Por Claudio Zlotnik A tan sólo dos días de la
asunción de Fernando de la Rúa, la transición política atraviesa su momento de máxima
tensión. Pese al trabajoso pacto refrendado en la madrugada de ayer entre los
gobernadores justicialistas y el gobierno electo por los fondos a distribuir el próximo
año, la Alianza y el justicialismo no pudieron acordar ayer el tratamiento de tres leyes
que el nuevo gobierno considera imprescindibles para iniciar su mandato: el Presupuesto
2000, el Pacto Fiscal con las provincias y el paquete impositivo. La actitud del
justicialismo es incomprensible. Este fracaso tendrá un efecto muy malo: aumentará el
riesgo-país y mostrará al mundo que el consenso no es posible en la
Argentina, advirtió anoche José Luis Machinea, futuro ministro de Economía.
Fernando de la Rúa convocó anoche a varios de sus más estrechos colaboradores al Hotel
Panamericano. Hasta allí llegaron Machinea, Nicolás Gallo, Fernando de Santibañes y
Jorge de la Rúa, futuro secretario general de la Presidencia. En el análisis de los
miembros del futuro gobierno, la crisis con el justicialismo deja a la Alianza bien parada
frente a la sociedad. Queda claro que el PJ está obstruyendo la recuperación
económica, comentó a Página/12 un colaborador de De la Rúa.
Por otra parte, en el equipo aliancistas analizaban anoche la posibilidad de que el
presidente electo formulara un durísimo discurso en el acto de asunción de pasado
mañana, acusando al PJ por la herencia recibida. Incluso, en la Alianza sostienen que los
senadores justicialistas son una caja de resonancia de los lobbies
empresarios, en especial de las compañías tabacaleras. El justicialismo había
prometido implementar un nuevo estilo de hacer política. Pero ahora nos encontramos que
sus legisladores les están dando la espalda a la sociedad, se quejó Carlos
Chacho Alvarez.
Cuando ayer a las 11.00 ingresó al Congreso para reunirse con los legisladores
aliancistas, Machinea creyó que ése era el último esfuerzo para lograr el objetivo de
que De la Rúa asuma dando seguridades sobre el ordenamiento de las cuentas públicas.
Había dormido poco. El acuerdo con los gobernadores se había sellado cerca de las tres
de la madrugada pero, a cambio de tamaña resistencia, se había asegurado la aprobación
de leyes tanto en Diputados como en el Senado. Pero no fue así. Y durante toda la tarde
tanto el PJ como la Alianza se dedicaron a echarse culpas. El escenario que quedó
planteado a pocas horas de finalizar la transición hace suponer que a De la Rúa, la
cohabitación con el justicialismo se le hará más complicada de lo que pudo
imaginarse aquella noche del 24 de octubre, cuando festejaba en Chupetemóvil.
Mientras Machinea informaba a los legisladores de la Alianza sobre el futuro ajuste
fiscal, la novedad de que los senadores del PJ desconocían el pacto con los mandatarios
provinciales la dio el propio Federico Storani. Los dejo, me voy para el Senado. Hay
problemas, saludó preocupado el futuro ministro del Interior. En efecto, los
integrantes del bloque justicialistas de la Cámara alta se negaban a aprobar el Pacto
Fiscal. Antes de votar el acuerdo tenemos que darnos el tiempo necesario para
analizarlo. Hay algunos errores en la redacción y tenemos que precisar algunos
términos, explicó Augusto Alasino, presidente del bloque del PJ.
Sin embargo, lo cierto es que mientras Machinea intentaba cerrar filas en la tropa propia,
algunos gobernadores recorrían los despachos de los senadores del PJ instándolos a no
bajar al recinto. Cada uno de ellos, como Carlos Reutemann, el salteño Juan Carlos
Romero, Néstor Kirchner, y hasta algunos que sí firmaron el acuerdo con Machinea, como
Carlos Rovira (Misiones) y Eduardo Fellner (Jujuy), alegaban tener suficientes razones
para desaprobar el pacto. En ese acuerdo, Machinea se comprometió a enviar una suma fija
de 1350 millones de pesos mensuales a las provincias durante el año 2000. Y un monto no
inferior a los 1364 millones cada mes a lolargo del 2001. Pero además de cuestionar esos
montos por exiguos, los mandatarios rebeldes planteaban insatisfacciones con la forma
elegida para solucionar sus problemas por los déficit de las cajas previsionales y el
futuro paquete impositivo, que perjudicará, por ejemplo, a las provincias productoras de
tabaco.
