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El sector externo es el talón de Aquiles del plan

Esa es la conclusión de la Fundación Capital, de Martín Redrado, en sus perspectivas económicas para el 2000. Su pronóstico no es alentador, destacando que habrá un crecimiento de apenas 2,4%.

Martín Redrado, ex “golden boy”. “La Argentina ha quedado como el único país con tipo de cambio fijo en la región”, subrayó.

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Por Julio Nudler

t.gif (862 bytes) ”A mis clientes les digo que sólo hay cuatro sectores con buenas perspectivas en la Argentina: telecomunicaciones, informática, turismo y entretenimiento. Los transables (productos exportables) tendrán problemas.” Este consejo de Martín Redrado resume, mejor que muchos cuadros y gráficos, el oscuro pronóstico que ayer trazó la Fundación Capital en una sala del Alvear Palace Hotel, aunque algunos le enrostraron un excesivo optimismo. En los dos primeros sectores mencionados por el ex golden boy de los tiempos del furor emergente, la Argentina importa absolutamente todo, mientras que en turismo tiene un balance negativo (los argentinos gastan más afuera que los extranjeros en el país) y entretenimiento es puro mercado interno, con fuerte gasto en divisas. Precisamente, en el análisis de la Fundación, el déficit de la cuenta corriente del balance de pagos (de 13.320 millones de dólares en 1999 y proyectado a 14.767 millones en el 2000) está pisando ya el “umbral crítico” (5 por ciento del Producto Bruto), a partir del cual los mercados se negarán a financiar al país. En base a esto, la conclusión extraída por Carlos Pérez, economista de la FC, fue que es imperioso el ajuste.
“La Argentina ha quedado como el único país con tipo de cambio fijo en la región”, subrayó Redrado, resaltando, como factor del elevado riesgo país actual, que existe un “cuestionamiento mundial a los regímenes de tipo de cambio fijo”. No obstante, luego aventó cualquier posibilidad de que se tomaran sus palabras al pie de la letra, asegurando que “no hay riesgo cambiario para la Argentina en el 2000”, gracias a los colchones de liquidez disponibles. A pesar de esto, reveló que las casas matrices de las multinacionales ordenaron a sus filiales argentinas cubrirse frente al riesgo de una devaluación del peso.
Luego de sufrir un retroceso del 4,1 por ciento este año, el consumo privado podría expandirse 2,7 puntos en el 2000. Para ese año, la FC predice un crecimiento de 2,4 por ciento en el PBI, parecido al que espera el propio José Luis Machinea (se trata, en realidad, de un rebote parcial tras la caída de 3,2 puntos en el ‘99). Estos números implican que la tasa de desempleo seguirá por encima del 14 por ciento, dado que el mercado de trabajo sólo conseguirá absorber el crecimiento vegetativo. Hablando en plata, cada argentino dispondrá en promedio durante el próximo año de 202 pesos más (el ingreso nominal per cápita subirá de 7740 a 7942 pesos), unos 17 por mes. De todas formas, va a reaparecer, muy tímidamente, una vieja conocida: la inflación, cuyo índice combinado subiría 1,6 por ciento en el 2000, luego de bajar 0,8 por ciento este año.
En un interesante análisis sobre la restricción externa que sufre la economía argentina, Redrado vinculó las fluctuaciones de actividad con el saldo externo. Según explicó, el fortísimo crecimiento logrado al comienzo de la convertibilidad fue posible porque ésta arrancó cuando no había déficit de cuenta corriente (descalificación implícita a Cavallo). En el Tequila, que fue una crisis eminentemente financiera, el déficit cayó de más de cuatro puntos del PBI a menos de dos, lo que dio margen a un drástico rebote de la actividad desde 1996. En el ‘99, en cambio, el rojo de la cuenta corriente apenas si disminuyó, manteniéndose por encima del 4,5 por ciento, y por tanto no pudo evitarse la recesión.
En un juicio global sobre la década menemista, la FC afirma que se logró la estabilidad de precios, pero no la estabilidad macroeconómica, que se le plantea como desafío a Fernando de la Rúa y que, en el análisis de estos consultores, depende de la reducción del déficit fiscal. Según cuantificó Pérez, el nuevo gobierno hereda un rojo próximo a los diez mil millones (el mismo número calculado por la Alianza), pero también recibe un crecimiento económico igual a cero. Además de recuperar la solvencia fiscal, el futuro equipo económico debería obtener del Fondo Monetario un seguro de liquidez para el sector público por más de diez mil millones de dólares. Como dato, en el 2000 habrá vencimientos de deuda por 16.153millones, a lo que hay que sumarle un déficit fiscal que, en el mejor de los casos, será de 4500 millones, para llegar a los 20.653 millones de financiamiento a conseguir.

