años sesenta o setenta. Este es el gran tema: si prevalecerá el viejo estilo de ver la economía a lo Alfonsín, o si predominará una visión moderna que contempla que Argentina es un país que vive del crédito externo y, en consecuencia, el mercado de capitales tiene en la mesa del gabinete una silla invisible. --Machinea ha dicho que aprendió de los errores del pasado y que merece otra oportunidad. Además, los mercados tienen una memoria muy corta.

--Tienen un arcón de recuerdos. Ellos pueden cambiar muy rápido de opinión. Y acordarse de inmediato de todas las historias que habían olvidado. Una de ellas es Alfonsín, los ochenta, y la incapacidad para adoptar cambios significativos cuando el camino al desastre era totalmente obvio.

--¿La confianza de los mercados, en su opinión el problema económico clave de la Argentina, es una cuestión de personas o de políticas a aplicar?

--Vale el prestigio de cierta gente en el apoyo de cierta línea de política, y después hay algunos meses para ratificar ese prestigio. Si los mercados no saben qué línea apoya una persona, entonces no tiene crédito alguno con que empezar. Si encima piensan que la persona solía apoyar políticas equivocadas, entonces hay que trabajar el doble de duro para ganar confianza. Tal vez sea injusto, pero así es como funcionan los mercados. ¿Por qué debería ser diferente en Argentina?

--¿Qué quieren ver los inversores en términos de políticas?

--Uno puede hacer una lista corta: flexibilización en el mercado laboral; un paquete fiscal para cerrar las cuentas del Presupuesto; y el tema del ajuste en las provincias, que siempre han sido un desastre. También quieren ver si sobre estas cuestiones se van a tomar soluciones que perduren en el tiempo o van a ser transitorias, un parche. Si todo el problema del déficit fiscal se piensa resolver sólo con impuestos, entonces los inversores van a seguir desconfiando.

 

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