Por Julio Nudler A mis clientes les digo
que sólo hay cuatro sectores con buenas perspectivas en la Argentina: telecomunicaciones,
informática, turismo y entretenimiento. Los transables (productos exportables) tendrán
problemas. Este consejo de Martín Redrado resume, mejor que muchos cuadros y
gráficos, el oscuro pronóstico que ayer trazó la Fundación Capital en una sala del
Alvear Palace Hotel, aunque algunos le enrostraron un excesivo optimismo. En los dos
primeros sectores mencionados por el ex golden boy de los tiempos del furor emergente, la
Argentina importa absolutamente todo, mientras que en turismo tiene un balance negativo
(los argentinos gastan más afuera que los extranjeros en el país) y entretenimiento es
puro mercado interno, con fuerte gasto en divisas. Precisamente, en el análisis de la
Fundación, el déficit de la cuenta corriente del balance de pagos (de 13.320 millones de
dólares en 1999 y proyectado a 14.767 millones en el 2000) está pisando ya el
umbral crítico (5 por ciento del Producto Bruto), a partir del cual los
mercados se negarán a financiar al país. En base a esto, la conclusión extraída por
Carlos Pérez, economista de la FC, fue que es imperioso el ajuste.
La Argentina ha quedado como el único país con tipo de cambio fijo en la
región, subrayó Redrado, resaltando, como factor del elevado riesgo país actual,
que existe un cuestionamiento mundial a los regímenes de tipo de cambio fijo.
No obstante, luego aventó cualquier posibilidad de que se tomaran sus palabras al pie de
la letra, asegurando que no hay riesgo cambiario para la Argentina en el 2000,
gracias a los colchones de liquidez disponibles. A pesar de esto, reveló que las casas
matrices de las multinacionales ordenaron a sus filiales argentinas cubrirse frente al
riesgo de una devaluación del peso.
Luego de sufrir un retroceso del 4,1 por ciento este año, el consumo privado podría
expandirse 2,7 puntos en el 2000. Para ese año, la FC predice un crecimiento de 2,4 por
ciento en el PBI, parecido al que espera el propio José Luis Machinea (se trata, en
realidad, de un rebote parcial tras la caída de 3,2 puntos en el 99). Estos
números implican que la tasa de desempleo seguirá por encima del 14 por ciento, dado que
el mercado de trabajo sólo conseguirá absorber el crecimiento vegetativo. Hablando en
plata, cada argentino dispondrá en promedio durante el próximo año de 202 pesos más
(el ingreso nominal per cápita subirá de 7740 a 7942 pesos), unos 17 por mes. De todas
formas, va a reaparecer, muy tímidamente, una vieja conocida: la inflación, cuyo índice
combinado subiría 1,6 por ciento en el 2000, luego de bajar 0,8 por ciento este año.
En un interesante análisis sobre la restricción externa que sufre la economía
argentina, Redrado vinculó las fluctuaciones de actividad con el saldo externo. Según
explicó, el fortísimo crecimiento logrado al comienzo de la convertibilidad fue posible
porque ésta arrancó cuando no había déficit de cuenta corriente (descalificación
implícita a Cavallo). En el Tequila, que fue una crisis eminentemente financiera, el
déficit cayó de más de cuatro puntos del PBI a menos de dos, lo que dio margen a un
drástico rebote de la actividad desde 1996. En el 99, en cambio, el rojo de la
cuenta corriente apenas si disminuyó, manteniéndose por encima del 4,5 por ciento, y por
tanto no pudo evitarse la recesión.
En un juicio global sobre la década menemista, la FC afirma que se logró la estabilidad
de precios, pero no la estabilidad macroeconómica, que se le plantea como desafío a
Fernando de la Rúa y que, en el análisis de estos consultores, depende de la reducción
del déficit fiscal. Según cuantificó Pérez, el nuevo gobierno hereda un rojo próximo
a los diez mil millones (el mismo número calculado por la Alianza), pero también recibe
un crecimiento económico igual a cero. Además de recuperar la solvencia fiscal, el
futuro equipo económico debería obtener del Fondo Monetario un seguro de liquidez para
el sector público por más de diez mil millones de dólares. Como dato, en el 2000 habrá
vencimientos de deuda por 16.153millones, a lo que hay que sumarle un déficit fiscal que,
en el mejor de los casos, será de 4500 millones, para llegar a los 20.653 millones de
financiamiento a conseguir.
