Por Santiago Rodríguez Para la diputada de la Alianza
Elisa Carrió la revelación sobre las cuentas secretas en las que aparece el nombre de
María Julia Alsogaray no hace otra cosa que reafirmar la necesidad de investigar a Carlos
Menem. María Julia y Alderete son los dos funcionarios por los que se sube
directamente al jefe, advirtió ayer a Página/12. Carrió, una de las legisladoras
más especializadas en la problemática el lavado de dinero, no dudó tampoco en señalar
que el de la secretaria de Recursos Naturales puede ser un caso de blanqueo de plata de la
corrupción y que, si se investiga, aparecerán más funcionarios involucrados en
maniobras similares.
¿La sorprende el caso de las cuentas de María Julia?
No, era lógico porque fue la principal cómplice del presidente Menem en
determinados procesos de privatización. María Julia y Alderete son cómplices de Menem y
tienen la impunidad de Menem.
¿Por qué pone el énfasis en esos dos funcionarios?
Porque, pese a tener el repudio público de todo el país, podrían considerarse
como dos miembros inamovibles porque eran Menem.
¿Su inamovilidad es producto de esa complicidad?
Absolutamente, tienen la impunidad del garante. El único garante de ambos ha sido
siempre Menem. Son dos funcionarios tan cuestionados y con ilícitos en vía de
comprobación tan graves, que tocan directamente al Presidente. Son los dos funcionarios
por los que se sube directamente al jefe.
O sea que a quien habría que investigar es al jefe.
Exactamente. Es imposible que María Julia maneje cuentas con esos montos, salvo en
el marco de la corrupción que caracterizó al menemismo.
¿Cree que la Justicia investigará estos casos a partir del cambio de gobierno?
Creo que va a avanzar en los casos de María Julia y Alderete. Este tipo de personas
pierden impunidad cuando pierde poder el que los garantiza. La pérdida de poder de Menem
los hace justiciables a ellos. Ojalá que haya justicia respecto de otros funcionarios.
¿El de María Julia podría ser un caso de lavado de dinero de la corrupción?
Sí, por supuesto.
¿Cuáles son los circuitos para blanquear dinero de la corrupción?
Las bancas off-shore. Se va a algunos de los paraísos fiscales y a través de
sociedades creadas ahí se vuelve a invertir.
Como en el caso de María Julia...
Absolutamente. Pero, además, si uno sigue el camino, va a encontrar más; yo
conozco más de diez casos de este tipo.
¿De funcionarios implicados en maniobras similares?
En principio, sí. Funcionarios, empresarios...
¿Y quiénes son?
No lo puedo decir porque no tengo elementos contundentes para probarlo, pero es
obvio. Hay varias etapas en la época menemista. Hay una primera, que yo llamo la
latinoamericana, durante la cual los retornos se cobraron en efectivo. Ese dinero se
invertía después, por lo general, a través de sociedades creadas en Uruguay que
transferían la plata o la reinvertían en el país. En la segunda etapa, diría de
tercerización, ya no se cobran retornos directamente, sino que se crean empresas que
forman parte de los negocios que va dando el Estado. Esto se vio muy claro en el PAMI: en
la primera etapa, la de Matilde Menéndez, las personas van a cobrar al banco y ahí pagan
el retorno; la segunda etapa es la de las gerenciadoras del último contrato de
licitación de Alderete.
¿Cuáles son las características de estas empresas de lo que usted llama la etapa
de la tercerización? Son empresas a nombre de testaferros muchas veces solventes,
detrás de los cuales hay dinero de corrupción. El gran problema de esta segunda etapa es
que, a diferencia de la primera, en que se podía tomar a un funcionario y juzgarlo, hay
una connivencia con sectores del establishment y esto dificulta las investigaciones porque
hay mucho mayor poder atrás.
¿La demora en la sanción de la ley contra el lavado de dinero tiene relación con
la corrupción que, según usted, caracterizó al menemismo?
En Diputados se demoró gracias a Dios. En el primer proyecto de lavado de dinero el
organismo que iba a controlar estaba integrado por el secretario de Seguridad Interior, el
jefe de la SIDE, el ministro de Justicia y el secretario de Lucha contra la droga, que en
ese momento eran (Andrés) Antonietti, (Hugo) Anzorreguy, (Elías) Jassan y (Julio César)
Aráoz. Entonces, yo denuncié que se trataba de una SIDE económica paralela con gran
posibilidad de chantaje y de hacer una caja política extraordinaria. Así fue que durante
dos años y pico peleamos para que quienes investigaran fueran expertos e independientes,
pero la orden era que la ley no saliera.
¿La orden de quién?
Y..., era difusa, nadie se interesaba por la ley.
¿Y por qué había orden de que no saliera?
Porque la Argentina se ha convertido en un país lavador con connivencia de todos,
de los funcionarios y de los bancos, que saben que se lava, que por allí sale el dinero
de la corrupción.
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