Ante el fracaso, y atento a sus propias necesidades políticas en la provincia de Buenos
Aires, donde la Legislatura provincial está controlada por la Alianza, Carlos Ruckauf
buscó rápidamente diferenciarse. Anoche se entrevistó con De la Rúa en el Hotel
Panamericano para ratificarle su apoyo. Lo que firmamos los gobernadores es un pacto
de honor que hay que cumplir, reclamó.
A la vez que se caía el acuerdo en el Senado, en la Cámara baja fracasaba el análisis
del proyecto presupuestario y la aprobación del paquete impositivo. Machinea se tomó
siete horas y media y logró, pese a las resistencias, consensuar el ajuste con los
legisladores aliancistas. Para entonces, a las 17.00, los justicialistas ya habían
decidido no aprobar el Presupuesto y el paquete impositivo en una misma sesión, tal como
quería la Alianza. Es poco sensato tratar sobre tablas (sin previo análisis en la
comisión) un aumento de impuestos. La gente tiene derecho a conocer detalles cuando se
les mete la mano en los bolsillos, disparó durante una conferencia de prensa Oscar
Lamberto, titular de la comisión de Presupuesto y Hacienda del PJ, acompañado por el
presidente de la bancada, Humberto Roggero, y unos 70 diputados del oficialismo.
La demostración de fuerzas quedó planteada para lo que pueda ocurrir en el recinto
mañana. El PJ convocó a una sesión a las 10.00 para tratar el Presupuesto 2000. El
paquete impositivo lo quieren aprobar después del 10 de diciembre, para que el costo de
esa medida sea de la Alianza.
¿Qué pasa si la Alianza sigue sin aceptar la división de ambos proyectos?
le preguntó este diario a un miembro de la bancada del PJ.
En ese caso, no vamos a aprobar la Ley de Ministerios que De la Rúa necesita para
tomarle jura el viernes a los ministros designados. Imagínese, sería una vergüenza.
La respuesta del legislador no deja lugar a dudas sobre la fuerte pulseada que mantienen
la Alianza y el PJ. Y a la que De la Rúa deberá ir acostumbrándose.
Claves
Pese al acuerdo entre los gobernadores y las autoridades electas, los legisladores
del PJ negaron su apoyo al nuevo pacto fiscal, el Presupuesto y el paquete impositivo.
La Alianza acusa a los senadores justicialistas de ser una caja de
resonancia de los lobbies empresarios.
El PJ no quiere votar el paquete impositivo a libro cerrado y que el futuro
gobierno pague el costo político aprobándolo después del 10 de diciembre, cuando cambie
la composición de la Cámara baja.
Tras una dura reunión, Machinea logró el apoyo de los legisladores de la Alianza
a la reforma tributaria y el ajuste fiscal.
Aumentan los impuestos a las ganancias personales, al consumo de bebidas,
cigarrillos y bienes suntuarios, se extiende el IVA a prepagas y transporte y sube la tasa
en Bienes Personales. |
DIVISION ENTRE LOS SENADORES Y GOBERNADORES
DEL PJ
Una interna que traerá cola
La
decisión de los senadores justicialistas de no convalidar el acuerdo sellado por los
gobernadores fue atribuida por los dirigentes de la Alianza a dos factores básicos. El
primero es la falta de comunicación entre los gobernadores y los senadores del PJ, que
muchas veces se encuentran enfrentados en sus provincias. El segundo, la falta de un
interlocutor justicialista que nuclee la opinión del partido. El giro del PJ, que causó
indignación en las filas aliancistas, habría llevado a Fernando de la Rúa a estudiar la
idea de emitir un mensaje por cadena nacional para aclarar la situación.