DEFICIT COMERCIAL DE U$S 292 MILLONES
Balanza en rojo
El INdEC
informó que el déficit comercial fue de 292 millones de dólares en octubre, como
resultado de importaciones por 2219 millones y exportaciones por 1927 millones. Estos
valores representaron respecto del mismo mes del año pasado una disminución del 4 por
ciento para las ventas externas atribuida exclusivamente a precios, puesto que los
volúmenes se mantuvieron estables y del 14 por ciento para las compras, cuyas
cantidades disminuyeron un 12 por ciento y sus precios, el 3.
Así, en el acumulado de los primeros diez meses del año, la balanza comercial registró
un rojo de 1609 millones de dólares, monto sensiblemente inferior a los 4151 millones
contabilizados para igual período de 1998. Las exportaciones alcanzaron entre enero y
octubre 19.319 millones de dólares y las importaciones, 20.928 millones, un 15 y un 22
por ciento menos, respectivamente, que los valores registrados durante los primeros diez
meses del año pasado.
Las exportaciones acumuladas en el período enero-octubre del 99 se concentraron en
productos primarios, 26 por ciento (-22 por ciento respecto de igual lapso del 98),
manufacturas de origen agropecuario, 32 por ciento (-6), manufacturas de origen
industrial, 32 por ciento (-24) y combustibles, 9 por ciento (+8).
La Unión Europea (UE) fue el destino del 28 por ciento de las manufacturas de origen
agropecuario y del 32 por ciento de los productos primarios. Las manufacturas de origen
industrial, en cambio, se dirigieron en un 52 por ciento al Mercosur y los combustibles,
al NAFTA, Mercosur y Chile en un 86 por ciento.
Una vez más, los productos primarios y las manufacturas de origen agropecuario se vieron
afectadas por la caída de los precios internacionales. En tanto que los precios de las
manufacturas de origen industrial estuvieron negativamente influidos por la crisis de
Brasil.
En cuanto a los 20.928 millones de dólares de importaciones, el principal rubro fueron
los bienes intermedios, con el 32 por ciento del total (-19 por ciento respecto de los
primeros diez meses de 1998), seguidos por bienes de capital, 27 por ciento (-20),
combustibles, 3 por ciento (-15), piezas y accesorios para bienes de capital, 18 por
ciento (34), bienes de consumo, 15 por ciento (-10) y los vehículos automotores de
pasajeros, 5 por ciento (-44). El INdEC destacó que estas retracciones en las
importaciones se produjeron más en aquellas mercancías provenientes del Mercosur que en
las de otros orígenes.
METROPOLITANOS Y TRANSPORTE DEFIENDEN LOS
DECRETOS
Pelea por el polémico ajustazo
Luego de
la suspensión judicial de los decretos de la renegociación de los contratos
ferroviarios, el secretario de Transporte, Armando Canosa, y el gerente de comunicaciones
de Trenes Metropolitanos, Fernando Jantus, tuvieron un ardua tarea; debieron salir a
justificar los números y las inversiones proyectadas.
Armando Canosa manifestó su convencimiento acerca del levantamiento de la medida judicial
dispuesta por el juez federal Silva Garretón, quien dispuso la suspensión de los
decretos hasta que cuente con más elementos para una resolución definitiva. Canosa
explicó que su organismo presentará la documentación exigida judicialmente
que permitirá levantar la medida cautelar, aunque por la dudas, alzó la guardia:
No descarto que mañana o pasado aparezca otra, se quejó.
Siguiendo la previsión de Canosa el ombudsman nacional, Juan Carlos Cantero, presentó
ayer una demanda solicitando la nulidad de los polémicos decretos por hacer recaer la
financiación de la obra en los usuarios y por extender abusivamente los plazos
llevándolos a una fecha tan distante a su finalización actual.
Canosa atribuyó estas medidas a la máquina de impedir de funcionarios y
asociaciones, en este caso sin fundamento y mintiendo descaradamente a la opinión
pública, sostuvo. Este es un proyecto para readecuar una red de ferrocarriles
que demandará 5000 millones de dólares, acorde con el milenio que se inicia, sin
subsidios estatales y financiado por las empresas a través de una prolongación de
contratos y un aumento de tarifas del orden del 83 por ciento a lo largo de cinco años,
sin superar nunca lo que hoy cuesta un pasaje en colectivo y después de que se hayan
hecho las obras, concluyó.
En línea con las argumentaciones de Canosa, el vocero de la concesionaria de las líneas
Roca, San Martín y Belgrano Sur declaró que se confunde a la opinión pública.
Muchos opinan sin haber leído los contratos sostuvo y denuncian que son
los usuarios los que deberán pagar las obras antes de que se hagan. Eso es
imposible, enfatizó.
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