 


 

DEFICIT COMERCIAL DE U$S 292 MILLONES
Balanza en rojo

t.gif (862 bytes) El INdEC informó que el déficit comercial fue de 292 millones de dólares en octubre, como resultado de importaciones por 2219 millones y exportaciones por 1927 millones. Estos valores representaron respecto del mismo mes del año pasado una disminución del 4 por ciento para las ventas externas –atribuida exclusivamente a precios, puesto que los volúmenes se mantuvieron estables– y del 14 por ciento para las compras, cuyas cantidades disminuyeron un 12 por ciento y sus precios, el 3.
Así, en el acumulado de los primeros diez meses del año, la balanza comercial registró un rojo de 1609 millones de dólares, monto sensiblemente inferior a los 4151 millones contabilizados para igual período de 1998. Las exportaciones alcanzaron entre enero y octubre 19.319 millones de dólares y las importaciones, 20.928 millones, un 15 y un 22 por ciento menos, respectivamente, que los valores registrados durante los primeros diez meses del año pasado.
Las exportaciones acumuladas en el período enero-octubre del ‘99 se concentraron en productos primarios, 26 por ciento (-22 por ciento respecto de igual lapso del ‘98), manufacturas de origen agropecuario, 32 por ciento (-6), manufacturas de origen industrial, 32 por ciento (-24) y combustibles, 9 por ciento (+8).
La Unión Europea (UE) fue el destino del 28 por ciento de las manufacturas de origen agropecuario y del 32 por ciento de los productos primarios. Las manufacturas de origen industrial, en cambio, se dirigieron en un 52 por ciento al Mercosur y los combustibles, al NAFTA, Mercosur y Chile en un 86 por ciento.
Una vez más, los productos primarios y las manufacturas de origen agropecuario se vieron afectadas por la caída de los precios internacionales. En tanto que los precios de las manufacturas de origen industrial estuvieron negativamente influidos por la crisis de Brasil.
En cuanto a los 20.928 millones de dólares de importaciones, el principal rubro fueron los bienes intermedios, con el 32 por ciento del total (-19 por ciento respecto de los primeros diez meses de 1998), seguidos por bienes de capital, 27 por ciento (-20), combustibles, 3 por ciento (-15), piezas y accesorios para bienes de capital, 18 por ciento (34), bienes de consumo, 15 por ciento (-10) y los vehículos automotores de pasajeros, 5 por ciento (-44). El INdEC destacó que estas retracciones en las importaciones se produjeron más en aquellas mercancías provenientes del Mercosur que en las de otros orígenes.

 


 

METROPOLITANOS Y TRANSPORTE DEFIENDEN LOS DECRETOS
Pelea por el polémico ajustazo

t.gif (862 bytes) Luego de la suspensión judicial de los decretos de la renegociación de los contratos ferroviarios, el secretario de Transporte, Armando Canosa, y el gerente de comunicaciones de Trenes Metropolitanos, Fernando Jantus, tuvieron un ardua tarea; debieron salir a justificar los números y las inversiones proyectadas.
Armando Canosa manifestó su convencimiento acerca del levantamiento de la medida judicial dispuesta por el juez federal Silva Garretón, quien dispuso la suspensión de los decretos hasta que cuente con más elementos para una resolución definitiva. Canosa explicó que su organismo presentará la documentación –exigida judicialmente– que permitirá levantar la medida cautelar, aunque por la dudas, alzó la guardia: “No descarto que mañana o pasado aparezca otra”, se quejó.
Siguiendo la previsión de Canosa el ombudsman nacional, Juan Carlos Cantero, presentó ayer una demanda solicitando la nulidad de los polémicos decretos por hacer recaer la financiación de la obra en los usuarios y por extender abusivamente los plazos llevándolos “a una fecha tan distante a su finalización actual”.
Canosa atribuyó estas medidas a “la máquina de impedir de funcionarios y asociaciones, en este caso sin fundamento y mintiendo descaradamente a la opinión pública”, sostuvo. “Este es un proyecto para readecuar una red de ferrocarriles que demandará 5000 millones de dólares, acorde con el milenio que se inicia, sin subsidios estatales y financiado por las empresas a través de una prolongación de contratos y un aumento de tarifas del orden del 83 por ciento a lo largo de cinco años, sin superar nunca lo que hoy cuesta un pasaje en colectivo y después de que se hayan hecho las obras”, concluyó.
En línea con las argumentaciones de Canosa, el vocero de la concesionaria de las líneas Roca, San Martín y Belgrano Sur declaró que se confunde a la opinión pública. “Muchos opinan sin haber leído los contratos –sostuvo– y denuncian que son los usuarios los que deberán pagar las obras antes de que se hagan. Eso es imposible”, enfatizó.

 

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