Además, en la Alianza sostienen que diputados y senadores se convirtieron ayer en caja de
resonancia de los lobbies empresarios que serán afectados por el paquete impositivo,
fundamentalmente el capítulo de Impuestos Internos que aumenta la alícuota que grava a
las bebidas gaseosas y cigarrillos, entre otros ajustes.
En la madrugada del lunes, los gobernadores del PJ llegaron a un acuerdo con la Alianza:
se comprometieron a aprobar hoy el Presupuesto y un nuevo pacto fiscal. A pesar de ese
acuerdo, los senadores del PJ se negaron ayer a bajar al recinto. Esa actitud del
peronismo, con mayoría en la Cámara alta, impidió el inicio de la sesión. Anoche, De
la Rúa se reunió con algunos de sus futuros ministros para estudiar la situación en el
Hotel Panamericano, en donde habría analizado la idea de emitir un mensaje por cadena
nacional en los próximos días.
Durante toda la tarde, en los despachos aliancistas del Congreso se mezclaron la sorpresa
y la indignación. Es gravísimo, señaló Darío Alessandro, titular de la
bancada de diputados. Es una pésima señal, dijo Pedro Del Piero, Este
boicot demuestra que la buena voluntad en la transición es sólo un maquillaje que cubre
el intento de seguir poniendo minas en el terreno del nuevo gobierno, completó
Leopoldo Moreau.
Los legisladores de la Alianza coincidieron en atribuir a la interna justicialista el
cambio de posición expresado por los senadores. El PJ, atomizado en varias líneas
internas luego de la derrota de octubre, no cuenta con un líder que sintetice la
posición del partido. Además, los dirigentes de la coalición aseguraron que muchos
senadores no tienen una relación fluida con los gobernadores de sus provincias y, por lo
tanto, se niegan a acatar sus órdenes. Como ejemplo citaron a Carlos Verna, representante
de La Pampa, que no se puede ver con Rubén Marín. Se sintieron puentados, se
lamentaba ayer un legislador radical.
En algunos casos la situación se agrava porque según dicen en la Alianza
muchos senadores no tienen una gran penetración en los electorados de sus distritos. La
mayoría ingresó por el sistema antiguo, de elección por la Legislatura. No
llegaron por voto directo. Saben que pueden arriesgarse porque no tienen un gran público
al que responder, aseguraba un diputado del Frepaso.
Los dirigentes de la Alianza están convencidos de que la decisión de ayer fue una
demostración de fuerza de los senadores del PJ, que buscaron subrayar su capacidad de
veto sobre las iniciativas del nuevo gobierno. Una última interpretación, expresada por
un legislador radical, se basaba en los costos políticos de las leyes.
Pero la bancada del PJ se encuentra divida en dos líneas. La primera es la que está
constituida por el núcleo más duro, en el que militan senadores como el jefe del bloque,
Augusto Alasino. La segunda corriente, más dialoguista, encuadra a legisladores con
posiciones partidarias más relevantes, como Eduardo Bauzá y Eduardo Menem. La Alianza
deposita en este último grupo sus esperanzas de que las leyes puedan sancionarse mañana.
El paquete impositivo apunta a
que paguen los que más tienen
Equidad: Según describió Machinea, el 90 por ciento
del aumento de la recaudación provendría del 10 por ciento de la población de mayores
ingresos. José Luis Machinea, futuro ministro,
explicando su plan tributario a los legisladores aliancistas.
Pudo superar una sesión de duras críticas y logró el apoyo al paquete de reformas
impositivas. |
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El paquete impositivo
diseñado por la Alianza incluyó algunas novedades de último momento. Una consiste en la
creación de un gravamen especial sobre las motos, autos y lanchas cuyo valor supere los
20 mil pesos. Este nuevo impuesto reemplazaría, de hecho, al tributo para el incentivo
docente. José Luis Machinea suspendió, en cambio, la posibilidad de gravar a las naftas
patagónicas. El impacto total de las medidas impositivas permitiría una recaudación
extra de 2600 millones de pesos, según los cálculos de los técnicos de la Alianza.
La iniciativa parlamentaria conjuga aumentos de los impuestos al consumo con algunas subas
de alícuotas sobre gravámenes que afectan a las propiedades de mayor valor. Durante la
reunión del bloque de diputados aliancistas, Machinea argumentó a favor de su propuesta
fiscal subrayando la imperiosa necesidad de achicar el déficit del año próximo y su
impacto progresivo. Según describió, el 90 por ciento del aumento de la
recaudación provendría del 10 por ciento de la población de mayores ingresos, mientras
que el resto (unos 200 millones) surge de las medidas de impacto general.
En el camino habría quedado la intención de subir la alícuota del Impuesto a la
Transferencia de los Combustibles sobre el gasoil. La resistencia de los sectores
afectados hizo que Machinea abandonara tanto esta idea como la menos ambiciosa de eliminar
el beneficio fiscal para las naftas que se comercializan en la Patagonia, en este caso,
por la resistencia de los legisladores de su propio palo.
Entre los cambios que prosperaron en la propuesta que el futuro ministro de Economía
exhibió ante sus legisladores, se cuentan:
Impuestos
Internos. Se sube al 65 por ciento el gravamen sobre los cigarrillos, aumento con el que
se podrían recaudar unos 370 millones de pesos adicionales por año. También se impone
una alícuota del 4 por ciento sobre las bebidas que no son colas (incluida agua mineral)
y contienen jugos de fruta y sobre telefonía móvil. Whisky, cognac y otras bebidas
alcohólicas (excluidos vino común y cerveza) abonarán el 20 por ciento, al igual que
diversos consumos de bienes suntuarios. Para el resto de productos hoy alcanzados por
Internos la alícuota también subirá 4 puntos (por ejemplo: cerveza pasa del 4 al 8 por
ciento).
Ganancias. Se
baja el mínimo no imponible a personas físicas a 1993 pesos por mes y la alícuota sube
progresivamente cuando la retribución supera los 4000 pesos por mes. Para quienes ganan
más de 120 mil pesos por año, se crea una alícuota extraordinaria adicional (por única
vez) del 3 por ciento. Se estima una recaudación adicional de 900 millones de pesos.
Impuesto
especial. Se grava con una alícuota del 4 por ciento los autos, motos y lanchas cuyo
valor supere los 20 mil pesos. La tasa sube al 8 por ciento en el caso que el precio del
bien trepe por encima de los 28 mil pesos. La Alianza estima que, junto a otros
gravámenes a consumos de sectores altos ingresos, permitirá un ingreso extra de 230
millones de pesos.
Bienes
Personales. Se mantiene la alícuota del 0,5 por ciento para activos entre 103 mil y 200
mil pesos y a 0,75 por ciento cuando éstos superan los 200 mil pesos.
IVA. Se
extiende a la medicina prepaga, impresos y publicaciones (excepto diarios), el transporte
aéreo y terrestre de larga y media distancia (recorridos superiores a 100 kilómetros)
con una alícuota reducida del 10,5 por ciento. La recaudación resultante superaría los
120 millones de pesos.
Contribuciones
patronales. Se eleva el techo de ingresos sobre los que se realiza el descuento de 4800 a
6000 pesos. El impacto en la recaudación apenas alcanzaría a 70 millones de pesos.
Entre las alternativas en estudio, existe la intención de aplicar un impuesto a las
jubilaciones más altas (superiores a los 3000 pesos), una variante que eludiría la
lluvia de demandas judiciales en caso de aplicar un tope a los haberes. Según los
postulados del equipo económicoaliancista, la reforma tributaria en su conjunto lograría
favorecer el crecimiento al fortalecer la solvencia fiscal y aumentar la competitividad,
favorece la equidad vertical (los que ganan más, pagan más) y horizontal (al eliminar
baches fiscales) y castiga consumos nocivos (bebidas alcohólicas y cigarrillos). Otro
costado del programa fiscal se orientará al combate contra la evasión. Según el
análisis de los aliancistas, las subdeclaraciones de ingresos verificadas en el impuesto
a las ganancias de sociedades y personas físicas, en el impuesto a los bienes personales
y en el régimen de monotributo son una muestra de lo extendido que se encuentra el
fenómeno en la economía argentina.
Diputados de la Alianza apuraron un poco a Machinea
Disciplinar a la tropa propia
Por Raúl Dellatorre
Siete
horas y media le llevó al futuro ministro de Economía, José Luis Machinea, convencer al
bloque de diputados de la Alianza de la imperiosa necesidad más que de sus
bondades de las medidas de ajuste y el paquete impositivo que propuso para limitar
el déficit fiscal del próximo año a 4500 millones de pesos. En el ínterin, debió
sufrir el asedio y los cuestionamientos a las propuestas de reducción de personal del
Estado, la pretensión de eliminar la exención del impuesto a los combustibles para las
provincias patagónicas y otras medidas que afectarían a las cooperativas y al interior
del país.
A poco de iniciada la reunión con los legisladores de su propia coalición, Machinea
comprendió que tendría más de una dificultad para imponer sus propuestas de ajuste. El
propósito de bajar el déficit fiscal resultante del proyecto de presupuesto de Roque
Fernández era compartido por todos pero el consenso, a esa altura, no iba mucho más
allá. El inminente ministro también sintió en carne propia que los argumentos acerca de
tranquilizar a los mercados, que tan buenos réditos le redundan ante el
establishment y operadores de la city, en los recintos legislativos no despiertan similar
simpatía.
La primera embestida de los diputados apuntó a los ajustes en el personal del Estado. A
la idea de armar un plan de retiros voluntarios, se suma la de rescindir el 30
por ciento de los contratos temporarios. Ambas propuestas merecieron objeciones. No
se puede pretender una autorización encubierta para aplicar despidos arbitrarios,
clamaron al unísono varias voces del Frepaso. La reducción del personal de planta
permanente ya estaba planteado en el proyecto elaborado por Roque, y afectaría a unos 17
mil empleados. A ellos se les sumaría una cantidad casi similar de contratados, según la
propuesta de Machinea.
No se puede medir a todos los contratados con la misma vara: una cosa es sacar a los
ñoquis o a los que entraron por acomodo político, y otra echar mano sobre toda la planta
transitoria, en donde hay casos de personal con diez años de antigüedad, explicó
el santacruceño Rafael Flores. Los legisladores fueron más allá en sus sospechas:
recordaron que tras cada cambio de administración, siempre hay despidos para ocupar esos
lugares con nombramientos propios. Ojo con tentarse en hacer colchón de despidos
para volver a ocupar las vacantes, le advirtieron a Machinea sin eufemismos.
El capítulo impositivo mereció otra trabajosa lucha cuerpo a cuerpo entre Machinea y los
legisladores aliancistas. El futuro ministro debió utilizar toda su batería de
conocimientos, estadísticas y supuestos sobre cómo se gastan los presupuestos familiares
para demostrar que el paquete tributario tendría carácter progresivo: es decir, los que
más tienen serán los que más paguen. En ese aspecto, al igual que en el de personal del
Estado, tuvo mejor suerte que Rodolfo Terragno, que un par de semanas atrás intentó
explicar lo mismo ante el bloque, con la ayuda de diapositivas, recibiendo la generalizada
calificación de lamentable para su exposición.
Si eso es lo que vas a aplicar desde la Jefatura de Gabinete, andá comprándote un
casco. Mejor, buscate una embajada, fueron algunas de las frases que
había recibido de sus pares el futuro sucesor de Jorge Rodríguez en aquella oportunidad.
Machinea la sacó más barata, y logró finalmente un apoyo a regañadientes del bloque
con el único costo de bajarse de eliminar la exención del impuesto a los combustibles
para la zona patagónica. Y una advertencia final: la política de racionalización de
personal será rigurosamente vigilada.
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